borroso futuro

“No creo que alguna vez podamos eliminar el COVID-19”, alerta un médico e investigador

En todo el mundo, los países hacen malabares para balancear las olas de casos y las restricciones. En EE.UU. y el Reino Unido, los nuevos contagios se cuentan por decenas de miles, pero igualmente se eliminan las restricciones y limitaciones.

Un grupo de sepultureros llevan a enterrar el cadáver de una víctima del COVID-19 en Kuala Lumpur, Malasia. Foto: UNsplash / Omar Elsharawy
Un grupo de sepultureros llevan a enterrar el cadáver de una víctima del COVID-19 en Kuala Lumpur, Malasia. Foto: UNsplash / Omar Elsharawy

Diversos estados de los Estados Unidos y territorios de países europeos se abren cada vez más pretendiendo vivir una cierta normalidad pre pandémica que la ciencia entiende no volverá, al menos en el futuro cercano. Estados Unidos cuenta sus nuevos casos diarios por decenas de miles, pero los estados republicanos eliminan las restricciones como el uso obligatorio del tapabocas en espacios públicos cerrados. Por el contrario, Nueva Zelanda lleva adelante un bloqueo nacional para contener un puñado de casos de la variante Delta del COVID-19. Igualmente, otros países del este de Asia han seguido políticas estrictas con el objetivo de frenar el coronavirus, como por ejemplo fuertes controles fronterizos, cuarentenas obligatorias y toques de queda nocturnos.

Hasta ahora, este tipo de medidas han ayudado a minimizar las infecciones y las muertes. Los impactos económicos experimentados por los países que adoptaron estos enfoques también han sido menos severos que los que no lo han hecho. Nueva Zelanda ha dicho que tiene la intención de continuar su estrategia de erradicación de COVID-19 de manera indefinida.

¿Es sostenible a largo plazo?

De acuerdo con Andrew Lee, investigador y experto en Salud Pública Global de la Universidad de Sheffield, Inglaterra, “en un mundo ideal, eliminar completamente el COVID-19 es lo que todos los países están tratando de hacer” y antes de la pandemia él fue una de las voces científicas que apoyó esta estrategia. Pero ahora que la pandemia ha evolucionado, y el enfoque tiene menos sentido.

“Muchos países ahora tienen altos niveles del virus en circulación y no tienen como objetivo erradicarlo. Y es poco probable que países con pocas infecciones, como Nueva Zelanda o Australia, puedan seguir manteniendo a raya al COVID-19 de forma indefinida mientras el virus circula por el mundo”, manifestó Lee, quien tiene diversas especialidades médicas entre las que destacan la pediatría, medicina tropical, salud pública, tuberculosis y otras.

El médico ve como algo latente y esperable que siga existiendo el riesgo de importación desde el extranjero para cualquier país, por parte de viajeros que, incluso aunque pasen todos los requisitos sanitarios necesarios.

“El hecho de que el virus esté mutando puede explicar por qué a las naciones les ha resultado más difícil mantenerlo a raya. El virus se está propagando mejor en humanos. La variante Alfa es alrededor de un 50% a un 100% más transmisible que el virus original que surgió a fines de 2019, y la Delta alrededor de un 50% más transmisible que la Alfa. Cuanto más infeccioso se vuelve el virus, más se debe hacer para reforzar la supresión”, prosiguió Lee.

También señaló que el virus puede infectar a animales domésticos y salvajes: si los humanos transmiten el virus a los animales, de modo que se creen nuevos reservorios virales , entonces el virus podría volver a propagarse a los humanos después de ser suprimido.

Adicionalmente, una gran parte de los infectados son asintomáticos, o sea que no demuestran estar padeciendo el cuadro visible conocido. Estas infecciones son difíciles de detectar a tiempo y, por lo tanto, es probable que se propaguen. Ambos factores aumentan la probabilidad de que COVID-19 se reintroduzca en algún momento, a menos que persistan altos niveles de restricciones en países sin COVID-19.

El otro gran problema es que el tercer mundo está teniendo dificultades para vacunar a sus poblaciones, y está lejos de poder alcanzar la inmunidad de rebaño, que es cuando al menos el 70% de sus ciudadanos y ciudadanas están totalmente inoculados. Paralelamente, los países más ricos ya están aplicando una tercera dosis, acaparando las existencias globales para detrimento de las campaña de inmunización de las naciones más carenciadas.

“Y aunque las políticas de cero COVID son costosas , una cosa que esta pandemia nos ha enseñado es que, a corto plazo, adoptar un enfoque estricto conduce al menor daño a la salud y la riqueza de las sociedades . En países con bajos niveles de infección y baja cobertura de vacunas, hay muy buenas razones para continuar con la supresión máxima”, prosiguió el científico mencionado.

“Si las vacunas protegen lo suficientemente bien contra la infección y se vacuna a una cantidad suficiente de la población, los casos deberían disminuir a niveles bajos. Entonces puede ser posible lograr la erradicación de COVID-19 en gran parte del mundo mediante la inmunización, al igual que el sarampión. Seguirá existiendo el riesgo de que el virus se reintroduzca en áreas donde los casos son más altos o de que el virus persista en grupos no vacunados, que es como se comporta el sarampión en la actualidad”, concluyó el experto en su columna publicada por The Conversation.

 

Te recomendamos

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje