El artículo más polémico es el que reconoce la relación entre homosexuales

El Senado aprobó ayer el proyecto que reconoce y regula unión concubinaria

MARCELO MARQUEZ

La norma contó con los votos de los legisladores del Encuentro Progresista y del Partido Colorado en la mayoría de los artículos, con reparos de la mayoría nacionalista y con la postura contraria al conjunto del mismo del herrerista Gustavo Lapaz Correa y de Sergio Botana (Alianza Nacional).

El punto más controvertido fue el artículo 2º por el que se reconoce con rango legal la unión concubinaria, avalando esta situación entre personas del mismo sexo.

La senadora Margarita Percovich (Vertiente Artiguista) ofició de informante de la iniciativa que «obedece a reclamos de la sociedad, de parte de mujeres mayores, en una practica muy extendida en el Uruguay en los sectores populares y últimamente en los sectores medios y fundamentalmente en los jóvenes».

«Optamos porque fueran parejas estables, pusimos cinco años, y esto le da una estabilidad en la pareja», dijo Percovich.

A su entender, «los principales vacíos que está legislando este proyecto son los derechos de subsistencia, de vivienda, y de seguridad social de las personas que conviven o han convivido durante cierto tiempo como parejas estables de hecho y la de los hijos de esas parejas». El legislador nacionalista Eber Da Rosa consideró que «la familia es la célula básica», y el artículo 2º que consagra la unión concubinaria, incluso entre homosexuales, «va más allá de lo que la cultura o concepción media de nuestra sociedad admite como el valor familia».

«Entendemos que la comunidad no tendría mayores reparos en aceptar en términos generales las uniones concubinarias como realidad que ya lo es, y lo aceptan en la realidad de los hechos, pero además lo aceptamos a través de una ley y no se plantea la misma situación para las personas del mismo sexo, porque en nuestra sociedad todavía el concepto básico de familia predominante es el basado entre personas de diferente sexo», agregó.

 

No es revolución

Para el colorado Julio María Sanguinetti «es necesario legislar en esta materia», y expuso como ejemplo diferentes encuestas en donde las denominadas uniones libres han ganado terreno en la sociedad uruguaya, pasando en 1991 las personas que estaban viviendo en pareja entre los 20 y los 24 años, 22,2% a 64% en el año 2004 mientras que entre 25 a 29 años, la mitad está en unión libre.

«No creo que estemos planteando aquí una revolución, y lo más polémico es el de la relación homosexual que como no está hoy regulada para la relación formal aparece aquí en la unión convencional», estimó.

Siendo la hora 17.21 el senador Jorge Larrañaga (Alianza Nacional) pidió un cuarto intermedio de 20 minutos. El legislador Francisco Gallinal (Correntada Wilsonista), sostuvo que «no es casualidad que en la Constitución se expresa en su artículo 40 que la familia es la base de la sociedad y el Estado velará por la estabilidad moral y material para la mejor formación de los hijos dentro de la sociedad».

La senadora Percovich sostuvo que el emprendimiento determina «los derechos que se adquieren por convivir de determinada forma» y «la posibilidad de reclamar sobre esos bienes» y «no estamos discutiendo sobre nuevas formulaciones de familia».

 

Inconstitucional

El senador Lapaz estimó que el reconocimiento de la unión concubinaria es «francamente inconstitucional por transgredir el artículo 40 de la Constitución».

«Se otorgan ciertos beneficios que se establecen para la familia natural, concubinaria, heterosexual, y se proyectan, sin ninguna razón y en la más absoluta injusticia a las relaciones homosexuales», sostuvo. Para Lapaz Correa «la tutela de la relación concubinaria estable se entiende como forma de proteger a la familia heterosexual que es la base de la sociedad, según el artículo 40 de la Constitución».

«Por su clara finalidad procreadora merece una tutela y consideración especial, lo que no ocurre con las relaciones homosexuales; equipararlas es un grave error y un atentado a la Constitución que protege a la familia como base de la sociedad y no a las relaciones homosexuales que jamás serán la base de la sociedad», afirmó. Aclaró que respecto a la persona del homosexual, «tenemos el más absoluto respeto. El mismo catecismo de la Iglesia Católica, en su número 2358 señala que los homosexuales deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza, evitando respecto de ellos todo signo de discriminación injusta». Para Da Rosa, al admitirse este derecho a las parejas del mismo sexo el proyecto «se introduce en aguas más profundas que van más allá del reconocimiento de los derechos». Al ponerse a consideración en general, la iniciativa fue aprobada por 25 votos en 27, votando en contra solamente Lapaz y Botana. El polémico artículo 2º fue aprobado 16 en 28, con el voto a favor de legisladores encuentristas y Sanguinetti, oponiéndose el Partido Nacional y los quincistas Isaac Alfie y Martín Aguirrezabala. *

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