Fabiana Cantilo en Uruguay: “Debo ser una guerrera indomable, a pesar de mí. Estoy viva de casualidad”
La argentina Fabiana Cantilo se presentó el sábado 13 de agosto en una Trastienda repleta de gente. Con casi 33 años de carrera musical, la artista repasó su repertorio y tocó las canciones de su último álbum, Superamor. Antes del show, LARED21 charló con ella.
Grabó 14 álbumes, vendió más de 6 millones de discos, sobrevivió a la década de los 80 en Argentina, cantó con estrellas del nivel de Charly García, Fito Paez y Spinetta, fue cara de Los Twist y hoy es reconocida como una de las voces emblemáticas del rock argentino.
Con casi cuatro años “limpia”, Fabiana Cantilo asegura que su vida dio un giro y que hoy se siente otra persona. “Estoy re-armando mi carrera”, dijo a LARED21. “Debo ser una guerrera indomable, a pesar de mí. Yo siempre digo que llega el que no se cansa”.
¿Cómo fue esta llegada a Uruguay, un poco accidentada?
Tomamos el avión a las ocho de la mañana, muy contentos, sin haber dormido mucho porque yo no me levanto tan temprano. Pensé que iba a poder llegar a dormir. Pero estábamos ya carreteando y el comandante dice “tenemos un clima no sé qué, las luces no sé qué, y hay un aviso de bomba…”. ¡Lo dijo con una paz! Y yo pensé “puta madre, bomba no, tengo ganas de tomar el café con leche”. Sí, soy medio rara.
Estábamos con Babi, mi personal manager, con nuestro sonidista, Brian, y había un montón de niños también. Parece que un señor se enojó… Bajamos del avión y nos empezaron a revisar con perros. La verdad es que estuvo bastante bien, tengo que felicitar a la gente de Alas, que son un amor. Un muchacho, que no me acuerdo el nombre, me dijo “no me hagas mierda, Fabi”. “Ni en pedo”, le dije, “vos no tenés nada que ver”. Así que quiero felicitar a la compañía. Vuelen en Alas. Es más: ¡tengan alas! Se venden ahí a la vuelta (risas). Yo quiero tener alas.
«Yo pensé ‘puta madre, bomba no, tengo ganas de tomar el café con leche’. Sí, soy medio rara.»
La cuestión es que fue todo bastante armonioso, la gente muy civilizada. Nos hicimos amigos. Estábamos todos entre Lost y Perdidos en el Desierto. Nos hicieron cruzar, fue todo medio ridículo, íbamos de acá para allá. Nos dirigía gente paqueta, digamos, muy gracioso pero muy civilizado. Los policías también, toda la gente que actuó, la aeronáutica, el aparato uruguayo anti-bombas, todo muy bien.
Después de superado el incidente de la bomba, ¿qué tenés preparado para el show?
El show es un popurrí de muchos temas míos. En Spotify pueden buscar mi carrera. Esta vez no vengo a presentar Superamor, mi último disco, si bien está en vigencia. En el show vamos a tocar con mi banda: Javier Miranda, Cay Gutiérrez, Marcelo Capasso y Jorge Lisinski. Vamos a tocar varios temas de toda mi carrera, incluyendo Superamor.
¿Quién va a venir de invitado? Me ofrecieron a una chica, que es un amor, que no me acuerdo el nombre y no la conozco. Entonces vamos a invitar a un amigo, casi un hermano, que a nivel espiritual es un hermano de las pléyades. Hemos convivido un año con él, yo me vine a Uruguay a romperle las pelotas (risas). Pero yo soy así, invasiva. Aunque ahora no lo soy más.
Germán Vecino. Quiero agradecerle a él y a su familia, que me han hospedado, albergado, mimado y cuidado siempre. Hemos quedado hermanados. Por eso, al momento de elegir alguien de invitado en el show, lo elegí a él. En realidad es una excusa, porque como me cambio de vestuario necesito a algún invitado. Pero quería invitar a un amigo, y es Germán Vecino.
«Debo ser una guerrera indomable, a pesar de mí, porque yo me re deprimo, me tiro al piso, lloro, salto, vengo, voy y sigo. Yo siempre digo que llega el que no se cansa.»
¡Hito mundial señores! ¡Germán Vecino se enamoró, se casó, y está embarazado! ¡Chan chararán! Sorry chicas.
Para mí es como un hermano menor. No lo toco ni con un puntero láser. Nadie puede creer que yo sea amiga de mis ex novios. Pero soy la mejor amiga, porque no les rompo más las pelotas. Si soy novia soy un plomo. Igual hace seis años que estoy sola y limpia. Así que soy una nueva Fabi.
Lo que quería decir es que a Germán me divierte invitarlo porque, además, hizo el sueño que todos queremos: encontró al amor de su vida. Porque el amor de la vida de pareja no es para todos. Lo encontrás o no. Debo decirles, muchachos, muchachas, que depende quizás de que seas buena persona, de que no te drogues mucho, no sé. Viene a vos o no viene.
Volviendo al show: agotaste todas las entradas.
¡Agoté! ¡Agoté! Agoté y me entusiasmé, por eso invité a Germán. Porque, si bien estoy pasando por un momento extraño, porque mi papá está internado… I share things with the people. Sorry que hable en inglés, gordo, pero me sale el inglés. Soy profesora de inglés, ¿sabían ustedes?
Bueno, mi padre no está bien. Estoy pasando por un momento un poco border, y estaba un poco triste. Pero saber que estaba todo lleno, que la gente había pagado para verme… Les tenía que devolver algo. Así que hice un show un poco más groso de lo que pensaba, con cambio de vestuario. Pero para cambiar de vestuario necesitaba que hubiera alguien en el medio en algún momento, y ahí entró Germán. Pobrecito Germán, que no es telonero sino que es biombo (risas). Pero a él le encanta.
…
Quiero agradecer que, de portarme bien, al final estoy re-armando mi carrera. Porque yo seguramente me había hecho muy mala fama, por hacer lío. Generalmente le dan a las mujeres, viste. Porque a los hombres que están re locos los contratan igual, a menos que seas no importa quién, que ya sabemos. Como Harry Potter, que no se decía el nombre del brujo: ¡Contratan a todos, menos a tú sabes quién! Los contratan igual y son un desastre. Pero a las mujeres, no sé por qué, no nos perdonan tanto. De cualquier manera aquí estoy, de vuelta.
Debo ser una guerrera indomable, a pesar de mí, porque yo me re deprimo, me tiro al piso, lloro, salto, vengo, voy y sigo. Yo siempre digo que llega el que no se cansa.
En varias entrevistas has dicho que hace unos años cambiaste tu vida.
Estoy limpia. Hace tres años, nueve meses y una semana. Ya estuve limpia otras veces. Saben lo que es limpia, ¿no? Sí, no voy a entrar en detalles.
Hace 17 años que entré en rehabilitación, porque me parece que las drogas son una mierda. Quiero decirle a todos los chicos y a todo el mundo que no, que no importa qué, especialmente la blanca. Lo digo porque estoy en confianza. Yo soy el ejemplo vivo de que se puede. No a todo el mundo le pasa esto: hay gente que puede una copita de vino, hay gente que puede alguna otra cosita. Pero yo estoy en el programa de nada, nada de nada. Hace 15 años que asisto, con diferentes tiempos y diferentes recaídas. Estoy viva de casualidad.
Tuve un mensaje espiritual bastante importante. No puedo decir la entidad, no me dejan en mi grupo nombrar, porque soy famosa. Es una ley, es un grupo mundial, está en todos lados. Mucha gente de afuera está en este grupo. El día que me lo dejen nombrar lo diré, pero bueno, yo tengo que respetar las leyes internas y las tradiciones. Se entiende a donde voy, voy a los grupos y eso fue lo que me salvó la vida. Está buenísimo, me siento mejor. Nos enseñan a vivir y miles de cosas.
Has hecho una carrera muy larga, tenés 14 discos editados. Aunque no vengas específicamente a presentar el último disco, Superamor, ¿qué dirías que lo distingue del resto de tus álbumes?
Primero que es independiente. Lo pude hacer porque Lisandro Aristimuño, que es el productor del disco, también es independiente. Entonces no había ningún tipo de presión, ni de tiempo ni de plata. Sí le pagué, pero le fui pagando en cuotas, no había ninguna multinacional presionando.
Otra diferencia es que los temas los elegimos Lisandro y yo. Son temas míos, donde él ha participado en algunas composiciones.
Además, no hay una búsqueda de un fin desesperado, no hay ambición, no hay ganas de que me vuelva la plata. Lo hice por amor al arte. Y no lo hago para hacerme la canchera. Quiero que la gente sepa que hay un ser, yo, y otros, que hacemos las cosas por amor al arte. Y me parece que el arte es como un dios. Y así como la iglesia católica o la religión dicen que hay que dar el diezmo, mi diezmo al arte es este disco.
Se llama Superamor no porque lo pensé, sino porque me salió un día. Las cosas no son todas pensadas, salen así. No es casualidad, sino causalidad. La tapa de Superamor la hizo Bárbara Márquez, y tiene un mensaje que habla de la geometría sagrada. La gente que se compre el disco lo puede ver. La que no, los invito a bajárselo de Spotify. No tengo ningún problema con que miren mi carrera entera en Spotify.
En realidad, a través de eso es como yo gano. No perdí el tiempo, hice algo en la vida. Yo también tengo ese trauma. Y la forma de resarcirme con eso es que está Spotify. A mí me sirve más que el escuchar mis discos no solo dependa de las compañías, porque las compañías discográficas ponen en la radio lo que a ellos les conviene. Que está bien, es su negocio, pero bueno, la vida devino en que hay un montón de redes e internets y cosas donde yo me veo beneficiada. Pero no con el dinero, sino porque se conoce mi trabajo. Soy como una obsesiva, debo tener una autoestima muy baja porque necesito reconocimiento todo el tiempo. No me importa decirlo.
Hace más de 30 años que estás en el mundo de la música…
¡33! Vamos a hacer un proyecto de 33. Desde los Twist hacen 33 años, desde el 83. Y probablemente hagamos un proyecto que tenga que ver. ¿Lo digo? No, no me dejan. Hay una idea de hacer algo con eso, con toda mi carrera y todos mis invitados. Obviamente, también vamos a volver a Uruguay.
Si vamos a hacer números, empecé a tocar la guitarra a los siete años. Siempre cantaba para mi familia, pero la primera canción que canté en vivo fue en el Instituto Bayard, con una japonesa divina. Canté una canción de Leonardo Fabio: (cantando) Hoy corté una flor, y llovía y llovía… Yo era chiquitita, tenía una guitarrita y un jumper que me hizo mi mamá.
Y a los nueve años tuve la suerte, la magia, la gracia de que canté “Balada para un loco” y me fue a ver Amelita Baltar. Ahora la sigo cantando. Me sale muy bien cantar tangos. Me han ofrecido, pero no quiero cantar solo tangos, entonces sigo rechazando ofertas como una idiota. Pero necesito hacer lo que me gusta. Mirá si me voy a poner a cantar solo tango ahora… No, no. ¿Y el rock? ¿¡Y el rock!?
Para finalizar, ¿alguna novedad o planes para el futuro?
Algo nuevo, sí. Acabo de filmar una película con Gabriel Grieco. Hago de mala, de tratante de blancas. Está Peter Lanzani, la hija de Araceli, Jimena Barón y Gerardo Romano. Una película re loca, que es medio comic: “Hipersomnia”. La van a ver en el verano. También canto la música de la película con Claudia Puyol y Daniela Herrer. Eso es nuevo. Y eso me encanta.
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