La poesía uruguaya se reúne en Salto

No existen muchos antecedentes en Uruguay de encuentros literarios. En Montevideo se viene realizando desde hace dos años Las Tertulias Lunáticas,una convocatoria que reúne a poetas uruguayos en el Cabildo. En un país que se precia de tener un gran número de escritores por habitante, llama la atención que no existan más actividades de ese tipo.

De mantener continuidad, este encuentro que se desarrollará a partir de hoy en Salto, tal vez pueda salvar esa omisón y despertar los entusiasmos que causan festivales de poesía como el de Medellín en Colombia o el Festival de Rosario en la vecina Argentina.

Con la organización de escritores salteños y docentes del Centro Regional de Profesores de Salto, la convocatoria llamada Naranja en LLamas, reunirá a creadores de todo el país, incluidos referentes como Idea Vilariño, Marosa Di Giorgio, Amanda Berenguer o Circe Maia.

El objetivo de la iniciativa es, segun sus organizadores, crear una instancia de intercambio entre artistas locales y de otras partes del país, «enriqueciendo así el patrimonio cultural del departamento».

El encuentro se desarrollará en las intalaciones de la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos (Artigas 651) de la capital salteña. La lista de invitados incluye a Jorge Arbeleche, Washington Benavides, Walter Ortiz y Ayala, Gladys Castelvecchi, Ricardo Prieto, Nancy Bacelo, Juan Carlos Macedo, Amanda Berenguer, Helena Corbellini, Elder Silva, Fabio Guerra, Martha Peralta, Jesuina Sánchez, Julio Guerra, María Borges, Luis Pereira, Rafael Courtoisie, Aldo Mazzucheli y Jorge Miguel entre otros.

Hay varios salteños entre los particpantes, aunque muchos de ellos residen fuera del departamentpo. Participan, además de los locales, escritores de Montevideo, Tacuarembó, Paysandú, Maldonado, Río Negro y Cerro Largo.

El evento, que cuenta con auspicios de la Intendencia Municipal de Salto, Junta Departamental, MEC, y empresas privadas, se complementará con una muestra de fotografías del prestigioso artista Vicente Ruétalo.

En épocas de crisis económica y bajón, donde campea el «no se puede», Naranja en llamas es un saludable desafío que seguramente dará sus frutos. *