5 DE MAYO SINTACC

Día Internacional de la Enfermedad Celíaca recuerda la importancia de un diagnóstico temprano

La celiaquía, o enfermedad celíaca, es un padecimiento que impide a quienes lo tienen consumir gluten normalmente. Esta produce la inflamación en el intestino delgado y daña su revestimiento, y estos se deben a la ingesta de gluten, un conjunto de proteínas proveninentes de trigo, la avena, el centeno y la cebada.

Los productos libres de gluten tienen este logotipo, que asegura que personas con celiaquía los pueden consumir tranquilamente.
Los productos libres de gluten tienen este logotipo, que asegura que personas con celiaquía los pueden consumir tranquilamente.

Las causas de dicha enfermedad aún se desconocen, pero equipos de investigación de diversas partes del mundo trabajan actualmente en la búsqueda del origen del padecimiento y de tratamientos para su eventual curación o tratamiento.

La celiaquía puede presentarse en cualquier momento de la vida, desde la lactancia hasta la tercera edad.

Las personas con parientes que padezcan la enfermedad celíaca, tienen mayores riesgos de desarrollar la enfermedad, siendo este padecimiento más común en personas de origen étnico blanco y de ascendencia europea. Además, según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, los celíacos tienen mayor propensión a padecer artritis reumatoidea, lupus, cancer intestinal, linfoma intestinal, intolerancia a la lactosa, entre otras enfermedades.

Los síntomas y su diagnóstico

Mayormente, la enfermedad se manifiesta en síntomas gastrointestinales:

  • Dolor abdominal, gases o indigestión
  • Estreñimiento
  • Disminución del apetito
  • Diarrea constante o intermitente
  • Intolerancia a la lactosa (desaparece con un posterior tratamiento)
  • Nauseas y vómitos
  • Pérdida de peso inexplicable

Además de estos síntomas visibles, también se pueden manifestar la propensión a la formación de hematomas, fatiga constante, pérdida de cabello, picazón en la piel o dermatitis herpetiforme, desorden o ausencia en períodos menstruales, entre otros síntomas.

El diagnóstico se realiza con una serie de pruebas para detectar enfermedades raras. Los médicos pueden medir la densidad ósea, el colesterol, niveles de hierro y folato, tiempo de protrombina, niveles de vitamina B12 y D, y pueden realizarse al paciente las «pruebas metabólicas completas».

El diagnóstico temprano es importante para evitar que la condición de salud de la persona empeore, y que aparezcan nuevas afecciones. La enfermedad aún está infradiagnosticada, y se calcula que solo 1 de cada 100 personas que la padecen están enteradas.

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