FEMINISMO Y POLÍTICA

“A las mujeres políticas sus colegas varones las tratan con desprecio, las ningunean, les toman el pelo y les faltan el respeto”

“Que quede muy claro que no quiero responsabilizar a las mujeres políticas, porque es parte de lo que el sistema las obliga a hacer ¿Cómo hacer para resistir estos niveles de hostilidad siendo mujer? Este escenario te hace bajar los reclamos y te hace adaptarte a esta forma de hacer política” comentó la politóloga, feminista e integrante de Cotidiano Mujer, Soledad González, en esta entrevista de Ana María Mizrahi para LARED21.

 

El colectivo Cotidiano Mujer lanzó la campaña en favor de Democracia Paritaria. ¿A qué responde la campaña Democracia Paritaria?

 

En Cotidiano Mujer venimos trabajando el tema de la paridad hace muchos años. Revisaba una publicación de 2014 que se llama “Renovación y Paridad”, que editó Cotidiano, ya analizando las elecciones y los resultados de 2014, y “un horizonte lejano” tituló Niki Johnson (politóloga), responsable de la publicación. Se analizaba la evolución de la participación política efectiva en los cargos  de gobierno, en el Parlamento, de las mujeres. En esta oportunidad, seguimos en esa línea de trabajo, volviendo a poner sobre la mesa la necesidad de impulsar la paridad en todo el sistema político. En el Parlamento, hay únicamente un 20% de bancas ocupadas por mujeres. Es extremadamente bajo. La ley de cuota intentó que hubiera un 30%, es un porcentaje mínimo que se considera aceptable de participación política. Estamos aún más abajo.

Hay que estudiar las causas de porqué en Uruguay hay una barrera tan grande a la participación política de las mujeres.

Una evaluación de los 15 años de los gobiernos del Frente Amplio (FA) en relación a la democracia paritaria ¿Se avanzó?

Se avanzó muy poco. En el gobierno encabezado por José Mujica (2010– 2015) se vota la ley de cuota y recién se aplica un periodo después. Pensemos que en Argentina, la ley de cuota se votó en 1991.  Venimos con un atraso en participación política de las mujeres muy grande, lo mismo en la elección de presidentas, en el país nunca hubo una, por primera vez tenemos una vicepresidenta electa (Beatriz Argimón) y en Argentina, Brasil y Chile hubo presidentas electas, países que son conservadores en lo que hoy llamamos la nueva agenda de derechos. Nosotros somos de avanzada en esa agenda, matrimonio igualitario, despenalización del aborto, ley de identidad de género, regulación del cannabis, y sin embargo, no pasamos del 20% de parlamentarias. Argentina está por encima del 40% de parlamentarias mujeres, es muy grande la diferencia, pero también es producto de que vienen de mucho antes trabajando la participación política. Chile es un país bastante conservador, las mujeres no se pudieron divorciar por sola voluntad hasta el 2004. Sin embargo, eligieron a Michelle Bachelet en dos periodos como presidenta. Ahí hay un nudo muy grande, hay que estudiar las causas de porqué en Uruguay hay una barrera tan grande a la participación política de las mujeres.

Si bien hubo avances durante los gobiernos del FA, fueron avances muy conflictivos. Si pensamos que Tabaré Vázquez en 2008 vetó la ley de despenalización del aborto, y luego el FA lo vuelve a elegir para ser candidato, habla de la poca importancia que ese veto tuvo en la dirigencia del FA.

 Entonces en 15 años con el FA no se avanzó demasiado ¿Ahora cómo está la situación con este gobierno encabezado por Luis Lacalle Pou?

Si bien hubo avances durante los gobiernos del FA, fueron avances muy conflictivos. Si pensamos que Tabaré Vázquez en 2008 vetó la ley de despenalización del aborto, y luego el FA lo vuelve a elegir para ser candidato, habla de la poca importancia que ese veto tuvo en la dirigencia del FA. Un hecho tan grave, como fue vetar  una ley votada en el Parlamento por la bancada del FA, sin embargo se lo vuelve a elegir para ser candidato. Si vamos al último año del gobierno del FA (2019) y vemos que el presupuesto de INMUJERES (Instituto de las Mujeres) era el 2% del presupuesto del MIDES, hablamos de la poca importancia que se le daba. No se combate la desigualdad con un 2% del Presupuesto. Son señales que muestran lo que cuesta avanzar en la igualdad, aún en la izquierda.

De izquierda a derecha nadie se salva. Ningún partido es entusiasta de la participación política de las mujeres.

¿Y con este gobierno?

Hay legisladoras comprometidas con la paridad, es el caso de Beatriz Argimón, la senadora (PN) Gloria Rodríguez tiene en carpeta un proyecto de ley de paridad. Este tema no está en el tapete, no está en la discusión pública y hay resistencia en los hombres. Esto es transversal a todos los partidos políticos. De izquierda a derecha nadie se salva. Ningún partido es entusiasta de la participación política de las mujeres. El FA votó las listas paritarias para las elecciones, sin embargo hoy día los organismos que funcionan como dirección política lo hacen solo con hombres. Las resistencias son enormes, los hombres no asumen que para que las mujeres participen y ocupen espacios reales, ellos tienen que correrse. Si las bancas son 99 y nosotras queremos tener la mitad de las bancas, habrá unos cuantos hombres que no serán ni diputados ni senadores. El punto es, la disputa por el poder es muy dura y no están dispuestos a ceder, reconocen de una manera superficial la desigualdad, pero no les interesa en lo más mínimo generar condiciones para que esto cambie. 

Hay muchos mecanismos de violencia política naturalizados, aceptados por quienes militan y por las mujeres que militan también. Quiero que quede claro que no quiero responsabilizar a las mujeres,  porque es parte de lo que el sistema las obliga a hacer ¿Cómo hacer para resistir estos niveles de hostilidad siendo mujer? Este escenario te hace bajar los reclamos.

Chile es un ejemplo con la decisión de que la Constituyente sea paritaria, a la vez el movimiento feminista chileno generó un cambio significativo, algo que las feministas y las mujeres uruguayas no lograron que hiciera “carne” en la gente en la sociedad uruguaya ¿Coincidís?

En Chile hubo una ruptura muy grande de lo que ocurrió en el proceso anterior, salen a la calle y lo que logran es un ejemplo a estudiar, ellas logran que la Constituyente sea paritaria y a la vez logran que los grupos excluidos de los pueblos originarios, Mapuches y otras etnias tengan participación. Nosotros no venimos de esa tradición, lo nuestro es de avanzar pausadamente. En Uruguay no asumimos que hay una disputa muy grande y un problema muy serio. De tan árido que es, hace que el movimiento feminista uruguayo que es muy grande y activo en muchos temas, este tema no lo termina de tomar como una causa por la que pelear. Ni en las manifestaciones del 8M, ni en manifestaciones en las redes sociales, se ve a  colectivos feministas pidiendo paridad en la participación política, incluso es al revés, hay un rechazo a entrar a los espacios mixtos de participación política porque de verdad son muy violentos con las mujeres. Se las trata con desprecio, ninguneo, tomaduras de pelo y falta de respeto, todo el tiempo te están “chicaneando” y es peor aún si sos una mujer fuerte y opinas en contra de lo que opinan los varones, enseguida te buscan alguna debilidad para convertirte en una persona despreciable, con la que no se puede hablar, ni militar. Hay muchos mecanismos de violencia política naturalizados, aceptados por quienes militan y por las mujeres que militan también. Quiero que quede muy claro que no quiero responsabilizar a las mujeres, porque es parte de lo que el sistema las obliga a hacer ¿Cómo hacer para resistir estos niveles de hostilidad siendo mujer? Este escenario te hace bajar los reclamos y te hace adaptarte a esta forma de hacer política, todo eso impacta en esto ¿Cómo las compañeras de cualquier lugar terminan haciendo política en estos ámbitos  mixtos? No solo en los partidos políticos, en las organizaciones sindicales y sociales también. Creo que nos falta a nosotras mismas denunciar la violencia política. Tenemos claro que hay violencia doméstica, de cómo debemos actuar, está en el tapete, el acoso callejero, en la calle no te pueden chiflar, ni decir linda, he participado en muchos talleres, pero no hablamos de la violencia política, nadie habla de este problema, y es parte fundamental que limita el acceso de las mujeres a la política.

(Las mujeres) si salís a hablar “mal” de un compañero públicamente, seguramente no sigas haciendo política nunca más, el costo que tiene para las mujeres denunciar estos hechos hacen que te quedes  afuera. Las mujeres que hacen política no son tontas, ni tienen mala fe, están constreñidas, si te enfrentas con los que detentan el poder, porque de ellos depende que ocupes un lugar en una lista, o que ocupes un cargo, o que puedas ser considerada para ocupar un cargo público, es decir, si no te comportas de determinada manera, no serás considerada para nada.

¿Las mujeres políticas ocultan lo que sus colegas varones les dicen?

No tienen más remedio si quieren seguir haciendo política, si salís a hablar “mal” de un compañero públicamente, seguramente no sigas haciendo política nunca más, el costo que tiene para las mujeres denunciar estos hechos hacen que te quedes  afuera. Las mujeres que hacen política no son tontas, ni tienen mala fe, están constreñidas, si te enfrentas con los que detentan el poder, porque de ellos depende que ocupes un lugar en una lista, o que ocupes un cargo, o que puedas ser considerada para ocupar un cargo público, es decir, si no te comportas de determinada manera, no serás considerada para nada, aunque seas más inteligente que la media de los varones.

¿Esto atraviesa a todas las colectividades políticas?

 

El feminismo al menos en teoría tiene que ver más con la izquierda que con la derecha, nunca entro en la discusión si las mujeres políticas pueden estar en este u otro partido, es una discusión compleja, pero en teoría el feminismo es de izquierda, es más lógico que haya mujeres conservadoras que acepten estas reglas del juego. Hay mujeres amas de casa que defienden su rol, que consideran que ellas deben quedarse en su casa a criar a los hijos y que su esposo es el “proveedor” que trae el alimento. Es decir, hay mujeres que cree que esa forma de vida es esas, y está perfecto que lo crean. En ese sentido el espectro izquierda – derecha, es distinto, en los partidos conservadores hay más mujeres conservadoras que consideran que ese debe ser su lugar. Termina siendo contradictorio, porque ocupar un cargo político, no es el lugar de un conservador. Las mujeres conservadoras que ocupan lugares políticos, tienen una contradicción en sí mismas, pero aun ocupando lugares que no son propios de las mujeres, defienden los valores de los hombres de ese partido. Son funcionales a ellos, y ese también es un problema que tenemos las mujeres, porque también depende de los varones, en esto de las mujeres que exigen espacio para la participación política. Cuando logramos que se abran los espacios, lo primero que hacen los hombres que detentan poder en el lugar, es seleccionar aquellas mujeres que son funcionales a sus intereses, y luego son las primeras que llegan. Esto que planteo no es 100% así, ya que hay compañeras peleadoras por la igualdad que acceden a ciertos espacios, pero son muchas menos, el mecanismo de selección que hace el “patriarcado” a nivel político deja afuera a las más rebeldes. Esto les pasa a todas en todos los partidos

¿Es complicado que las mujeres feministas lleguen a altos cargos políticos?

Es complicado y si llegan lo hacen con bajo perfil feminista, lo son más internamente que públicamente, no reclaman tanta igualdad, lo hacen de forma más callada y sutil. Es la única manera que tienen. Las circunstancias en las que las mujeres políticas hacen política son muy difíciles.

La Ley integral de violencia de género, al sistema político nunca le interesó darle presupuesto, no es solo de este gobierno ya que la ley fue aprobada por el gobierno anterior y nunca tuvo presupuesto.

En los últimos días se conoció el femicidio de una joven de 16 años a manos de su ex pareja un mayor de edad y por parte de autoridades políticas y del sistema de justicia se escucharon afirmaciones del estilo: él tenía celos patológicos, pasión masculina, baja tolerancia a la frustración ¿Cómo viste esa lectura de los hechos?

Demuestra el lugar donde estamos, falta de conocimiento, falta de sensibilidad, falta de formación en los operadores judiciales que tienen un rol fundamental a la hora de proteger la vida de las mujeres y no tienen conocimiento de lo que es la violencia de género, y tratan los femicidios como un crimen pasional. Hay un problema de “propiedad”, de que creen que las mujeres somos de su “propiedad”, es parte del sistema de desigualdad en la que estamos inmersas y la falta de acciones para combatir esta violencia. Cada vez que hay un femicidio pregunto ¿qué acciones diferenciales se han tomado? Si no se toman acciones, nunca va a cambiar esta problemática ¿Que cosas se han hecho? Casi ninguna, son “gotas en un océano” las que se vuelcan para atender la violencia de género. La Ley integral de violencia de género, al sistema político nunca le interesó darle presupuesto, no es solo de este gobierno ya que la ley fue aprobada por el gobierno anterior y nunca tuvo presupuesto. Hoy día, se presupuestan tres juzgados que todavía no están, que vaya a saber cuándo los terminan poniendo. Y ese es el gran mérito para la ley ¡No señores! faltan decenas de millones de dólares para que esa ley se aplique, lo otro son “gotas en un océano”. Ahora hay un retroceso enorme, el MSP retira de las metas asistenciales de salud la existencia de equipos de referencia en violencia de género en ASSE y las mutualistas. Es un retroceso, costó muchísimo que el sistema de salud tuviera equipos de referencia en violencia de género, son servicios que cubren principalmente a niños, niñas y adolescentes, que están aún en peores condiciones que las mujeres que sufren violencia. Los niños que sufrieron abuso sexual esperan un año para que los servicios de INAU los atiendan. Quienes cubren las necesidades de niños y madres son los servicios de salud, sacarlos es un retroceso. Si a la mutualista no le integras estos servicios como una meta asistencial, van a empezar a decaer, porque los empresarios de la salud no van a dar un servicio que no les reditúa económicamente.

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