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Recordando a Alberto «Pocho» Domínguez, el uruguayo muerto en los atentados del 11 de setiembre

"Pocho", como lo conocían su amigos, vivía en Australia desde hacía muchos años y se decía a sí mismo un "australiano de habla hispana".

Alberto "Pocho" Domínguez en la cabina de radio de SBS
Alberto «Pocho» Domínguez en la cabina de radio de SBS

Alberto Domínguez, más conocido por su apodo, «El Pocho», viajaba a bordo del vuelo 11 de American Airlines, el primer avión que fue estrellado contra el World Trade Center en Nueva York en 2001.

Domínguez era muy querido en Australia, país que había hecho su hogar pero sin olvidar sus raíces uruguayas; fue considerado pionero al ser uno de los primeros locutores en darle vida a la radio pública australiana SBS Radio, donde trabajó durante 13 años.

Pero a pesar de ser una figura querida y prominente en la comunidad de habla hispana, cuando las noticias de su fallecimiento llegaron a los principales medios de comunicación australianos, solo lo recordaban como un inmigrante de 66 años.

Ese fatídico día, Pocho estaba en los Estados Unidos con su esposa Marta para ayudar y acompañar a la hermana de esta, que se sometió a una cirugía cerebral para extirpar un tumor. Después de un par de semanas, tuvo que regresar al trabajo, pero Marta decidió quedarse más tiempo.

Había planeado regresar a su hogar en Lidcombe, al oeste de Sidney, el 10 de septiembre, pero decidió retrasar su partida y quedarse una noche más. Eso lo colocó en el vuelo 11 de Boston a la mañana siguiente, el primer vuelo que sería secuestrado y luego voló directo a una de las torres.

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Yo, uruguayo

Pocho había nacido en Uruguay 66 años antes del oscuro día, pero vivía en Sidney desde hacía 29 años.

Nunca abandonó su lengua materna ni, mucho menos, su acento rioplatense. Se describía a sí mismo como «un australiano de habla hispana».

Aunque los medios lo describieron como un «empleado del área de maletas» de la aerolínea de Qantas, uno de los trabajos que había desempeñado en años recientes, muchos de sus amigos salieron a defender la memoria de Pocho: «Yo quisiera decir que Alberto ‘Pocho’ Domínguez no era solo un empleado de Qantas. Era una respetada figura de la comunidad sudamericana en Sidney. Durante los 70s y 80s, junto con un grupo de inmigrantes llegaron como refugiados (huyendo de las dictaduras de la época). Rápidamente se involucró en esta comunidad latina integrando a todas estas personas en el estilo de vida australiano. Fue una figura prominente incluso antes de que gente como Ricky Martin o Jenifer López hicieran de los latinos una tendencia», escribió una persona en la web de Australian Broadcasting Corporation.

Rubén Fernández, también uruguayo y ex productor ejecutivo de la versión en español de SBS, dice que sabía de los ataques antes de llegar a su oficina, pero no sabía que su amigo Pocho estaba en el vuelo.

“Cuando llegué a SBS temprano esa mañana, mi colega Nepo me mostró algo extraño con su computadora. Todavía no había iniciado sesión, pero su pantalla se había vuelto azul y se congeló inexplicablemente. Solo había una línea de texto que decía: ‘ex campeón uruguayo de ciclistas muerto en ataques del 11 de septiembre'», recuerda Fernández.

“Llamamos a la familia y confirmaron la noticia. Esa tarde, informamos a la comunidad de habla hispana sobre la muerte de Pocho en un programa. Fue desgarrador. Todos quedaron profundamente impactados”, recuerda Rubén, ahora radicado de vuelta en Montevideo.

Soraya Caicedo, productora ejecutiva de SBS Radio estuvo allí. Ella también vio la pantalla azul. «Fue la cosa más extraña. Llamamos al departamento de TI, pero no pudieron explicar lo que había sucedido. Hasta el día de hoy, creemos que esa fue la forma en que Pocho nos dijo que había muerto. Nos dio la primicia», rememora ella.

Domínguez fue una de las voces más prominentes de la radio hispanoparlante en Australia. Cuando las familias inmigrantes buscaban un sentido en una tierra extraña como Australia, Pocho las recibía con su español rioplatense que era como un bálsamo relajante que les daba un abrazo al llegar.

En el último programa de radio que emitió parece haberse despedido, como si supiera lo que iba a pasar: «Es hora de que nos despidamos. Puede ser un adiós para siempre. Este programa ha llegado a su fin. Buenas noches, todo lo mejor para todos. Nos volveremos a ver algún día. Hasta siempre, Pocho Domínguez».

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