HAITÍ

Haití y su larga historia de agresiones por parte de “misiones de paz”

Las muchas preguntas sobre la misión MINUSTAH, que terminó en 2019, aún están sin responder. Críticas a su efectividad y violaciones a los derechos humanos empañan lo que debió ser una intervención estabilizadora.

Foto de archivo: MINUSTAH
Foto de archivo: MINUSTAH

La Organización de las Naciones Unidas tiene actualmente 13 misiones de paz en países de África, Asia y Medio Oriente, pero en la zona de Latinoamérica y el Caribe Haití es el epicentro de los esfuerzos de la ONU por conseguir la paz.

En la nación caribeña enclavada en la isla La Española -que contiene en su lado este a República Dominicana- se han realizado ocho misiones de paz desde que la Misión Civil Internacional en Haití (MICIVIH)  se desplegó en 1993. El 15 de octubre de 2019, terminó la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH) tras 15 años y un larguísimo glosario de críticas y dudas.

La intervención más fuerte tuvo lugar en 2004, año en que se dio el golpe de Estado contra el entonces presidente Jean-Bertrand Aristide, quien había sido elegido democráticamente. Camille Chalmers, directora ejecutiva de la Plataforma Haitiana para la Defensa del Desarrollo Alternativo, una red de organizaciones de la sociedad civil, dijo en 2019 que se utilizó un conflicto político interno como pretexto.

El golpe lo propinaron ex militares cuyas fuerzas habían sido disueltas por Aristide en 1995, con el respaldo de Estados Unidos, Canadá y Francia. Los golpistas ingresaron desde República Dominicana y marcharon hasta la capital haitiana Puerto Príncipe.

Después del exilio forzoso a Aristide, el presidente de facto que tomó el poder, Boniface Alexandre, pidió el despliegue de una fuerza interina internacional, integrada entonces por soldados canadienses, franceses, estadounidenses y chilenos, esta fuerza sería el germen de la futura MINUSTAH.

Tanto el ingreso de la misión de paz como la ocupación extranjera están prohibidas por la Constitución de la República de 1987 y solo la Asamblea Nacional (el Parlamento) tiene potestad para aprobarlos. Pero Alexandre pasó por encima de esto.

Militares uruguayos y brasileños de misiones de paz en Haití acusados de prostitución y pederastia

Cientos de niñas y adolescentes habrían sido embarazadas por agentes de las fuerzas de las de la…

¿Misión estabilizadora?

Desde la llegada de la MINUSTAH, han surgido una gran cantidad de dudas y críticas por su accionar.

Según publicó en diciembre de 2019 el Washington Post, agentes de la misión presuntamente pagaron por sexo a niñas y jóvenes y las dejaron embarazadas para luego irse dejándolas totalmente desamparadas. El diario se basa en un extenso reporte del portal The Conversation en el cual recogieron testimonios y evidencia de una gran cantidad de mujeres que fueron víctimas de abusos sexuales, prostitución y pederastia.

Un número alarmante de personal uniformado y no uniformado de la MINUSTAH ha sido vinculado a abusos contra los derechos humanos, incluida la explotación sexual, la violación e incluso muertes ilegales.

Y como si esto fuera poco, también es oficialmente reconocido el los efectivos militares introdujeron el cólera al país y la epidemia ha causado por lo menos 10.000 muertes e infectó a más de 800.000 personas, según datos oficiales. Esto fue reconocido bastante tarde por el entonces secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien ofreció disculpas al país.

Derechos humanos

En 2004, Brasil se hizo cargo del mando militar de la MINUSTAH, además de ser el país que aportó el mayor contingente militar: 1.670 soldados al inicio de la misión.

El principio rector de la diplomacia brasileña fue el de la «no indiferencia», una suerte de variación local de la responsabilidad de «proteger». Esta vertiente de la política exterior del gigante sudamericano estuvo acompañada de su voluntad de incidir en la política internacional en consonancia con su carácter de país emergente, miembro dinámico del bloque BRICS y de potencia subregional.

Brasil lideró la política de control de la población en barrios de clase trabajadora como Bel Air y Cité Soleil en Haití. En Cité Soleil, se produjo una intervención armada en 2007 que mató al menos a 27 civiles y dejó 30 heridos, según los testimonios de los habitantes y la denuncia presentada ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Sin embargo, según un dossier especial del Instituto Igarapé y el Centro Conjunto de Capacitación de Operaciones de Paz de Brasil, la autoevaluación oficial sería sumamente loable y ausente de toda autocrítica, calificando la actuación brasileña en Haití como una “epopeya militar”.

Argentina y Uruguay estuvieron también en el centro de la controversia porque sus militares estuvieron envueltos en situaciones que estaban lejos de conformar la misión de paz.

Los soldados uruguayos y los brasileños fueron repatriados al sus países de origen tras conocerse que habían embarazado a niñas y adultas. En ese entonces, el Ministerio de Defensa dijo que «no relativizaba» las denuncias, según publicó Montevideo Portal.

Dijeron que, aunque ahora se conocen las denuncias por las publicaciones de los medios estadounidenses, el ministerio «ya está tomando cartas en el asunto».

De hecho, el entonces ministro José Bayardi solicitó un informe completo al Jefe del Estado Mayor del Ejército y del Sistema Nacional de Apoyo a las Operaciones de Mantenimiento de la Paz (Sinomapa) referido a este tema.

 

 

 

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