ciencia y pandemia

De la catástrofe a la luz al final del túnel: el cambio de rumbo en la pandemia en Estados Unidos

El viraje que dio el nuevo gobierno, en comparación al anterior, se empezó a constatar en la baja de nuevos casos y nuevas muertes.

Joe Biden honrando a los caídos en las guerras de Iraq y Afganistán, el pasado 14 de abril. Foto: The White House
Joe Biden honrando a los caídos en las guerras de Iraq y Afganistán, el pasado 14 de abril. Foto: The White House

El gobierno de Donald Trump, que terminó el pasado 20 de enero, fue ampliamente criticado en su manejo de la pandemia del COVID-19. Una serie de erradas decisiones llevaron a la primera potencia económica del mundo a ser el país número uno del mundo en cantidad de contagios, mientras que en varios estados las morgues no daban abasto para hacerse cargo de la cantidad de cadáveres que iba dejando el virus a su paso.

De hecho, el mismo 20 de enero el país tuvo el pico histórico de fallecimientos en 24 horas para el país, con 4.442 víctimas, que empezó a bajar ni bien el nuevo presidente Joe Biden empezó a hacerle caso a la ciencia, lo que Trump más bien evitó durante meses. El exmandatario llegó a decir disparates de altísimo calibre, como la vez que recomendó inyectarse en el cuerpo desinfectante para matar el virus por dentro, o que el COVID-19 iba a desaparecer mágicamente.

La baja en la cantidad de muertes diarias sigue a la baja gracias al enfoque cientificista del gobierno de Biden: el 21 de abril había bajado a 896 este indicador.

Estados Unidos también había llegado a ser el país que más casos nuevos diarios reportaba en el mundo, estableciendo un récord el 8 de enero de 307.581, hacia el ocaso de la administración Trump y solo dos días después de aquella violenta invasión al Capitolio por parte de sus iracundos fanáticos y seguidores. El 22 de abril apenas se habían contabilizado 67.070.

La cantidad de casos activos está también a la baja: el pico máximo había sido el 24 de enero con 9.155.575, y al día de hoy descendió a 6.848.237. El número de casos nuevos por cada millón de habitantes también se contrajo de 697,37 el 7 de enero a 187,18 el 22 de abril.

Paralelamente, la vacunación se ha acelerado bastante en los últimos tres meses: hasta el jueves ya estaba inoculado el 40,6% de la población, ocupando el segundo lugar mundial en este particular por debajo de Israel (62,09%), y por encima de Baréin (37,76%) o Hungría (36,32%).

Es así como Estados Unido se encamina a ver la luz al final del túnel gracias a que su indiscutible poderío económico como superpotencia está ahora enfocado en hacer caso cada vez más a la ciencia y cada vez menos a la demagogia electoral.

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