Museo. Las peripecias del poeta chileno en nuestras tierras hicieron nacer un paseo cultural

El exilio amoroso y político de Neruda encuentra cobijo en Atlántida y Punta

Todo empezó cuando Selva Santurión, a cargo del Fortín de Santa Rosa, empieza a indagar sobre las furtivas estadías de Neruda en Atlántida, tarea a la que se suma Miguel Quenón cuando vuelve al país luego de una larga trayectoria como director de teatro en varios países de Europa.

Y la búsqueda se vuelve muy atractiva, entre otras cosas porque se mezclan, en su paso por Atlántida, la historia del amor clandestino con Matilde Urrutia, cuando él estaba con la argentina y militante comunista Delia del Carril, su segunda pareja, con las penurias del exilio.

«La persecución desatada por el gobierno de González Videla contra sus antiguos aliados comunistas, culminó en la prohibición del Partido Comunista y Neruda se transforma entonces en el más fuerte antagonista del presidente. Dictó discursos en el Senado y publicó artículos contra el gobierno», explica Miguel Quenón.

Uno de sus artículos, conocido como «Carta íntima para millones de hombres» ­que según Quenón se divulgó con el nombre de «Yo acuso», de Emile Zola­ fue publicado en «El Nacional» de Caracas y fue el detonante para que González Videla lo destituyera como senador y lo persiguieran, obligándolo al exilio.

Así cruza los Andes a caballo, llega a Argentina en 1949 ­foto que guardan como preciado tesoro en el museo­ y embarca hacia Europa. «En el viaje conoce a un uruguayo, Alberto Mántaras, quien tendrá un lugar especial en su historia amorosa», continúa relatando el director del museo.

«Después de estar en París y recorrer Europa se radica en Capri y Nápoles con su nuevo amor, Matilde Urrutia, donde recibe la noticia de que puede volver a Chile. El romance corre peligro porque en su país le espera Delia del Carril, militante de trayectoria», comenta Miguel, que parece soñar con una obra de teatro que cuente esta historia. Entonces recurre a su amigo Alberto Mántaras, que le presta una casa en Atlántida en donde poder encontrarse con Matilde, hasta que las cosas se aclaren…o se terminen de oscurecer.

Neruda llama a la casa «Datitla», pero, para sorpresa de Selva y Miguel, cuando quisieron encontrarla había cinco casas con este nombre y ninguna era la que habían ocupado Pablo y Matilde. Solo cuando ellos abrieron el museo, en 2002, a pocas cuadras de la playa, «los propietarios de la auténtica ‘Datitla’ desempolvaron el cartel que estaba olvidado y lo pusieron a la vista», recuerda Quenón.

Finalmente la crisis con Delia del Carril estalla y la nueva pareja sigue su rumbo, ahora al descubierto. Juntos visitan Punta del Este, donde los Mántaras han comprado una casa, en la calle Brasil, a la que Pablo le dedica un poema, dentro de los tantos que le escribió a Punta del Este.

Esta es, por cierto, una historia abreviada, que omite la intensa actividad partidaria y poética de uno de los titanes de la poesía latinoamericana comprometida, pero explica el porqué de un museo con su nombre en estas playas.

 

Propuesta en Punta

En 2006 Selva Santurión y Miguel Quenón se trasladan a Punta del Este, donde instalan una nueva sala Museo Paseo Neruda, en la calle Virazón (12) y La Salina (9), en locales que pertenecen a lo que fue el supermercado El Dorado, en pleno Altos del Puerto, una zona muy visitada por los turistas por su oferta gastronómica.

El museo pone en marcha varios proyectos bajo la consigna consagrada por una Ley Nacional que celebra, de noviembre a marzo, «Maldonado: Fiesta del Mar».

Así le dedicaron un año a Neruda y el mar y otro a la isla Gorriti. Este verano el tema fue «Lo que el mar nos trajo», en referencia a las corrientes migratorias que poblaron Maldonado, y hubo noches dedicadas a los descendientes de las Canarias, de las Azores, de italianos, de ingleses y de croatas, y seguirán pasando colectividades durante marzo.

Pero además, durante todo el verano estuvo la muestra itinerante del Museo del Carnaval de Montevideo, sobre la evolución del vestuario de la fiesta, que es una tradición «producto del sincretismo de culturas y costumbres provenientes de tierras lejanas».

También actuó el Grupo Teatro de la Luna, con su espectáculo «Teatro a la carta»; hubo presentaciones de libros, como «Mercado del Puerto», de Juan Antonio Varese, en el que cuenta la historia, gastronomía y cultura de este palpitante corazón montevideano, o el de Yaravi Roig, «Solsticio de verano. La historia oculta de Piriápolis», y continúa el ciclo de cine del neorrealismo italiano.

Cada fin de semana cerraron con un «Contrapunto literario: Pablo Neruda y Rafael Alberti», que consistió en un recital, a cargo del Grupo Teatro de la Luna, con poemas de ambos autores dedicados a Punta del Este.

Este proyecto es apoyado por la Intendencia Departamental de Maldonado y el Ministerio de Turismo.

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