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Economista Germán Deagosto: “en 2020 – 2021 cayó 3.2% el poder de compra de los salarios de los trabajadores uruguayos”

Según el economista y docente de la Udelar, “los salarios siguen por debajo de lo que se tenía en 2019”.

 

“El aumento de la inflación le ganó al aumento de los salarios”, subrayó Deagosto

German Deagosto es Licenciado en Economía por la Universidad de la República y Docente en UDELAR 

¿Cómo cerró 2021 y cuáles son las perspectivas para este 2022?

 

La mayoría de los datos cerrados ya se conocen y aún queda por conocer el dato del Producto Bruto Interno (PBI) que se conocerá en marzo. El PBI es el dato más usado a la hora de evaluar el desempeño  de los países. Es un indicador que tiene sus virtudes pero también tiene un conjunto de limitaciones. En términos del PBI, la economía cierra un año mejor que el que estaba previsto, cerrará con un crecimiento del entorno del 4% y para tener una referencia, es más de lo que contemplaba la Rendición de Cuentas que era 3.5%. Incluso era más de lo que esperaban los analistas privados respecto al crecimiento de la economía. Aún estamos a un mes de conocer las cifras y a dos meses de cerrar el año ¿Como se traduce lo que puede ser un crecimiento del 4% del PIB en la situación de las personas? El año cerró con un crecimiento mayor al previsto, venimos de un 2020 donde la caída estuvo en el 5.8%. Hay un efecto que es relevante y nos distorsiona casi todas las comparaciones que queremos hacer, si vos comparás un año muy malo, con otro no tan malo, vas a tener un efecto estadístico de la base de comparación. Hay una distorsión que descansa en lo malo que fue 2020. El desafío para adelante, es consolidar lo que se considera un rebote estadístico en un crecimiento sostenible. Una primera dimensión es el mercado laboral. El empleo muestra que es lo que está pasando con la demanda, que tantas oportunidades se están creando, es un indicador de la demanda. Luego se mide lo que pasa con las personas que están ofertando mano de obra. De la conjunción de la demanda y la oferta surge el desempleo. Y es el desequilibrio entre  la oferta y la demanda. Se tiene la tentación de enfocarse en el desempleo, cuando en realidad puede ocurrir situaciones contracíclicas, donde el desempleo está bajando pero por razones malas y es que menos gente está buscando trabajo activamente, entonces cuando analizamos el mercado laboral y hacemos un balance hay que empezar con lo que está pasando con la demanda y con la oferta y después hablar de cómo eso resulta en un desempleo de determinado nivel.

Entonces, cuando miramos el empleo, cuantas más oportunidades se están demandando, el año cierra con 50.000 puestos más de lo que se tenía en 2020. Hay una recuperación de casi todo lo que se perdió durante 2020, que se perdieron unos 60.000 puestos de trabajo. Si lo miramos en promedio y comparamos 2020 con el promedio de 201, todavía no llegamos a recomponer todo lo que se dejó por el camino, pero cuando ingresamos en la dinámica mensual, nos permite ver como evolucionó “la película”, tenemos un primer semestre más flojo y un segundo semestre de mayor recuperación. Si miras como cerraste el año, y es con una población ocupada más alta que la que se tenía en 2020 y en relación al umbral prepandemia. Los economistas tomamos 2019 porque es la primera referencia que nos limpia de 2020. Ese punto de partida tampoco era la panacea, ya que la economía tampoco estaba bien.

Los problemas de empleo empiezan en 2015 cuando comienzan los problemas en el conjunto de la economía.

¿Entre 2015 – 2019 ya se tenían problemas con el empleo?

Los problemas de empleo empiezan en 2015 cuando comienzan los problemas en el conjunto de la economía. En 2015 cambia el escenario internacional y se vuelve más desafiante, lo vimos en el los países vecinos que cayeron en crisis. Uruguay continuó creciendo pero se estancó, y moderó el ritmo de crecimiento que había mostrado en la década 2004 – 2014, luego comienza el estancamiento de la actividad. Lo que comenzó fue una destrucción de empleo. Si vemos la ventana 2015 – 2019 fue la destrucción de 50.000 empleos. Cuando comparamos y vemos que hay un poco menos de empleo que en 2019 estamos tomando un umbral donde veníamos ya hace varios años con deterioro del mercado laboral. De todas las barreras que tenemos que ir superando, la primera es volver a los niveles precrisis, pero eso no quiere decir que estemos bien.

Hay unas 320.000 personas que enfrentan algún tipo de problema en su vínculo con el mercado laboral.

Se muestra el desempleo ubicado en 7% pero si lo analizamos por sectores, el desempleo entre los jóvenes se ubica en un 23% ¿es un desafío para el gobierno encarar esta problemática?

La oferta laboral no se recuperó al mismo ritmo del empleo, por eso es importante analizarlo primero por la demanda y luego por la oferta, luego lo juntas y lo comparás con lo que tenías en 2019, eso te da un mejor resultado en términos de desempleo, porque tenés menos gente buscando trabajo. Tenemos la población económicamente activa (PEA) y quienes están, los que están ocupados y los que efectivamente buscan trabajo y no lo encuentran, ese es el desempleo. Después está el universo de las personas inactivas ¿Y quiénes son? Los rentistas, estudiantes, las que se encargan del quehacer del hogar, personas que no buscan activamente trabajo. ¿Y que sucede con el desempleo? Cuando una persona hace mucho que busca trabajo y no encuentra, se desalienta y pasa a ser un trabajador desalentado y cuando una persona deja de buscar trabajo, por estar tanto tiempo desempleado, deja de buscar y  la estadística de desempleo no la recoge, entonces tenés una mejora del desempleo pero no está fundamentada en cosas buenas, porque hay personas que estuvieron tanto tiempo desempleadas que pasaron al universo de la inactividad, son los trabajadores desalentados. Cuando lo juntas, tenés una mejora del desempleo que está en el 7%, pero hay que tener en cuenta que la oferta laboral no se recuperó, incluso porque mostraba problemas previos al 2019. El análisis nos obliga a poner un matiz sobre este último dato del 7%, otra consideración cuando miramos los datos del mercado laboral, siempre tiene mucho “ruido” producto de cómo se procesan, el margen de error es alto entre un mes y otro, siempre dan como tendencias o desestacionalizado, es decir, sacarle el efecto de estacionalidad o analizar la tendencia ¿Por qué nos muestra esto? Porque nos da una señal más estable, porque si lo graficas te queda como un “electrocardiograma” y es muy difícil sacar conclusiones. Ese último dato puntual, si lo miras en tendencia ciclo se parece más un 7.5% son distintos matices a la hora de analizar los datos. Esa como una primera dimensión.

Otro universo es ¿Qué pasa si nos metemos en el universo de personas que están empleadas? ¿Cuál es la calidad de ese empleo? Y aquí tenemos otra dimensión, el empleo se recuperó si comparás 2019 con 2021, se parecen sin embargo, que dentro de los empleados están los subempleados y quienes son aquellos que están trabajando menos de 40 horas semanales, según el INE y les gustaría trabajar más y no lo hacen porque no consiguen empleo. Tienen la voluntad y la disponibilidad para hacerlo. Dentro del primer universo de los que están trabajando ya tenemos  una primera dimensión asociada a la calidad que es el subempleo, el 9% de los ocupados tienen esa restricción a la hora de vincularse con el mercado de trabajo. Si tomas a los “desalentados”, es decir, que se fueron de la oferta laboral, los desempleados, y los subempleados, hay unas 320.000 personas que enfrentan algún tipo de problema en su vínculo con el mercado laboral, por más que sean ocupados, porque son subempleados. En el universo de los ocupados, hay que incorporar ese matiz, para tratar de entender que hay otro tipo de problemas dentro de ese universo de personas empleadas.

MEF calcula que economía crezca un 3,8% en 2022

El ministerio estima que la economía uruguaya tendrá un recatado crecimiento en el año y una…

En este momento se considera que la inflación está alta, los salarios, las jubilaciones y pensiones no crecen al ritmo del costo de vida, cayó el poder adquisitivo, las tarifas han ido en aumento ¿es así?

Tenés un 42% de los salarios de los ocupados que son sumergidos, este es un concepto subjetivo que incorpora el Cuesta Duarte para reflejar que son salarios que no son suficientes para el costo de vida que tenemos en el Uruguay.

ENCASTRE

El desempleo es un gran desafío para las políticas públicas. El Instituto Nacional de Estadística (INE) sacó un buen informe que analizaba tres dimensiones adicionales del mercado de trabajo, como se distribuye el desempleo entre los distintos grupos etarios y cuando comparás las dos puntas 1 de cada 4 jóvenes sin empleo y en el otro extremo etario el desempleo es menor al 2.6%, estamos hablando de un desempleo promedio del 7%, ¿Cómo se compone? “Donde se nos ahogan los petisos” un 23% son jóvenes. Si lo desagregas por ascendencia ¿Qué pasa con el desempleo en la ascendencia blanca? ¿Qué pasa con el desempleo de la población afro? También tenés diferencias muy importantes. El desempleo para la ascendencia blanca es del 6.5% mientras que para otro tipo de ascendencia es del 10%. Es decir, es otra capa de heterogeneidad que no es la edad sino la ascendencia. Cuando miras por niveles educativos el desempleo para los que tienen nivel terciario completo es de apenas 1.6%, si miras ciclo básico completo y bachillerato completo tenés un 9% de desempleo. Estos matices son muy relevantes cuando vos te paras en el mediano plazo, principalmente los problemas de inserción en los jóvenes. Cerramos el panorama del mercado de trabajo, nos fuimos del PIB, pasamos por el mercado laboral y ahí ya vemos un primer rezago. Primero se recupera el PIB y con rezago se empieza a recuperar el mercado de trabajo que se viene recuperando con los matices que mencionábamos, con heterogeneidad dentro de los sectores de actividad, con heterogeneidad dentro de la población, con una oferta que no se recupera del todo. El otro tema son los salarios, los precios del mercado de trabajo, y cuando miras que pasó, los últimos dos años es que el aumento de la inflación le ganó al aumento de los salarios, los salarios nominales y los salarios corrientes. Que resulta de esto, una caída del poder de compra, que es lo que a nosotros nos importa, cuál es la capacidad que tiene nuestro salario para comprar bienes y servicios. Cuando miramos el poder de compra, y miras cuanto se ha perdido desde el 2019, tenemos una caída del 3.2% acumulada entre 2020 y 2021.  3.2% cayó el poder de compra en promedio de los trabajadores durante esa ventana de dos años. ¿Desde qué nivel caen? Porque no es lo mismo una caída del salario real del 3.2% en un salario de 120.000 pesos, que ese mismo 3.2% en un salario de 25.000 pesos. El Instituto Cuesta Duarte (PIT CNT) sacó un buen informe sobre cómo se distribuyen los salarios en la población. Tenés un 42% de los salarios de los ocupados que son sumergidos, este es un concepto subjetivo que incorpora el Cuesta Duarte para reflejar que son salarios que no son suficientes para el costo de vida que tenemos en el Uruguay. El umbral formal es 25.000 líquidos por 40 horas semanales de trabajo. El 42% de los ocupados no llega a 25.000 líquidos por mes. Esa caída que hablábamos opera sobre esos niveles. Cuando te metes en el universo de los jóvenes, los salarios sumergidos afectan al 70% de los jóvenes. El gobierno en esta ronda de salarios planteo pautas diferenciales, hay sectores menos afectados por la Pandemia y para ellos son esas pautas y hay sectores más afectados y para ellos tienen un nuevo “acuerdo puente” por un año, con un solo aumento nominal ¿Donde se concentran los jóvenes? En los sectores más afectados, van a volver a tener una pérdida importante, siendo que el 70% de ellos tienen salarios sumergidos y que la informalidad dentro de los jóvenes es 30%, 7 puntos porcentuales más que el promedio. Estos datos nos dan la pauta de cuáles son los grupos más afectados. Este problema es estructural pero se ha profundizado, con todos los cambios que impactó la Pandemia, inserción, tecnología, nuevas demandas laborales, es todavía más preocupante. La Pandemia profundiza desafíos que ya estaban presentes. Cuando se piensa en las políticas públicas, todavía quedó un tramo por recorrer para que efectivamente la economía se recupere y se puede poner a pensar en otro conjunto de desafíos que tenía antes. Se recupera el PIB, se recupera el mercado laboral, pero hay que pensar que ocurre con la pobreza, si bien la última medición semestral que hizo el INE señala que había caído en relación a lo que había sido 2020, esa pobreza esta infantilizada, es mucho más alta la pobreza en la infancia de lo que es al final de nuestra vida. Es 10 veces más alta la pobreza infantil. La discusión se puede concentrar en la reforma previsional y el sistema de seguridad social, podemos pensar que de alguna manera tenemos este otro gran problema, pensando en términos de desarrollo, y en la capacidad de la economía de reproducir prosperidad, con una pobreza infantil del 20% es otra señal que faltan otros encadenamientos para entender cómo se traslada que el PIB creció más de lo esperado, pero como se traslada a los niveles de bienestar y  nuestra capacidad de promover el desarrollo en el mediano plazo. Entonces cuando decimos el PIB creció más de lo esperado, tenemos que poner matices para que ese crecimiento termine derramando sobre todo lo que se deterioro durante la Pandemia. Nuestros salarios pueden comprar cada vez menos cosas independientemente de la canasta que se tome y esto es relevante. Cuando miras el mercado laboral, tiene una oferta y una demanda y a partir de esta se determinan precios, que son los  salarios y las cantidades. Cuando juntas empleo y salarios tenés la masa salarial  o la aproximación a la porción de la “torta” que corresponde a los trabajadores. La economía se viene recuperando porque el empleo se viene recuperando, pero la caída de los salarios de 2021 te lo tira para abajo. Los salarios (en 2021) siguen por debajo de lo que se tenía en 2019, justamente porque los salarios siguen cayendo y hay que tener en cuenta además, que la base no era muy buena, un porcentaje alto de la población enfrenta salarios sumergidos.

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