Cómo liberarnos de las AFAP sin fracasar en el intento

afaps
La Ley 16.713 convirtió la Seguridad Social en un negocio; le introdujo el concepto de lucro y la abandonó a manos de las sociedades anónimas. El nuevo sistema parió a sus engendros más abominables: las AFAP. Inicialmente eran seis, y sus partidarios sostenían que era muy importante esta multiplicidad de cabezas de hidra; porque según las leyes de mercado no sólo habría más libertad de opción para el trabajador, sino que además, la libre competencia entre ellas llevaría a la baja el costo de las comisiones.

A pesar de los augurios tecnocráticos favorables, a la hidra se le secaron cuatro cabezas: Comercial, Santander, Unión y Capital. La quiebra de cuatro en seis empresas representa las dos terceras partes del sistema. Como son cabezas de hidra con sus restos mortales regenerados se construyeron dos nuevas: Afinidad y Unión Capital.

Sobre los demás aspectos de la evaluación también ocurrió todo lo contrario a lo profetizado. La competencia entre ellas es menor, las comisiones aumentaron y las rentabilidades cayeron. Sólo poco más de la mitad de sus afiliados recibe depósitos regularmente en tiempo y forma en sus cuentas de capitalización individual.

El ahorro acumulado de los trabajadores no se invirtió productivamente ni con sentido social como se había prometido, está actualmente «empapelado» por valores públicos.

El reducido monto de sus prestaciones lo establecen compañías aseguradores que usan para sus cálculos tablas de esperanza de vida que llegan hasta los 110 años.

Los creadores de semejantes monstruos dispusieron en la propia ley que el mismísimo Banco Central quedara a cargo de la vigilancia y contralor de las AFAP. La Memoria Trimestral Nº 23 de la División Control de AFAP del Banco Central informa casi 90 sanciones impuestas a las Santas. Elegimos 12 causales a vía de ejemplo: Falsificación de firmas; ofrecimiento de estímulos no permitidos; realización de operaciones fuera del mercado formal; irregularidades en las cuentas de capitalización individual; irregularidad en los poderes de los traspasos; afiliaciones irregulares; proporcionar información errónea; estimaciones pensionarias sobre bases no autorizadas; violación al principio de libertad de elección de AFAP; irregularidades en la entrega de información sobre inversiones; incumplimiento de la Reserva Especial Mínima; publicidad no veraz.

En nuestra opinión no se trata de faltas, sino de verdaderos delitos, cuya comisión debería llevar a los responsables ante la ley para rendir cuentas en el ámbito del Derecho Penal.

La estrategia para terminar con las AFAP consiste en valerse de las leyes de mercado, en particular del libre juego de la oferta y la demanda, para generar una situación de competencia entre las AFAP de capital privado, que les altere a tal extremo la ecuación económica para que tengan que cerrar al igual que lo han hecho las cuatro AFAP que ya no existen; unificándose los respectivos Fondos de Ahorro Previsional con el de República AFAP de capitales públicos y finalmente éste último, con el patrimonio del Banco de Previsión Social, regresando todos los afiliados al sistema de ahorro público y de solidaridad intergeneracional.

Paso 1: El Poder Ejecutivo debe dictar un decreto permitiendo a todos aquellos trabajadores que no estando obligados por la Ley 16.713 optaron voluntariamente por afiliarse a una AFAP, revocar si lo desean, esa decisión realizada en 1996 y volver al régimen del BPS. Esta medida le restará miles de afiliados al sistema de ahorro individual disminuyendo el importe total de comisiones que mensualmente perciben.

Paso 2: El BPS debe pasar a cobrarles a todas las AFAP la verdadera cifra de reintegro de gastos por concepto de tareas de recaudación, administración y distribución de los montepíos. En la actualidad cobra por esos conceptos un reintegro exiguo, podría decirse de carácter simbólico. Esta medida encarecerá los costos operativos de las AFAP, reduciendo sus margénense de ganancia.

Paso 3: En su carácter de accionistas de República AFAP el Banco República (51%), el Banco de Previsión Social (37%) y el Banco de Seguros (12%) deben aprobar mediante la celebración de una Asamblea de Accionistas reducir el valor de las comisiones que actualmente se les cobran a los trabajadores hasta un nivel mínimo, de tal forma que la AFAP deje de generar utilidades a costa del bolsillo de sus afiliados. Esta medida tiene el propósito de generar traspasos masivos de afiliados desde las AFAP privadas hacia República AFAP.

El plan que permite liberarnos de las AFAP está al alance del Poder Ejecutivo. Es tan sencillo que no requiere alterar el orden legal vigente y por lo tanto no involucra al Poder Legislativo. No da lugar a ningún tipo de reclamaciones o juicios ante el Poder Judicial. Se basa pura y exclusivamente en el funcionamiento de las leyes de libre mercado; ¡es a todas luces un plan neoliberal!

El gobierno a más de un año y medio de gestión no ha tomado ninguna medida al respecto. Suponemos que este estado de cosas en la Seguridad Social le resulta funcional en otros sentidos. Le permite, por ejemplo, mediante la colocación de papeles públicos apropiarse de fondos frescos generados por el ahorro de los trabajadores para así en parte enjugar el déficit fiscal y adelantar el pago de cuotas al FMI.

Dado el silencio reinante en la materia, sería posible inferir que a nivel oficial los reformadores han pactado con los oportunistas y el tema no será agitado a nivel de la opinión pública antes de la próxima campaña electoral. *

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje