Prohibido para nostalgicos

Despierte cantando

La naciente televisión arrasaba con las viejas costumbres de los vecinos.

La familia hipnotizada frente al grandote Geloso en blanco y negro. Los hábitos de salir habían disminuido y comenzó la desaparición de los cines de barrio. Estábamos en 1970 y apenas sobrevivían El Lutecia de Goes, El Flores Palace del Cerrito y unos pocos más. Sólo el insólito éxito taquillero de la película «Buenas Noches Alejandro» y algunos programas de radio enfrentaban a la avasallante televisión. Entre esos programas había uno que se convirtió en abanderado de la vieja y luchadora radiotelefonía. Se llamó «Despierte cantando» y salía de lunes a sábados a partir de las 7.20 de la mañana en Radio Carve. Su conductor y creador, el querido Pastor Carrizo lo había iniciado en un lejano diciembre de 1959. Ahora, 11 años después, seguía con su barullenta tarea de despertar a los dormilones vecinos. «Despierte Cantando» era ruidos de tapas de ollas y cacerolas golpeadas por Carrizo que junto a su locutor comercial, Paniza, también tocaban silbatos y hacían sonar una matraca. Todo valía para que los oyentes que tan temprano habían prendido la radio se despabilaran y salieran de los brazos de Morfeo. A cada instante repetía la hora, algún tema musical muy rítmico y el conductor tarareaba la canción mientras decía machaconamente «¡arriba, no se me duerman, arriba, mis amigos…!». Llegó a ser muy escuchado por los trabajadores y hasta por los estudiantes y escolares de los turnos mañaneros. El señor Carrizo, al igual que el actor de radioteatros Julio César Armi, tuvo la virtud de identificar su audición con causas filantrópicas y de ayuda a los más humildes.

En «Despierte Cantando» se organizaban colectas para que gran cantidad de niños de escuelitas rurales pudieran pasar sus vacaciones en Montevideo. Carrizo tenía una gran comunicación con su audiencia que lo respaldaba en todas sus propuestas. Un fin de año logra que frente al Cambio Sparano se armaran grandes colas de gente. El motivo fue que Carrizo había dicho que en ese cambio que además era uno de sus avisadores, estaban los números que él había elegido para el Gordo de Fin de Año. Invitó a su incondicional audiencia a que probaran suerte juntos. Las colas frente a ese cambio Sparano demostraban que los vecinos no sólo querían que Carrizo los despertara todas las mañanas sino que también lo respaldaban en sus iniciativas. Aunque no sacaron el gordo findeañero, la anécdota quedó como prueba que la radiotelefonía podía enfrentar a la televisión movilizando mucha gente y seducirla con sus audiciones. Sólo eran necesarios talentos como el carismático Pastor Carrizo y su recordado «Despierte Cantando». Con más recuerdos y música los esperamos en la 1410 AM LIBRE. *

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