CÁÑANO Y CANNABIS

Nueva regulación en el cáñamo y cannabis medicinal “da oxígeno”, pero falta camino por recorrer

Se prevé que el sector pueda exportar USD 500 millones para 2022 y genere más de 10.000 puestos de trabajo directos.

Female scientist in a laboratory working with cbd oil extracted from a medical marijuana plant. She is checking the marijuana plant. Healthcare pharmacy from medical cannabis.
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A principios de agosto, el gobierno emitió dos decretos orientados a impulsar el desarrollo de la industria del cáñamo y del cannabis medicinal. En este marco, el Socio Regional de CPA FERRERE, Leonardo Isoardi, analizó el nuevo escenario que se genera a partir de las modificaciones a la normativa vigente.

La nueva regulación produce “un cambio radical” ya que abarca al cáñamo industrial dentro de las posibilidades de exportación, que hasta entonces se limitaban únicamente al cannabis medicinal, aseguró Isoardi. Mientras que uno de los decretos autoriza la exportación de los volúmenes de cannabis psicoactivo de uso medicinal cosechados en las zafras 2018, 2019 y 2020, el otro hace lo propio para el cannabis no psicoactivo (cáñamo). A partir de ahora las empresas podrán vender cáñamo con fines industriales, como la fabricación de cosméticos, alimentos o bebidas.

Según Isoardi, el potencial de esta actividad comercial “es incalculable”. “En poco tiempo, este mercado va a estar exportando más de USD 100 millones y tenemos clientes que están pensando en exportar de acá al año que viene USD 50 millones, un tercio de lo que exporta un frigorífico. Ese mismo mercado está proyectando que en 2022 va a estar exportando USD 500 millones, de acá a tres o cuatro años, más de USD 1.000 millones”, señaló. El potencial es mucho más grande, por ejemplo, Colombia prevé exporta USD 2.800 millones para el 2025 y Perú ha cuantificado su exportación en USD 1.000 por hectárea.

Entre los potenciales mercados de exportación, se destacan Italia, Alemania, Israel, Australia y Suiza. “Es muy importante que el gobierno comience a dar señales más claras, porque los decretos fueron un gran oxígeno para el sector, pero hoy por la dilación en este cambio varias empresas han decidido abandonar el país y otras han perdido negocios”, señaló Isoardi. El mercado global está en constante crecimiento, específicamente en cáñamo con destino industrial y alimentación. En este sentido, actualmente Alemania tiene una demanda superior a toda la producción de Europa. Por esto es necesario que el gobierno uruguayo priorice abrir mercados.

El rubro podría ser también de gran relevancia para la generación de empleo, puesto que se estima que se podría llegar a 10.000 puestos de trabajo directos. En Salto se encuentran dos de las principales empresas del sector, pero también existen emprendimientos en San José, Colonia, Montevideo y Canelones.

Los inversores de estas empresas siguen a la regulación, por este motivo Uruguay “es muy atractivo”, indicó Isoardi. “Hoy nuestro país mantiene tiene una normativa muy amplia, que permite producir, extraer y comercializar en cualquier momento de la cadena de producción. Además esto permite permear en toda la sociedad, porque varias empresas buscan productores asociados. Esto es, productores agrícolas que hoy no tienen una gran rentabilidad con la soja, pero conocen el oficio, puedan plantar una parte de su tierra con cannabis y obtener el doble de rentabilidad que si plantaran soja”, agregó.

Cómo competir

Para hacerle frente a esta nueva realidad, y poder competir dentro de un mercado que ha crecido exponencialmente a nivel mundial, el especialista cree que las empresas deberán adaptar sus industrias. “Si realmente se lo propone, Uruguay podría ser el líder del sector a nivel mundial, porque tiene varias ventajas respecto a otros países: tierra, muy buen clima, mano de obra y especialización en cultivos”, aseguró.

En cuanto a la competitividad local, Isoardi consideró que, si bien muchas veces escuchamos que Uruguay es caro, para este sector no lo es: producir en Uruguay cuesta un tercio que hacerlo en Canadá o California. Pero lo que “lo que más buscan las empresas es la regulación clara, que les permita crecer… Aquí la normativa es amplia, pero necesita ser clara. Que exportar sea muy fácil”.

Paraguay también comenzó a regular el cannabis medicinal y, si logra atraer inversores, será un competidor muy difícil para Uruguay.

El próximo paso

Finalmente, Isoardi destacó el potencial que tiene para el país la formación de semillas aprobadas por el Instituto Nacional de Semillas (INASE), que se empezarán a comercializar en octubre. “Este mercado podría llegar a generar una revolución, porque en muchos países no es posible ‘generar’ su propia semilla, pero permiten importarla.

“Hoy estamos ante la oportunidad de generar la materia prima, promover una industria que extraiga el CBD y potenciar la especialización científica. Todos los actores deben entender que este es un negocio de tiempo, si no logramos ser que el sector despegue rápidamente otro lo hará”, concluyó el socio de CPA FERRERE.

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