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Por qué Israel vive un drástico aumento de casos de COVID-19 a pesar de la avanzada vacunación

Fue el primer país del mundo en vacunar a la mayoría de su población contra el COVID-19. Ahora están teniendo altísimos índices de contagios. Estas son las razones, según la ciencia.

El Muro de las Lamentaciones, en Jerusalén, Israel, volvió a llenarse de turistas tras el levantamiento de las restricciones. Foto: UNsplash / Sander Crombach
El Muro de las Lamentaciones, en Jerusalén, Israel, volvió a llenarse de turistas tras el levantamiento de las restricciones. Foto: UNsplash / Sander Crombach

Israel fue el primer país del mundo en avanzar rápidamente hasta alcanzar un porcentaje importante de su población con el esquema completo de vacunas contra el coronavirus. Aunque llegaron a transcurrir días sin fallecidos ni contagios por el virus, ahora está experimentando una explosión de casos en lo que ya se ve como la tercera ola.

¿Qué sucedió y qué se puede aprender sobre el impacto de la vacuna en un país altamente vacunado? Aquí hay algunas lecciones aprendidas que explican lo que está sucediendo en esta nación del Medio Oriente que priorizó la vacunación y cuya población fue atenta a ello.

1. La capacidad de inmunidad de la vacuna disminuye con el tiempo: El 25 de marzo de 2021, más de la mitad de la población israelí ya había sido completamente vacunada. Las infecciones disminuyeron, los lugares volvieron a abrir para los vacunados y el primer ministro dijo a los israelíes que salieran y se divirtieran. En junio, se abolieron todas las restricciones, incluido la obligatoriedad de las mascarillas o tapabocas en interiores.

Pero Israel pagó un precio por el desbloqueo temprano: los funcionarios de salud locales dijeron que sus datos mostraron una caída en la protección de la vacuna alrededor de seis meses después de recibir la segunda inyección.

2. La variante Delta es más contagiosa y resistente a la vacuna: La protección de la vacuna, que de por sí mengua con el tiempo, ahora se ve mucho más comprometida ante la nueva variante Delta del COVID-19. Esta es mucho más contagiosa y más resistente a los anticuerpos. Actualmente, esta variante representa más del 50% de los nuevos contagios en Israel.

3. Estar vacunado sí ayuda: También hay buenas noticias, porque las infecciones graves en Israel han disminuido drásticamente. Sí, hay una tercera ola de nuevos casos pero son leves y los pacientes pueden cursar el cuadro en casa porque no llegan a tener que ser ingresados en cuidados intensivos. Según el Ministerio de Salud de Israel, la tasa de casos graves entre las personas mayores de 60 años no vacunadas (178,7 por 100.000) fue nueve veces mayor que la tasa entre las personas completamente vacunadas del país. misma categoría de edad, y la tasa de casos graves entre las personas no vacunadas en el grupo de menores de 60 años (3,2 por 100.000) fue un poco más del doble de la tasa entre las personas vacunadas en ese grupo de edad.

La mala noticia es que la mitad de los pacientes gravemente enfermos de Israel que están actualmente hospitalizados fueron vacunados por completo hace al menos cinco meses. La mayoría tienen más de 60 años y padecen comorbilidades. Los pacientes gravemente enfermos que no están vacunados son en su mayoría personas jóvenes y sanas cuya condición se deterioró rápidamente.

4. La tasa de vacunación no fue lo suficientemente alta: El 78% de los y las israelíes mayores de 12 años ya están completamente vacunados. El país tiene una población bastante joven, y muchos de los que están en edad elegible -casi 1,1 millones de personas- se han negado a recibir las inoculaciones.

Eso significa que solo el 58% de la ciudadanía total de Israel está completamente vacunada. Los expertos dicen que eso no es lo suficientemente alto. “Tenemos una fracción muy grande de nuestra población que está pagando el precio por una pequeña fracción de la población que no fue a vacunarse”, dijo Eran Segal del Instituto de Ciencias Weizmann, quien asesora al gobierno israelí sobre el COVID- 19.

En definitiva, las personas no vacunadas han propagado las variantes más complicadas del coronavirus.

5. Las vacunas son clave pero no son suficientes: las inoculaciones contra el coronavirus no son absolutas, o sea que deben complementarse con otras medidas paralelas como distanciamiento social, desinfección de manos y superficies y uso obligatorio de mascarillas en lugares concurridos.

Algunos países están avanzando en la aplicación de una dosis de refuerzo (una tercera, en el caso de aquellas vacunas que son de dos dosis). Una investigación preliminar en Israel sugiere que las inyecciones de refuerzo aumentan significativamente la protección contra el coronavirus una semana después de recibida la tercera dosis.

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