ECOLOGISTA

Greta Thunberg cumple 18 años y pide cambios concretos por el bien del planeta

La creadora de las huelgas estudiantiles de los viernes, que se realizaron en todo el mundo, fue amenazada de muerte junto con miembros de su familia por militar contra el cambio climático.

Foto: Facebook / Greta Thunberg
Foto: Facebook / Greta Thunberg

La activista climática, Greta Thunberg, acaba de cumplir 18 años luego de varios años en los que ha militado intensamente para que las generaciones más grandes que ella hagan cambios urgentes y concretos para desacelerar el calentamiento global. Su pasión por el planeta le ha provocado una ola de odio desde todo el mundo, y tanto ella como su familia han sido amenazados de muerte.

Thunberg inició las huelgas escolares de los viernes en solitario en 2018 frente al Parlamento de Suecia, pero poco a poco se hizo viral y cientos de millones de estudiantes en todo el planeta se sumaron al reclamo. También adoptó acciones ella misma para reducir su impacto al medio ambiente: dejó de utilizar aviones para transportarse, se hizo vegana y dejó de consumir «cosas» que no necesita.

La joven no se siente moralmente superior a nadie, y evita criticar a las celebridades que vuelan por todo el mundo para hablar sobre la crisis climática. «No le estoy diciendo a nadie más qué hacer, pero existe el riesgo de que cuando expreses estas cosas y no practiques mientras predicas, serás criticado por eso y no se tomará lo que estás diciendo. seriamente», aseveró en una entrevista con la revista británica Sunday Times.

Impactos verdaderos

Evitar los vuelos largos es una de las formas más efectivas en las que las personas pueden reducir su huella climática, pero el mayor impacto es no tener hijos en un planeta que, a duras penas, puede sostener a 7 mil millones de habitantes. Un estudio publicado en la revista Environmental Research Letters establece el impacto de diferentes acciones sobre una base comparable: el mayor impacto final es tener un hijo menos, lo que los investigadores calcularon equivale a una reducción de 58 toneladas de CO2 por cada año de vida de los padres.

La cifra se calculó sumando las emisiones del niño y todos sus descendientes, luego dividiendo este total por la vida promedio de los padres. A cada padre se le atribuyó el 50% de las emisiones del niño, el 25% de las emisiones de sus nietos, y así sucesivamente.

A pesar de estos duros números, Greta prefiere no emitir juicios de valor sobre las personas que deciden tener descendencia: «No creo que sea egoísta tener hijos. No son las personas las que son el problema, es nuestro comportamiento».

Respecto al consumo de objetos y ropa, reflexionó: «En el peor de los casos, supongo que compraré de segunda mano, pero no necesito ropa nueva. Conozco personas que tienen ropa, así que les preguntaría si me las puedo prestar o si tienen algo que ya no necesitan. No necesito volar a Tailandia para ser feliz. No necesito comprar ropa que no necesito, así que no lo veo como un sacrificio».

 

 

 

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