Primera audiencia. También admitió que perteneció a la JUP y que concurrió armado al juzgado el 30 de octubre pasado

Mangini confesó participación en ataque al liceo donde murió estudiante en 1972

«Tenía 18 años. No era militar, era civil. Aún no había ingresado en la Escuela Militar, era estudiante de la Facultad de Derecho» y «no formaba parte de ninguna organización política (pero) sí estudiantil: la JUP», expresó el militar durante la audiencia. «La JUP era una organización apolítica y cuando se politizó fue la causa de mi alejamiento», dijo Mangini ante el magistrado.

La confesión del militar ante la Justicia se produjo durante su comparecencia como denunciante en la demanda por «Ley de Prensa» que le inició al diario LA REPUBLICA y al periodista Roger Rodríguez, quien realizó una investigación que incrimina a Mangini en la muerte del estudiante Santiago Rodríguez Muela en 1972.

 

Comienza la investigación

La figura del mayor (r) Mangini cobró notoriedad cuando el diario LA REPUBLICA publicó, en la portada de la edición del 31 de octubre de 2007, su foto arengando a militares jubilados, donde se divisaba una pistola Luger bajo el saco, calzada en una funda «tupamara» de cuero marrón.

El registro fotográfico fue el disparador de la investigación de Rodríguez, quien se dispuso a conocer el nombre del «pistolero» que acompañó al general (r) Iván Paulós durante su comparecencia en el Juzgado de la calle Misiones, en la causa que investiga los traslados clandestinos de 1978.

Rodríguez explicó que conocer la identidad del ‘pistolero’ «era una noticia de interés público», por lo que comenzó «a buscar quién era esa persona», hasta que «una fuente militar de Inteligencia me dijo: ‘Nosotros somos serios. No somos como ‘el Zapato’ Mangini. El de la foto».

El periodista relató el proceso de la investigación, desde el comienzo en base a un buscador de Internet y las conversaciones con allegados y familiares de Mangini, hasta la entrevista con Júpiter Irigoyen (testigo del hecho) y las pruebas documentales que señalan a Mangini como uno de los asesinos de Rodríguez Muela.

El devenir de la historia trastocó la investigación hacia la muerte de Rodríguez Muela «porque su muerte no era una más. Había muerto un ‘subversivo’ y lo habían matado estudiantes que se decían ‘demócratas'», cuando una «patota» de la JUP «asaltó» el Liceo Nº 8.

 

Su presencia en el liceo

El mayor (r) Mangini afirmó ante el juez Charles que concurrió al Liceo Nº 8 el 11 de agosto de 1972 ante «un llamado a estudiantes demócratas por los sucesivos problemas que había en la enseñanza, como ocupaciones y problemas por la actividad de grupos de izquierda».

El militar dijo desconocer a «la gran mayoría» de los integrantes de la patota de la JUP que participaron esa noche, al menos «de nombre y apellido», y que él «no portaba armas de fuego aunque sé que había otros que portaban. De ambos bandos».

La oposición de quienes se encontraban dentro del liceo «fue diferente a la que se pensaba encontrar» por parte de los miembros de la JUP, «estaba la puerta entreabierta y se escucharon detenaciones de armas de fuego», dijo el militar en situación de retiro.

«Ingresé al local del liceo, pero tuve que ir hasta el fondo. No conocía a Rodríguez Muela pero después con el tiempo supe quién era. No presencié el momento en que fue herido. Luego de ser detenido, nos llevaron al frente del liceo dando la vuelta manzana, ahí me enteré de que había una persona herida, que la habían trasladado al hospital», fueron algunas de las apreciaciones del militar (r) durante la audiencia

 

Conexión con escuadrones

«La muerte de Rodríguez Muela no es cualquier muerte. Es una muerte cuyo esclarecimiento puede confirmar cosas muy importantes de ese período histórico (…) que implicaría evidenciar la conexión entre la JUP y los Escuadrones de la Muerte», sentenció el periodista.

La investigación «que realiza Clara Aldrighi» para «un libro que se publicará este año» podría derivar en que «las mismas personas que organizaron los Escuadrones de la Muerte fueron los organizadores de la JUP», y la muerte de Rodríguez Muela demostraría la connivencia de ambas organizaciones, dijo.

La confirmación documental de estos datos puede demostrar «una actuación paralela al Estado, pero luego se siguió, con uniformes, amparando a la JUP y otros grupos de ultraderecha», lo que concluiría que en ese período «existía terrorismo de Estado, por lo que los crímenes son de lesa humanidad, imprescriptibles y deben ser juzgados hoy», indicó.

La noche del 11 de agosto del ’72 «fueron detenidos 15 miembros de la JUP, un primer grupo de 10 a los fondos del liceo por una patrulla de dos soldados y un segundo grupo de 5 en la puerta del local». Este segundo grupo llega más tarde a la Seccional Nº 9 «y cuatro de ellos niegan su vinculación al hecho».

Tres de los «detenidos» en la puerta «eran seminaristas: el padre Garín, el padre Moreira y el párroco Jorge Osorio; los tres son testigos de lo que sucedió en la Seccional Nº 9″.

«Yo tengo la convicción de que Mangini es uno de los asesinos de Rodríguez Muela (…) porque tengo la certeza de que ese día entró armado (al liceo). Si no fue el autor material sabe quién lo hizo (…), que lo diga, porque sabe».

Rodríguez instó a que se diga quiénes fueron los 15 miembros de la JUP que participaron esa noche, «no sea cosa que haya una sorpresa y nos encontremos, por ejemplo, con el nombre de un alto oficial del Ejército en actividad hoy. Yo no lo sé».

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