Acuerdo miserable

El presidente Alberto Fernández, llevó nuevamente al país al coloniaje, negociando un acuerdo indigno y oprobioso con el FMI, traicionado a quienes lo han votado, con promesas incumplidas en dos años de mandato, marcan una ausencia total de respeto a la ciudadanía: persista la memoria.

Martín Guzmán estrecha la mano de Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI. Foto: Twitter / Martín M. Guzmán
Martín Guzmán estrecha la mano de Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI. Foto: Twitter / Martín M. Guzmán
Por Eduardo Sanguinetti, filósofo y poeta

“Como un hijo pródigo camino con dorado ocio por la calle de mi adultez. No estoy desilusionado, todo como he imaginado es cambio y transformación… el cielo cuelga inmóvil, el aire está quieto, silencioso. Más allá los músicos afinan sus instrumentos. ¡Otro día de vida!” Prólogo de mi libro “Morbi Dei” (Ed. Corregidor, 1985)

No queremos un mundo nuevo, no merecemos un mundo nuevo, aceptamos seguir existiendo en un colonialismo endémico que ha hipotecado la vida de generaciones parias, quienes se disolvieron dramáticamente y en brutal anonimato, según transcurrieron los años de sus sobrevidas… un colonialismo vigente, que en voz de sus personeros, se atreve a hablar de integración: Integración para las corporaciones “Vibra Control Virreinales”, significa de hecho la renuncia a lo diferencial en bien de una unidad inexistente, legitimada en acuerdo infame, tramado por entregadores de soberanía al Fondo Monetario Internacional, refinanciando una deuda delictiva tomada por un mafioso de opereta, que supo ser presidente de Argentina.

El sentido popular, asimilado en sensibilidad y ética, no ignora que la aldea global ignorante, mercantilizada, está envilecida tras el lucro, en cuyas manos se concentra la riqueza de mafias enquistadas en las comunidades y el poder de decidir sobre la vida de estas.

No importa que este neocolonialismo, con un pasado de siglos en nuestras culturas, eliminadas, disipadas en el espacio de la intercontextualidad de repertorios, fragmentadas en filamentos sensibles, que se nutren ávidamente del pasado donde todo se derrite en sonidos y tristezas, cuando caminamos contra un mundo aparentemente unido, afirmando nuestro desacuerdo, frente al atropello a todo derecho humano de permanecer en igualdad, solidaridad y paz, a pesar del accionar de mafiosos y corporaciones de medios que manipulan obtusas realidades, cocinadas en usinas de inteligencia vernáculas y externas.

Argentina continúa permaneciendo en estado de colonialismo endémico, legitimado en el acuerdo miserable del gobierno de Alberto Fernández, con el FMI, por deuda tomada por el “tilingo” Mauricio Macri… El FMI, asimilado a su rutina eliminadora de independencias económicas de países en estado de precariedad, impone ajuste al gobierno, instalando como intermediador a la banca privada, dejando de financiar al estado, una política ortodoxa ideológica inaceptable, que permite solo a bancos privados manipular las emisiones… Pueblo paria, dócil y en estado de orfandad, queda fuera del sistema, en estado de indigencia y degradación, cual rutina deplorable de sobrevida.

Alberto ha perdido una oportunidad histórica de no asumir el pago de esta deuda, teniendo al FMI “contra las cuerdas”, pues nadie ignora que el mayor crédito otorgado por esta entidad a Mauricio, fue efectivizada contra toda normativa del Estatuto de este organismo…

Hubiese sido admirable, que el gobierno conservador de Alberto, haya denunciado en diciembre de 2019 al FMI y a Mauricio, en vez de blanquear el delito de la deuda criminal tomada… era un buen momento para salir a pelearla como gladiador del tercer milenio contra toda previsión de imperios y oposiciones mafiosas, del lado de la Ley y del bienestar de los pueblos… En definitiva, se ha perdido una oportunidad histórica de levantar banderas de liberación y de dignidad… realmente una pena que Alberto no haya meditado sobre la posibilidad de pasar a la historia como un liberador altruista.

¡Festejan cipayos entreguistas!… Lo que viene para la República Argentina no es nada bueno, no engañe más el gobierno y sus focas aplaudidoras. Ninguna voz de un “patriota” habilitado a la farsa que tenga “algo” que decir ante tanto atropello de la mafia impune que dicta y ordena en Argentina.

El presidente Alberto Fernández, llevó nuevamente al país al coloniaje, negociando un acuerdo indigno y oprobioso con el FMI, traicionado a quienes lo han votado, con promesas incumplidas en dos años de mandato, marcan una ausencia total de respeto a la ciudadanía: persista la memoria.

Alberto, en este acuerdo, legitima y legaliza una deuda ilícita, que hipotecará por décadas la vida de un pueblo… Pueblo que no figura en agenda de ningún gobierno, sólo un paisaje para gobernantes tibios y soberbios, negociadores de la vida de una comunidad, congelada en el umbral de los sueños rotos, bajo la sombra de una justicia mercenaria que camina de la mano de los ricachones infectos y la corporación mediática mafiosa que manipula la realidad y penetra mentes de seres acribillados por el milagro del recuerdo de mejores tiempos.

Me pregunto, si llegar a un acuerdo infame con el FMI, no abre de modo exponencial y muy claro, la posibilidad de que los tilingos neoliberales depredadores, mascotas impuestas por imperios genocidas, sean elegidos en 2023 como gobierno.

Martín Guzmán, un deprimente tecnócrata, afirma, que de no haber llegado a un acuerdo, el futuro era desconocido… esta aseveración de un temeroso burócrata, honrado en función de ministro de un país condenado a ser colonizado de modo permanente, es insultante, pues el futuro siempre es un «espejo sucio»… Quizás se está asegurando a este señor una función de importancia en el FMI, es probable, pues nada se hace y deshace a destiempo.

Soy parte de la “generación perdida y traicionada”, en búsqueda de un proto-suelo generacional, no ignoro, que por causa de mi posición al margen del discurso oficial, política y culturalmente degradante, estoy silenciado en mi país Argentina, tierra de conformismos y especulaciones a las que nos tienen acostumbrados los arrastrados mandarines y mandaderos de gobiernos cipayos de todo color… No dejaré de denunciar los atropellos a nuestra libertad y autonomía, hoy jaqueada de modo miserable por un gobierno votado por un pueblo, que no debiera aceptar rendirse a los pies de ningún colonizador y a los actos arbitrarios de un gobierno que transita senderos de sumisión y entrega.

No confundamos la economía con las operaciones financieras, el ejercicio engañoso de la economía con el de la política… sobre todo, se confunde adrede, las instituciones políticas con el poder corporativista financiero. ¿Qué es la economía?, ¿es la organización y el reparto de la producción en función de los pueblos y su bienestar?, ¿o es la utilización y marginación de éstas en función de las fluctuaciones financieras caóticas, en su detrimento y en beneficio exclusivo de las ganancias?

La sociedad de los aplausos mutuos ha triunfado… Asimilo a todos los funcionarios en acto de trepar la pirámide del simulacro en acto y a los ridículos revolucionarios de café de set televisivo, los polémicos que pretenden cambiar el mundo, maquillados en el bar de los sueños de señora burguesa “medio pelo”, bajo cuya falda se empantanan olores fétidos…

Los adaptados a los hechos consumados, a la especulación a la propaganda de basura Psycho biodegradable… nada se cuestiona, se movilizan todas las justificaciones y argumentos inválidos para que el régimen continúe en plena vigencia, en su finalidad de eliminar cualquier disenso, so-pena de ser considerado un inadaptado a la mentira global ignorante, donde las prioridades son promocionar las fortunas de jugadores de fútbol, políticos corruptos que suman dividendos en paraísos fiscales, una farándula que abulta sus bolsillos con buenos dividendos, para entretener a una sociedad temerosa, avara de sus placeres.

Permanecemos en el seno de políticas aparentemente distintas, ya que todas responden a una política mundial asentada en un principio único, subyacente, incuestionable: el de la prioridad clandestina acordada a la ganancia privada, he ahí el secreto proyectado en 3D, al que adhiere el gobierno de Alberto Fernández…

¡Qué importa si lo que hoy se conoce como “economía de mercado” ya no se asimila a su definición!… meditenlo, no es para dejarlo de lado… ¡Ah! y no dejen de pensar en la entrega de un país al FMI y sus consecuencias…de todos modos hay platita para solventar la «vida fácil» de quienes gobiernan, instalados en las gateras, para la próxima carrera ya planificada… y luego, “más allá la inundación” o “paredón y después”… ¿y el pueblo?, ¿y a quién le importa el pueblo?… a los gobernantes y demás fauna corporativa, claramente no.

 

 

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Eduardo Sanguinetti
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