El origen del nombre Montevideo

Rolando Laguarda Trías fue un coronel y profesor de Historia de las Fuerzas Armadas que hizo varios trabajos de investigación, entre los cuales uno sobre nuestra ciudad y el origen de su nombre. Su viuda, la señora Teresa Ferreira, nos ha hecho llegar algunos de sus libros, y me pareció de gran interés su divulgación.

Montevideo fue fundada en 1726, cuando había una gran lucha entre Castilla y Portugal por estas tierras y cada uno interpretaba el Tratado de Tordesillas según su conveniencia. Se discutía si eran 370 o 375 leguas al oeste de las islas del Cabo Verde desde la isla de San Antón que es la más occidental, y así el límite podía estar en San Pablo o más al sur, y los portugueses, ni cortos ni perezosos, conquistaron por mar en 1680 la Colonia del Sacramento.

Esto les abría el camino para ocupar por tierra todo lo que hoy es el sur de Uruguay, por lo que el rey Felipe V exigió desde 1716 al virrey de Buenos Aires, Bruno Mauricio de Zabala, que ocupara la bahía que tenía un cerro o monte e instalara allí un fuerte para defender los barcos españoles. Pero Zabala no hacía caso, hasta que el rey lo amenazó gravemente y sólo entonces se decidió a enviar allí dos barcos con emigrantes canarios que venían para Buenos Aires y fundaron Montevideo.

Laguarda descarta los dos orígenes más conocidos del nombre Montevideo, que todavía se enseña en algunas escuelas. La del vigía que divisó nuestro Cerro y gritó Monte Vide-eu es una construcción defectuosa, con mezcla de idiomas, derivada de la variante más reciente del nombre y no de la primitiva, o la de Monte IV (del sextante de los barcos) D Este a Oeste, que según Laguarda, más conviene olvidar que recordar.

El primero en llegar al Río de la Plata en 1502 fue Américo Vespucci, navegante nacido en Florencia, que en el calendario florentino era 1501, porque comenzaba dos meses y 25 días después que el nuestro, el 25 de marzo, fiesta de la Anunciación de la Virgen.

Vespucci ejerció el mando superior de la armada portuguesa durante dos meses, del 15 de febrero al 15 de abril de 1502. El capitán mayor portugués aceptó la sustitución por el extranjero Vespucci en forma transitoria mientras la flota portuguesa estuviera en el hemisferio español, fuera del límite del Tratado de Tordesillas.

Américo Vespucci conocía el latín y el nombre Vidi está en consonancia con las inscripciones romanas que Vespucci debió contemplar en su país natal. De modo que la inscripción Vidi encontrada en el Cerro de Montevideo por hombres de la expedición de Magallanes, como Andrés de San Martín, que había sido discípulo de Vespucci, le permitió a este descifrar su significado: V (Espucci) I (nvenit) Di (501), es decir, «Vespucci descubrió 501″.

Los viajeros acostumbraban grabar sus nombres y la fecha en que estuvieron en el lugar, y en las faldas o en la cima del Cerro de Montevideo aparecieron muchas inscripciones.

Tiempo después los portugueses atribuyeron el Vidi a Santo Ovidio, de la catedral de Braga y por dislocación popular del hiato de Vidio se produjo la forma Video como de cambio, cambeo.

Laguarda regresó de Europa en 1948 y aclaró: «La prensa local me atribuyó que yo sostenía que Montevideo derivaba de Monte Santo Ovidio, cuando yo sólo había dicho que había estudiado la historicidad del santo milagrero de Braga». *

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje