SALUD PÚBLICA

Los sistemas de salud de Latinoamérica no están capacitados para enfrentar la pandemia

Según datos de la OPS, naciones con sistemas primarios y universales de salud muestran mejores resultados que aquellos con menos alcance.

Foto: Pixabay
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Los distintos países de América Latina tienen sistemas de salud segmentados y desiguales, según concluye de una investigación la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS-OMS), Carissa Etienne.

De acuerdo con la jerarca, los sistemas de salud y servicios que ofrecen los países son sustancialmente distintos, ya que unos son más débiles y solo unos pocos destacan por su solidez y alcance.

Asimismo, Etienne asegura que hay una fuerte escasez de equipos de protección especial para los funcionarios de salud; no obstante, existen países con sistemas primarios fuertes y que presentan resultados positivos.

Según datos de la OPS relevados hasta el 30 de marzo de 2020, en América se reportaron 763 mil casos por COVID-19 y más de 2 mil muertes.

Salud en la pandemia

El nuevo coronavirus COVID-19 ha sacado a relucir las fortalezas y debilidades de los sistemas de salud de la región. Algunos se ven mejor parados que otros ante el avance de la pandemia.

“El COVID-19 ha puesto de manifiesto que las olas de privatización de los servicios de salud en América Latina y en el mundo no han mostrado una mayor eficiencia, eficacia y efectividad. Por el contrario, en algunos países lo que han mostrado es inequidad frente a este tipo de situaciones”, dice Luis Bernardo Villalobos, exdecano de la Escuela de Medicina de la Universidad de Costa Rica y uno de los mayores expertos en salud pública del continente.

En América Latina existen países cuyo sistema de salud es segmentado como el caso de El Salvador, Uruguay, México, Guatemala, Perú, entre otros.

El Salvador es un caso particular debido a que el sistema de salud pública se divide entre el Ministerio de Salud y el Instituto Salvadoreño de Seguro Social (ISSS), que suman la mayor cantidad de centros de prestación. Otras instituciones conforman el Sistema Nacional de Salud (SNS) como lo son el Instituto Salvadoreño de Rehabilitación Integral, el Instituto Salvadoreño de Bienestar Magisterial (ISBM), el Fondo Solidario para la Salud, el Comando de Sanidad Militar (COSAM) y la Dirección Nacional de Medicamentos. A pesar de que parece ser un andamiaje bastante extendido y sólido, es uno de los que peor está preparado para hacerle frente al coronavirus. Los más pobres en el país centroamericano ni siquiera pueden acceder a lo más básico de la medicina general.

El investigador de la Universidad de la República de Uruguay (Udelar), Guillermo Fuentes, cree que esta segmentación provoca que los sectores más ricos puedan acceder -pagando más- a sanatorios de altísima calidad mientras que los más pobres se quedan rezagados.

“Un sistema fragmentado va a ser mucho más débil para responder a oscilaciones y, por lo tanto, va a generar más inequidad. En momentos de crisis los que van a poder atenderse son los que tienen más recursos”, argumentó el investigador.

Destacan en la región los casos de Cuba y Costa Rica. En el caso de la isla caribeña, existe el Sistema Nacional de Salud (SNS), cuyo órgano rector es el Ministerio de Salud Pública (Minsap). “El SNS se caracteriza por los principios de universalidad, gratuidad, accesibilidad, regionalización e integralidad, con alcance a todos los ciudadanos en el campo y la ciudad, y además con una concepción internacionalista”, señala la OPS. Por su parte, Costa Rica tiene a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) que garantiza el acceso a la salud incluso a aquellas personas que no pueden pagar.

Argentina también tiene un sistema también universal de sanatorios y hospitales pero se puede acceder, desembolsando más, a hospitales privados de gran calidad que, por sus costos prohibitivos, quedan limitados a los sectores más ricos.

El sistema de salud de México está compuesto por dos sectores: público y privado. El sector público comprende a las instituciones de seguridad social como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), Petróleos Mexicanos (PEMEX), la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), Secretaría de Marina (SEMAR) y otros, que prestan servicios a los trabajadores del sector formal de la economía, y a las instituciones que protegen o prestan servicios a la población sin seguridad social, dentro de las que se incluyen el Seguro Popular de Salud (SPS), la Secretaría de Salud (SSa),los Servicios Estatales de Salud (SESA) y el Programa IMSS-Oportunidades (IMSS-O). El sector privado presta servicios a la población con capacidad de pago. Aunque el seguro social mexicano es uno de los modelos más estudiados a nivel mundial por su alcance y universalidad, se repite la realidad de seguros privados con mejor calidad pero mucho más caros.

Guatemala, el país más densamente poblado de Latinoamérica con 117 habitantes por km2 y una población de 17 millones. Guatemala ha entrado en las primeras etapas de la transición epidemiológica caracterizada por la coexistencia de padecimientos propios del subdesarrollo con enfermedades no transmisibles, crónicas y degenerativas. Esto plantea retos importantes para un país pobre y con un sistema de salud altamente fragmentado. La pobreza se manifiesta en una desnutrición crónica en 43.4% de los menores de cinco años y carencias nutricionales en alrededor de 30% de las mujeres gestantes.

 

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