ENTREVISTA

Inmunólogo Álvaro Díaz: “Cualquier vacuna que recibamos es mejor que estar sin vacunarse”

Díaz subrayó que “es probable que en los próximos años tengamos que recibir refuerzos de las vacunas para cubrirnos frente a las nuevas variantes del virus”.

 

Una primera reflexión sobre este momento tan complicado que está viviendo el país en relación a la Pandemia y la importancia de la vacunación

Es un momento complicado, tenemos el peor índice de Harvard, es el peor momento desde que comenzó la Pandemia y es esperable incluso que la situación empeore. Hay cansancio, desgaste, hace ya un año que estamos en esta situación, que nos lleva colectivamente a aflojar los esfuerzos. En realidad no es momento para aflojar.

Hasta donde sabemos, la vacuna (ASTRAZENECA) no está asociada con estos eventos de trombosis, al menos al día de hoy

Hay países que suspendieron la vacunación con la vacuna de ASTRAZENECA y a la vez se acaba de aprobar la de la empresa JOHNSON & JOHNSON ¿Cuántas vacunas están en el mercado y son confiables?

Desde el comienzo de la Pandemia, hubo un número muy grande de vacunas, y un “puñado” de ellas no funcionaron, pero siguen en desarrollo. Las vacunas se basan en tecnologías diferentes, no son todas iguales. Están las vacunas de PFIZER, MODERNA, ASTRAZENECA, SINOVAC, SPUKNIK, SINOPHARM, JOHNSON & JOHNSON, NOVAVAX, son 8 y posiblemente se me está escapando alguna. Nos acercamos a la decena de vacunas aprobadas. Con la vacuna de ASTRAZENECA parece haber un “tironeo” político entre la Unión Europea y la empresa, por los plazos de entrega de las dosis, tampoco podemos decir que este tironeo está influyendo en lo que está pasando. Hubo susto colectivo porque aparecieron casos de trombosis en personas vacunadas con ASTRAZENECA. Sin embargo, hay que destacar que no hay evidencia que la trombosis esté asociada a la vacunación. La vacuna se da a mucha gente, hay personas con problemas previos y algunos de los que recibieron la vacuna, como también podía pasar con gente que no recibió la vacuna, desarrollaron enfermedades. Pero hasta donde sabemos, la vacuna (ASTRAZENECA) no está asociada con estos eventos de trombosis, al menos al día de hoy. Por prudencia detuvieron la vacunación con ASTRAZENECA, pero es demasiado temprano para preocuparse, hay que esperar y ver qué pasa. Hubo “sustos” previos, por eso hay que ser muy prudentes

¿No se puede decir que hay vacunas de primera y de segunda categoría?

No se puede, científicamente para decirlo hay que compararlas en el mismo ensayo clínico, a veces esos ensayos se hacen, pero no en este caso. Los ensayos son diferentes y en poblaciones diferentes. No son cosas comparables. Además, cuando se hace un ensayo clínico, la enorme mayoría de los casos que van a usarse para calcular la  eficacia de la vacuna, son casos leves o sea COVID sintomático pero leve, falta de olfato, fiebre baja, cansancio, etc. Y en base a esto se calcula la eficacia. Para las vacunas que tenemos en Uruguay, la eficacia de la de PFIZER está por encima del 90% y la de SINOVAC (China) está en una eficacia del 50%. Estos porcentajes se basan en ensayos clínicos, el de SINOVAC en Brasil dio un 50% pero el ensayo con esta vacuna en Turquía con menos gente, dio 90%. Los números están basados en casos totales y leves. Cuando vemos los casos graves, todas las vacunas aprobadas muestran eficacias muy altas. Entonces, las diferencias que son reales, se achican. Respecto a la vacuna de SINOVAC, no hay un artículo científico con el conjunto de los datos. Conocemos menos respecto a su eficacia en relación a la vacuna de PFIZER. Los datos de SINOVAC sugieren  que la eficacia contra el COVID grave también será alta.

SINOVAC utiliza un tipo de tecnología que se viene usando hace décadas. Tiene una tecnología muy parecida a la que se usó para crear la vacuna contra la Hepatitis A.

Se evalúa empezar con SINOVAC en los mayores de 60 años ¿Verdad?

SINOVAC utiliza un tipo de tecnología que se viene usando hace décadas. Tiene una tecnología muy parecida a la que se usó para crear la vacuna contra la Hepatitis A. Es decir, no es un tema de riesgo, sino que en el ensayo clínico más grande que hay que fue hecho en Brasil, no había suficiente número de personas mayores, como para que se considerara que había certeza estadística de la eficacia en personas mayores. Dijeron no tenemos certeza, por eso no la usamos para personas mayores. Surgieron datos nuevos, en particular de Chile que está usando esta vacuna y en base a esos datos, en lo personal no los he visto, las autoridades sanitarias decidieron extenderla a las personas de la franja de 60 a 70 años.

No hay duda, la relación beneficio – riesgo, para cada uno de nosotros lo que nos conviene es vacunarnos.

¿Toma más riesgo una persona que no se vacuna, que una que sí se vacuna?

No hay duda, la relación beneficio – riesgo, para cada uno de nosotros lo que nos conviene es vacunarnos. Cualquier vacuna que recibamos es mejor que estar sin vacunarse. Hoy el riesgo de morirse de COVID es real, no digo que es altísimo, de los que se infectan, alrededor de un 1% se mueren. Es un riesgo significativo, mientras que el riesgo de las vacunas es diminuto, no se puede siquiera calcular. No hay evidencia de nada negativo que traigan estas vacunas. Es importante recalcar, aquí en Uruguay,  no somos los primeros “conejillos de indias”, se han vacunado centenas de millones de personas en el mundo y básicamente no ha habido problemas. Con la de PFIZER hay entre 5 y 10 casos por millón de dosis, de personas que son alérgicas a algún componente de la vacuna y hacen reacciones severas, que sí el sistema de salud está prevenido, no son un problema porque esas personas, se le da un medicamento y se la saca de esa situación. Por eso actualmente, las personas vacunadas se tienen que quedar 15 minutos en el puesto de vacunación antes de retirarse. Esto es lo único “serio” que se ha visto, y dicho sea de paso, es algo que pasa con los medicamentos en general. Hay personas que hacen reacciones alérgicas severas a diferentes medicamentos incluyendo los antibióticos.

¿Hay incertidumbre en cuanto a la inmunidad de las vacunas?

Sí porque no ha habido tiempo para evaluar. No ha habido tiempo de evaluar cuánto dura la inmunidad después de tener COVID, la infección en sí, y tampoco hubo tiempo de saber cuál es la inmunidad de las vacunas. Hay dos factores: uno es cuanto duran lo anticuerpos y cuánto dura la memoria inmunológica del sistema inmune, hay cierta incertidumbre, por lo menos un año van a durar. Hay incertidumbre también sobre otro aspecto que se cruza y que  complica, que es la aparición de las variantes del virus. Hay variantes para las cuales aparentemente la protección que dan las vacunas aprobadas es menor, no es que sea cero, pero es menor. En la medida que esas variantes se generalicen, y eso incluye la variante P1 que se ha extendido desde el Amazonas  al resto de Brasil, seguramente nos  va a llegar a nosotros. En la medida que se generalice y la eficacia de las vacunas sea menor frente a estas nuevas variantes, sumado a que la protección inmunológica decrece con el tiempo, se suman esos dos elementos y puede hacer que la protección que dan las vacunas dure menos de lo que quisiéramos.  No sabemos cuánto va a durar, pero es probable que en los próximos años tengamos que recibir refuerzos de las vacunas que estamos utilizando ahora y esos refuerzos estarán actualizados para cubrirnos mejor frente a las nuevas variantes del virus.

En la historia de la vacunación no hay antecedentes de efectos secundarios a largo plazo. Los efectos secundarios que se ven son en los primeros días.

¿Cuánto preocupa al mundo científico los efectos secundarios de estas vacunas a largo plazo?

En la historia de la vacunación no hay antecedentes de efectos secundarios a largo plazo. Los efectos secundarios que se ven son en los primeros días. Las aprobaciones que se han dado de estas vacunas, luego de una segunda dosis, se le hizo un seguimiento durante dos meses, con un criterio de prudencia. No hay antecedentes a largo plazo, hay mucha “bola de nieve”, hay mucho “cuco” y parte es porque hay tecnologías de algunas de las vacunas que se están dando que son nuevas, no es el caso de SINOVAC, que usa una tecnología tradicional.

La famosa “inmunidad de rebaño” indica que debe estar protegida de la infección y de transmitir a otros, entre un 60 y un 70% de la población

¿Qué cantidad de población tiene que estar vacunada para bajar la cantidad de casos?

No es todo o nada, cada factor suma, ese famoso R, que es a cuanta gente contagia cada infectado, disminuye con el uso de mascarilla y con distanciamiento social y también va a disminuir cuando haya gente protegida con la vacunación. Cuanta más gente vacunada más va a disminuir el contagio. Son todas fuerzas que empujan a que estemos mejor. La situación ideal es que el R baje por debajo de 1, sin necesidad de distanciamiento social,  la famosa “inmunidad de rebaño” indica que debe estar protegida de la infección y de transmitir a otros, entre un 60 y un 70% de la población. Las vacunas tampoco van a ser 100% efectivas respecto a evitar la transmisión (del virus). Vamos a tener que vacunar a más del 70% de la población, para llegar a esa situación ideal de la “inmunidad de rebaño”, teniendo en cuenta las nuevas variantes del virus. Hay que vacunar a la mayor cantidad de gente posible.

 

¿Cepas más contagiosas, implica “refuerzos” para las vacunas?

La cepa que surgió en Manaos (Brasil) sería de las más contagiosas. La proteína S (1) cambia lo suficiente como para que los anticuerpos que se generaron por la vacunación contra las cepas que estaban en un principio, esos anticuerpos no se unan bien a la proteína de la variante y no neutralice  al virus con la misma efectividad. Esto segundo, es la primera preocupación. Para poner un ejemplo: haces una toma de sangre en personas vacunadas con la vacuna de PFIZER o de ASTRAZENECA o NOVAVAX y observas cuanto neutralizan al virus y su capacidad de infección en un ensayo de laboratorio. Y para el virus convencional la capacidad de neutralización de esos anticuerpos que están en la sangre, es mayor que la capacidad de neutralizar la variante de “Sudáfrica o de Manaos” que es menor. No es que la capacidad de neutralizar sea cero, pero es notoriamente menor.

(A Uruguay) nos ha afectado “brutalmente” tener un vecino como Brasil. Sus políticas sanitarias han sido caóticas. Tienen una epidemia descontrolada. Nuestro gran problema ha sido la frontera con Brasil.

¿Qué sucedió en Uruguay que hasta noviembre, diciembre hubo cierto control sobre la Pandemia, y luego ese control se perdió?

Voy a hacer de “epidemiólogo aficionado” en vez de 3 millones de técnicos de fútbol, ahora tenemos 3 millones de epidemiólogos. Uruguay tiene menos conectividad con el mundo, y más si nos comparamos con Argentina o Brasil. El virus llegó más tarde, no tenemos ciudades densamente pobladas, no tenemos subtes. La infección se desarrolló de manera más lenta, incluso hubo una muy buena respuesta de la población. Nuestra población es educada, y también se vio golpeada por el miedo a la Pandemia. Luego el miedo y la prevención se fueron desgastando y nos ha afectado “brutalmente” tener un vecino como Brasil. Sus políticas sanitarias han sido caóticas. Tienen una epidemia descontrolada. Nuestro gran problema ha sido la frontera con Brasil.

¿Uruguay debería volver a tener capacidad de producir vacunas?

La respuesta corta es sí, pero no es fácil, el país tiene una escala pequeña, en condiciones normales, fuera de lo que es una Pandemia, producir para nuestra escala, económicamente no es rentable. Si se plantea tiene que ser para la región. Alejandro Chabalgoity (inmunólogo) ha planteado tener una “planta flexible” de productos biotecnológicos de uso humano, que puedan en una situación de Pandemia, adaptarse para producir puntualmente una vacuna que se precisa y en otras situaciones adaptarla para producir fármacos biológicos. Por ejemplo, los anticuerpos producidos por ingeniería genética que se usan en un sinfín de enfermedades diferentes. Son muy caros si los va a comprar y el Fondo Nacional de Recursos no los puede pagar. De esto se está hablando hoy día.

La proporción de gente vacunada es insuficiente como para descansarnos. La vacunación parcial, más el distanciamiento social y la mascarilla, suman para empujar los contagios hacia abajo.

¿La mascarilla y la distancia social llegaron para quedarse?

Por ahora sí. La proporción de gente vacunada es insuficiente como para descansarnos. La vacunación parcial, más el distanciamiento social y la mascarilla, suman para empujar los contagios hacia abajo. Es importante saber que no hay evidencia de hasta qué punto las vacunas aprobadas, incluyendo las que se dan en Uruguay, disminuyen la transmisión del virus. No es lo mismo evitar la enfermedad, que evitar la transmisión. Que significa esto, que una persona vacunada va a visitar a sus abuelos, o a sus padres “añosos”, lo mejor que puede hacer es ponerse la mascarilla. Cuando tengamos una enorme proporción de la población vacunada y se vea que los contagios disminuyen, será otra historia. Esto es posible, no es una quimera, hay países (con altos índices de vacunación) que han visto un descenso significativo en el nivel de contagios

  1. La proteína S es la proteína que sobresale para afuera del virus característicamente y a través de la cual el virus se une a su receptor en las células humanas y logra infectarlas. Le suelen llamar proteína de la espícula o en inglés Spike. La principal forma de defensa contra esta infección es tener anticuerpos que se unen a esa proteína y bloquean su capacidad de que esta se una al receptor en células humanas. 

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