frenar la pandemia

Virólogo Santiago Mirazo: “Hemos dicho hasta el cansancio al gobierno que hay que cerrar actividades por plazos cortos e intermitentes”

Respecto a la apertura de las escuelas “hay que hacer un monitoreo estricto para ver como se mueve el virus y como será su impacto”, subrayó Mirazo.

 

¿Cuál es el escenario epidemiológico del país?

Desde hace tiempo estamos en una situación complicada. El escenario epidemiológico se viene deteriorando desde diciembre (2020), tal vez antes. Estamos con la epidemia en crecimiento, aunque no es exponencial, lo cual es una noticia alentadora. Estamos en una etapa lineal, aunque es una cuestión de tiempo para que vuelva a crecer exponencialmente. Las epidemias tienden al crecimiento, principalmente si no hay medidas que la contengan. Estamos ante un número de casos muy elevado. Estos 2.500 a 3.000 casos diarios, nos pone en el “top 3” de los países con la mayor cantidad de casos por millón de habitantes, con una mortalidad diaria que es inaceptable, más de 60 muertos por día. El COVID es la principal causa de muerte en nuestro país. Es tristísimo. Y con una transmisión comunitaria extremadamente extendida y con más de la mitad de los casos sin ningún tipo de nexo epidemiológico y con una positividad en el número de test muy elevado. Todo el “combo” vuelve la situación muy compleja y no se avizora una mejora en el corto plazo, particularmente porque el efecto de la vacuna respecto a los contagios, se va atrasar un poco. El primer efecto de este tipo de vacunas, es bajar la mortalidad y las hospitalizaciones, y en algunos sectores ya se comienza a ver una pequeña tendencia a la baja. Ya lo sabíamos pero ahora lo comprobamos, las vacunas cumplen su cometido.

El exceso de confianza fue nuestro principal enemigo.

¿Qué diferencia existe entre lo que sucedió hasta diciembre de 2020 y este 2021? ¿Será que la mutación del virus y el ingreso de la variante P1, es lo que nos puso en esta situación?

Hay dos cuestiones que complotaron para que estemos en la situación en que estamos. Estamos en un deterioro de la situación general desde noviembre y diciembre que se empezó a ver cuando los brotes comenzaron a verse con mayor frecuencia, primero en el interior, luego cuando ingresaron a Montevideo  y el aumento de la positividad pasando de 4%, 5%, se empezaron a perder los nexos epidemiológicos y ahí ya veíamos que la situación iba a desmejorar y no iba a mejorar más, como estamos hoy. Esto tiene que ver con un afloje general de las medidas, es difícil decir que ciertos eventos sociales dispararon los casos, tiendo a creer que es una sumatoria de situaciones a nivel laboral, familiar, un descuido general  producto del cansancio y del exceso de confianza, porque llevábamos 3 a 4 meses siendo los mejores del mundo. A partir de agosto empezamos a relajarnos y pasó lo que pasó. Tuvimos un excelente control de la curva exponencial en marzo –  abril (2020), esos 20 días de “lowdown” no fue obligatorio, lo que teníamos que hacer hoy ya lo hicimos, nadie está pidiendo que se haga más que lo que se hizo en marzo, ese brote exponencial se cortó, se volvió a una transmisión comunitaria muy leve que se mantuvo durante 3 o 4 meses. El exceso de confianza fue nuestro principal enemigo. En enero hubo una baja clara de la transmisión comunitaria sin cuarentena obligatoria, con una reducción de la movilidad durante un periodo corto. Se logró bajar a niveles controlables con 300 casos por día. A partir de ahí comienza a “jugar” la variante P1. Es un “peso pesado” muy difícil de desbancar, y es altamente transmisible, incluso en el periodo de incubación, podes tener conocidos que se hacen el hisopado y antes era a los 7 días, y ahora a los 3 días dan positivo con alta carga viral. Esto dio vuelta la situación epidemiológica del país, la P1 fogoneo el incremento de casos. Fue mucho más rápido y los efectos de la vacunación se ven retardados por la agresividad de la transmisibilidad de la variante P1. Los cuadros clínicos que se ven con esta variante también son diferentes, hay personas jóvenes con enfermedad más graves. En periodos más cortos, la duración de la carga viral es más larga. Todo conspira para que la situación sea peor que con la variante anterior.

Claramente vamos a convivir con este virus muchos años.

Sí, con las vacunas a lo largo de la historia únicamente dos virosis pudieron ser erradicadas y desaparecer del Planeta: una fue un virus bovino y la otra la Viruela.

¿Deberíamos acostumbrarnos a convivir con este virus?

Sí, con las vacunas a lo largo de la historia únicamente dos virusis pudieron ser erradicadas y desaparecer del Planeta: una fue un virus bovino y la otra la Viruela. Hace 40 años tenemos una campaña de vacunación contra la Polio y todavía no pudimos erradicarlo. Y este virus no podrá ser erradicado por diversas razones, dentro de las vacunas que existen PFIZER y MODERNA logran bloquear la transmisión del virus pero las otras no, tanto CORONOVAC como ASTRAZENECA son vacunas excelentes para reducir mortalidad y hospitalizaciones, pero no reducen en gran medida la transmisión del virus. Es decir, una persona se puede infectar, puede ser asintomática o tener un COVID muy leve, pero puede seguir contagiando. Eso hace que el virus nunca pueda ser erradicado y tengamos que convivir con él. Logrando buenas coberturas de vacunación, lograremos una inmunidad colectiva, que impedirá principalmente los casos graves y las hospitalizaciones, pero no detendrá la transmisión del virus. Esto trae un problema, al ser un virus que varía tanto, es probable que avancemos en la vacunación y tengamos niveles de transmisión comunitaria que implique que aparezcan variantes que obliguen a una tercera o cuarta dosis, o se necesitará reformular la vacuna, o volver a las restricciones producto de brotes específicos en algunos puntos del país. Claramente vamos a convivir con este virus muchos años.

Hay una clara correlación entre la movilidad y el número de reproducción de los contagios.

¿Está probado que el aumento de la movilidad aumenta los contagios?

Sí, está claramente demostrado que la movilidad aumenta los niveles de contagio. Hay una clara correlación entre la movilidad y el número de reproducción de los contagios. El 1 la epidemia crece en forma lineal, mayor de 1 crecimiento exponencial, menor de 1 decrece la epidemia. Cuanto más nos movemos, aumentan los contagios. El GUIAD (Grupo Uruguayo Interdisciplinario del Análisis de Datos) que se dedica a estos modelos, lo estableció claramente y a nivel global también.

El cierre de las escuelas es dramático y hay que hacer el esfuerzo de tomar el riesgo de que vuelvan los niños a las escuelas, aún con aumento de casos, que deberá compensarse con la restricción de la movilidad en otros sectores no esenciales, que podrían con algunas medidas restringir la movilidad.

¿El retorno de las clases augura un escenario complicado?

Hablemos de educación por niveles. No es lo mismo la vuelta de los liceales que la de los escolares. Es decir, a nivel liceal es más importante el contagio que a nivel escolar. El alto porcentaje de docentes vacunados, arriba del 70%, es una señal que impactará positivamente y frenará, porque hay una buena cobertura de vacunación. Cualquier apertura de actividades, implica el aumento del número de casos. Hay que hacer el balance, el impacto negativo del cierre de las escuelas, ya lo sabemos cuál es, es dramático. Hay que hacer un monitoreo estricto para ver cómo se mueve el virus con la apertura de las Escuelas y como será su impacto. La apertura de las escuelas es necesaria, no así respecto a los liceos que tiene otro impacto epidemiológico. El cierre de las escuelas es dramático y hay que hacer el esfuerzo de tomar el riesgo de que vuelvan los niños a las escuelas, aún con aumento de casos, que deberá compensarse con la restricción de la movilidad en otros sectores no esenciales, que podrían con algunas medidas restringir la movilidad.  Recorte de horarios, cierre de algunas actividades, etc.

La vacunación para los que tienen entre 12 y 18 años es positivo ¿Verdad?

Sí es fundamental. Estos adolescentes tienen mucha actividad y la transmisión del virus, es similar a la de los adultos, son personas que empujan la epidemia y si queremos que vuelvan a clases presenciales, los tenemos que vacunar. Además, contribuirá a la inmunidad de rebaño, que hará que los casos graves prácticamente desaparezcan. Al vacunarlos a ellos, estaremos logrando una mejor cobertura, y cuanto más alta es la cobertura, mayor será la protección de las personas que puedan tener un COVID grave.

PFIZER,  ASTRAZENECA y MODERNA: una tercera dosis potencia una respuesta inmune y es segura.

¿Iremos a un esquema de más de dos dosis de vacunas y de vacunas diferentes en una misma persona?

Teóricamente sí. No hay estudios respecto a SINOVAC, se ha estudiado PFIZER, ASTRAZENECA y MODERNA que sí han probado que ese “combo” de vacunas funciona, es seguro, y puede potenciar la respuesta inmune con una tercera dosis. Con SINOVAC no hay estudios, tendemos a creer que no habría ningún inconveniente desde el punto de vista de la seguridad. Seguramente tendrá un efecto positivo. Hay que hacer estudios en ese sentido, todavía no tenemos información sobre SINOVAC. En el caso de PFIZER,  ASTRAZENECA y MODERNA una tercera dosis potencia una respuesta inmune y es segura. Hay que contextualizar, en el Uruguay la mayoría de la vacunas que se dan son CORONAVAC. Es un tipo de vacuna clásica que ya conocemos. En el país se dan muchas vacunas con esa tecnología y no logran una respuesta inmune muy duradera, por lo cual una tercera dosis va a ser necesaria. 

Hay diversos estudios a nivel mundial y también en Uruguay, y se demostró que pacientes con COVID son capaces de transmitir el virus a sus mascotas. Los gatos son más susceptibles que los perros.

¿Se ha probado que los humanos contagiaron a sus mascotas?

Sí, hay diversos estudios a nivel mundial y también en Uruguay, y se demostró que pacientes con COVID son capaces de transmitir el virus a sus mascotas. Los gatos son más susceptibles que los perros. Respecto a la sintomatología, algunos animales pueden desarrollar secreción nasal, diarrea y vómitos, lo que no está claro es que los animales contagien a los humanos, es muy  poco probable que ocurra. Lo que si puede ocurrir, es que los animales se contagien entre ellos, entre los gatos o entre los perros. Pero que el animal contagie al humano es muy improbable.

Lo que queda por delante es que cada uno se cuide, mantenga las medidas sanitarias, y lograr la inmunidad a través de la vacunación ¿Es lo que queda?

Sí, tenemos un nivel de transmisión comunitaria extremo y la vacuna está dando “todo lo puede”. La vacunación es la herramienta fundamental, pero a la vez tenemos que colaborar con la vacunación, reduciendo el número de casos para que los efectos sean más rápidos. La curva de casos no se ha movido, más del 50% ya tiene dos dosis, los efectos los vemos en la reducción de personas en CTI u hospitalizadas, pero el número de casos, fue aumentando. Y ese aumento implica más muertes, más hospitalizaciones y que va a ser contrarrestado con los efectos que va a tener la vacuna, pero mientras tanto hay que seguir cuidándonos. Los vacunados tienen que ser conscientes que pueden transmitir el virus, no deben sacarse el tapabocas salvo en su casa y con las personas con las que conviven. Los vacunados pueden tener COVID aunque sea moderado, lo peor es que pueden transmitir a personas que todavía no han sido vacunadas. Por lo cual seguimos igual que si no estuviéramos vacunados. 

Está llegando el invierno ¿Habrá que extremar los cuidados?

En invierno está la zafra de los virus respiratorios, influenza, neumonías, etc., un “combo” perfecto en esta situación compleja que estamos viviendo. Este escenario puede complicar más la situación y más a nivel hospitalario. Más que nunca hay que disminuir los contactos, la movilidad, para evitar un escenario sanitario complicado, no solo desde el punto de vista de infraestructura sino de recursos humanos. Muchos fallecimientos por COVID 19 están asociados al desgaste de los recursos humanos y a la falta de estos recursos. Es un “combo” que potencia la situación, se viene el invierno, la época más complicada en cuanto a infecciones respiratorias, y con un “partido” que venimos perdiendo por goleada desde diciembre. Hay que evitar que nos hagan más “goles”. Como sociedad tenemos mucho para hacer. A nivel de gobierno, lo hemos dicho hasta el cansancio, es necesario el cierre de algunas actividades por periodos cortos e intermitentes, como se hizo en diciembre y en marzo del año pasado.

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