BOLSONARO Y EL COVID-19

Bolsonaro muestra «ira, miedo y desprecio» en su lenguaje corporal, afirman expertos

Según expertos consultados por O Globo, el mandatario se sintió muy incómodo durante el último discurso a la nación y expresó emociones como miedo, enojo e ira.

bolsonaro

Para el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, todo está bien. El mortal virus COVID-19 no es otra cosa que «una gripecita», sigue abrazando seguidores y apretando manos asegurando que tiene que estar «con su pueblo».

A pesar de que decenas de sus colaboradores están contagiados, se ha hecho la prueba de detección del coronavirus y niega haberlo contraído.

En su última cadena nacional de televisión -en la que se muestra desafiante sin barbijo-, Bolsonaro superó sus propios límites y criticó las medidas de aislamiento que gobernadores de los distintos estados brasileños han implementado, ante la total inacción del gobierno federal.

El medio brasileño O Globo entrevistó a expertos en lenguaje corporal y psicólogos para analizar la comunicación corporal del mandatario.

«Los signos de tensión en la cara, principalmente en la boca, los ojos y la frente de Bolsonaro son visibles durante el discurso, que es congruente con el momento que pasa Brasil», evaluó el profesor Paulo Sergio de Camargo, uno de los más importantes y respetados expertos en lingüística del país. Añadió que «el presidente mostró signos relevantes de estrés alto en algunos momentos del discurso».

«Uno de los momentos en que se puede observar la ira, ocurrió cuando habló sobre la prensa y las medidas de prevención de los estados y municipios. El miedo es evidente cuando el presidente habla sobre el grupo de riesgo, o sea personas mayores de 60 años», añade Camargo.

Una calma que no es tal

El medio brasileño también conversó con Damis Nemitz, especialista en comunicación no verbal y académico de la Universidad Estácio de Sá, Rio de Janeiro.

Para Nemitz, el lenguaje corporal de Bolsonaro muestra signos de conflicto. «La postura conflictiva del presidente arranca desde el comienzo mismo del discurso, dado que su misma introducción ya ofrece omisión de información», porque hace poco o nada de referencia a las cifras del coronavirus en Brasil y en el mundo.

El presidente ultraderechista quiere enviar un mensaje de calma que no se condice con su gesticulación y comunicación no verbal en general. 

Por su parte Mark McClish, uno de los principales nombres en Brasil en análisis de lenguaje, considera que el jefe máximo del Poder Ejecutivo brasileño utiliza toda su comunicación para tratar de minimizar el verdadero impacto del coronavirus en su país y se muestra con desprecio a los esfuerzos de los estados para contenerlo.

«El uso de diminutivos, como en ‘gripecita’ y ‘resfrío’ durante el pronunciamiento tiene la intención de disminuir la importancia del evento», explica McClish.

 

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