Familiares del primer director del Canal 5 buscan reivindicar su nombre

El 3 de enero se prohibió la entrada de Justino Zavala Carvalho, director del canal, y el 10 de enero se concretó la intervención. Recién el 26 de enero se adopta la resolución de sumariar a Zavala, pero dos abogados renunciaron sucesivamente a seguir adelante con el procedimiento administrativo. Un consejo interventor se hizo cargo de la emisora y en marzo, tras el receso parlamentario, el Poder Ejecutivo solicitó las venias para destituir a los removidos directores.

El 23 de mayo el gobierno autorizó al Sodre a contratar a Ruben Rodríguez, para hacerse cargo de la administración de la empresa. Esta persona, según Zavala, «era gerente comercial de la empresa administradora de Canal 12″.

En 1975 tras la derogación de normas legales relativas a la estabilidad de los funcionarios por parte del Consejo de Estado, órgano legislativo que designado a dedo sustituyó al Parlamento, el Consejo del Sodre designado por la dictadura destituyó a Justino Zavala Carvalho.

Posteriormente se exilió. Vivió en el Principado de Andorra, trabajando en una estación expendedora de nafta, más tarde en México, donde realizó diversos trabajos, mientras integraba la Convergencia

 

Democrática en Uruguay (CDU), que presidía Juan Raúl Ferreira.

Contrariamente a lo sucedido con otros funcionarios públicos, que fueron amparados por la ley de restitución de los destituidos por la dictadura, Justino Zavala Carvalho no fue reparado funcionalmente por la democracia. Años después falleció. Sus hijos y nietos quieren reivindicarlo.

Quieren que alguien los escuche. Su único objetivo es «levantarle el sumario» a alguien que ya no está. Su padre, que aprendió a vivir en «La cruz de los caminos» (título de la novela de Justino Zavala Muniz, su abuelo), merece un reconocimiento por haber creído en Canal 5 y haber sido su primer director.

Zavala Carvalho fue el primer director de Canal 5. En México compartimos el mismo edificio en donde vivimos: Berlín 7, del Distrito Federal. Por las noches conversábamos de cualquier cosa, particularmente sobre la historia del batllismo. El «fantasma» de Canal 5 aparecía en aquellos diálogos interminables. «La televisión privada salió antes porque nos trancaron los equipos de Canal 5 en la Aduana», me dijo una vez. Corría el año 1983. El miércoles 8 de abril de 1998 dijo a LA REPUBLICA, algo similar. «En 1951, el Parlamento aprobó una pequeña partida de dinero para la adquisición de un equipo de transmisión para el Sodre. La voluntad política tardó tres años en comenzar a concretarse al llamarse a licitación -en 1954- para la compra de un equipo y antena con destino a la futura televisión nacional. Un año después se firmó el contrato con la empresa ganadora y en 1956 llegó el material adquirido. El laberinto burocrático y la falta de voluntad política congelaron la fundación de Canal 5 hasta el 19 de junio de 1963, cuando se inauguraron las emisiones en medio de la mayor penuria económica.

El parto del canal estatal se concretó luego de 13 años de la aprobación parlamentaria y después de siete años de la compra de los equipos, que permanecieron ociosos durante todo este tiempo», comentó.

El primero en emitir fue Saeta, Canal 10, «un medio ligado al quincismo y al Partido Colorado», recordó Zavala. Fue el 7 de diciembre de 1956, siete años antes que Canal 5. *