ciudad sin autos

Los autos están desapareciendo de París, una ciudad cada vez más caminable y pedaleable

La proporción de viajes en vehículo automotor privado realizados en la ciudad se ha reducido a casi la mitad desde los noventas, y la tendencia apunta a una aceleración del incremento en el tránsito a pie, en bicicleta o en transporte público.

París tiene más de 750 kilómetros de ciclovías. Foto: UNsplash / Eddie Junior
París tiene más de 750 kilómetros de ciclovías. Foto: UNsplash / Eddie Junior

Por Carlos Loría – redactor periodístico

París está a no menos de 200 kilómetros de la playa más cercana, en la costa del Canal de la Mancha, pero los parisinos pueden disfrutar de sus sillas y sombrillas de playa cada verano, tirados en la arena en las llamadas “Paris Plages”, que se instalan cada año al lado del río Sena. Esta revolucionaria idea de la alcaldesa progresista, Anne Hidalgo, se instaló en 2016 luego de años de consulta, y fue solamente el primer paso para convertir a París en una urbe cada vez más vivible para sus residentes.

“Este solía ser un rincón muy estresante de la ciudad”, dice Françoise Genet, de 38 años, bebiendo un vaso de limonada mientras sus dos hijos cavan en la arena. “No es exactamente la Costa Azul, pero ahora casi siento que estoy de vacaciones aquí”.

Le siguió una de las movidas más intrépidas: ir cerrándole el paso a los vehículos privados poco a poco, sumándose a una amplia cantidad de ciudades -mayormente europeas- que van tomando conciencia sobre el impacto de la creciente masa vehicular, tanto en las personas como en las estructuras.

Los automóviles de pasajeros emiten enormes cantidades de contaminación y son un uso ineficiente del espacio público finito. Son la segunda mayor fuente de emisiones de gases de efecto invernadero de Europa y la principal causa de muerte de niños.

En Copenhague, por ejemplo, se ha calculado que cada kilómetro recorrido en bicicleta por un residente obtiene un beneficio de US$0,64, mientras que cada kilómetro recorrido en auto cuesta a la ciudad US$0,71 en impactos sobre la salud, la seguridad, la infraestructura vial y el medio ambiente.

Pero en París, en los últimos años se han implementado una serie de medidas para priorizar a los peatones y los ciclistas, y reducir el tránsito vehicular al mínimo necesario. Además de peatonalizar los costados del Sena, la capital francesa ha prohibido los coches diésel, que son sumamente contaminantes, mediante la creación de una zona de bajas emisiones (que será progresivamente más estricta desde ahora hasta 2030), se ha reducido el acceso de los coches particulares a las calles principales, se ampliaron las zonas verdes y se promovieron otras formas de movilidad limpia en la ciudad.

Durante la pandemia, París agregó 50 kilómetros más de bicisendas o ciclovías, que se sumaron a una extensísima red de más de 700 kilómetros ya existentes.

Como resultado, la proporción de viajes en coche en París se ha reducido en un 45 por ciento desde 1990, según un artículo publicado por la revista Les Cahiers Scientifiques du Transport. Al mismo tiempo, el uso del transporte público ha aumentado en un 30% y la proporción de ciclistas se ha multiplicado por diez.

Otra investigación independiente del Taller de Planificación Urbana de París (APUR) concluyó que la cantidad de vehículos en la ciudad se ha reducido año con año, cada vez más rápido, desde 2012. Si se le compara con el promedio nacional, 9 de cada diez franceses tienen un vehículo, pero solo 3 de cada 10 parisinos poseen uno.

 

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