educación en debate

“Sin la participación de docentes y de estudiantes la transformación educativa va a fracasar”

La consejera estudiantil del Centro de Formación en Educación (CFE), Génesis Gallardo, responsabilizó a las autoridades de la educación por la falta de diálogo. “En 2023 se quiere implementar la transformación curricular, seguramente va a haber una agudización del conflicto” subrayó.

 

¿Qué significa ser consejera estudiantil de la formación docente? 

 

En la ANEP (Administración Nacional de Enseñanza Pública) hay diferentes  desconcentrados que tienen una gobernanza distinta, que se ha modificado en los últimos años. En la ANEP había Consejos integrados por cinco consejeros, tanto para Primaria, Secundaria como también para Formación en Educación, eso se modificó con la Ley de Urgente Consideración (LUC)  y pasaron a ser Direcciones Generales. Sin embargo, el Consejo de Formación en Educación (CFE), donde se reúnen las carreras de educadores dentro de la ANEP, no modificó su gobernanza, sigue teniendo cinco consejeros,  de los cuales tres son designados por CODICEN, por eso nosotros le decimos consejeros políticos, y luego está la representación de la  Consejería Docente, que es electa por el orden docente, luego está la Consejería Estudiantil, que es electa por el orden estudiantil en elecciones que son de carácter obligatorio para el estudiantado de formación en educación. Se realizan cada tres años aproximadamente, fue así que en la última elección del año pasado (2021) la Federación de Estudiantes de Formación en Educación del Uruguay del Centro de Estudiantes de Formación del Instituto de Profesores Artigas (IPA) soy de ese centro en particular, y junto a la Asociación de Estudiantes, nos reunimos para conformar una lista y nos presentamos a las elecciones, y finalmente fue la lista ganadora. Ganar la elección delegó en nosotros una gran responsabilidad, que es la de ocupar este espacio de representación estudiantil. Para mí ha sido extraño acostumbrarme a la idea, pero el consejero estudiantil es una autoridad de la educación, igual que el resto de los consejeros que están presentes en el Consejo de Formación en Educación. Es decir, somos parte de la gobernanza. Sin embargo, estamos en minoría, al tener en cuenta que hay tres consejeros designados directamente por CODICEN. Los tres consejeros suelen tener una línea común y suelen también votar en bloque. Luego estamos la delegada de los docentes (Rosana Cortazzo) y yo, que estamos en minoría, y eso se ha reflejado en las decisiones que se han tomado. Volviendo al presente y a lo que está ocurriendo ahora, la transformación curricular se está llevando adelante en toda la ANEP, en particular tengo la perspectiva del Consejo de Formación en Educación, es una iniciativa que están llevando adelante las autoridades políticas, producto de las promesas de campaña (electoral). Las modificaciones propuestas tienen que ver con un discurso que señala que la educación está en crisis, y la respuesta evidente y única a esa llamada crisis, es un cambio curricular, presentado como impostergable y que sí o sí deben hacerse. El cambio curricular se quiere implementar para el año que viene, 2023.  Ingresé en marzo (2022)  y de marzo a junio no escuchamos absolutamente nada respecto a una transformación curricular, a la generación de planes de estudios, aunque alguien dentro del Consejo estuviese trabajando en la formulación de un plan de estudios, de una malla curricular,  esto nos cayó de un día para el otro. A fines del mes de junio, en una sesión se presentaron los documentos para la transformación curricular, con menos de 24 horas de antelación del día de la sesión, teníamos que votar esos documentos.  De hecho, el presidente (Víctor Pizzichillo) asegura que subió los documentos a la plataforma, en la tarde del día anterior a la sesión. Yo los conocí el mismo día de la sesión, es decir, que claramente no pude leerlos,  igual le ocurrió a la consejera docente (Rosana Cortazzo), sin embargo se pretendía su votación. Eso a mí me parece un hecho sumamente preocupante y que también refleja la forma en la que se está llevando adelante la transformación curricular, porque el Consejo de Formación en Educación no es una Dirección General. Es decir, las decisiones deben tomarse por parte de todos los consejeros, más allá de las mayorías que hay en el Consejo. Para que todos podamos votar y todos podamos tener una posición formada, necesitamos acceder a los documentos para leerlos, trabajarlos y justamente tomar una postura que sea responsable y que tenga sentido. Esto fue muy difícil hacerlo bajo las condiciones que impuso el mismo presidente del Consejo, que fue presentar los documentos de un día para el otro. Nosotras en su momento, con la consejera docente, votamos en contra de esos documentos por forma y también por contenido, ya que llegamos a leer el contenido del documento porque se nos dio un día más para hacerlo, pero muy a las apuradas, de todas formas pudimos comprobar que había aspectos del contenido que no atendían a los planteos que había hecho la comunidad educativa a fines del año pasado (2021), respecto a ciertas modificaciones en el plan de estudios que no fueron tenidas en cuenta y también votamos en desacuerdo por la forma en la que estaba siendo presentada la transformación curricular. Este hecho en particular, como mencionaba, refleja una serie de prácticas desde las autoridades de la educación de desaliento de la participación de la comunidad educativa en la construcción de la transformación curricular, que podremos estar de acuerdo o no, que debe hacerse, en cómo debe hacerse, pero lo que sí entiendo que sería una cuestión de base a tener en cuenta, es que sin la comunidad educativa, sin docentes y sin estudiantes, no se puede llevar adelante una transformación curricular, puedo tomar la decisión de emprender la transformación, pero quienes van a estar en las líneas finales de trabajo para implementarlas, van a ser docentes y estudiantes, y si no los tenemos en cuenta, cualquier plan que tengamos no se va a poder implementar. 

 

¿Qué le dijeron las autoridades políticas cuando ustedes le respondieron que en 24 horas no podían dar una respuesta? 

 La respuesta que se nos dio fue que era un trabajo que se venía haciendo desde hace tiempo, porque en realidad el documento, el más extenso, el que tiene los lineamientos generales para la transformación curricular, ya había bajado el año pasado (2021) en el mes de septiembre, hacia los distintos institutos de formación en educación. Hubo una jornada institucional en ese momento, donde se elevaron varios aportes a ese documento, ese documento tenía escrito que se trataba de un borrador. Creo que señalando ese aspecto de que el año pasado había existido una instancia de participación, se marcó que ese documento venía en construcción desde hace tiempo y que en realidad no era de un día para el otro. No se respondió a nuestro planteo, porque más allá de que existió una instancia el año pasado, sin embargo este año no hubo ningún aviso, ninguna advertencia, ni siquiera un  señalamiento de que en algún momento iban a aparecer estos documentos. Lo hicieron de un día para el otro, así que nuestra respuesta fue de insatisfacción. 

Era un programa que preveía dos meses y medio para llevar adelante la transformación curricular. Nosotras cuestionamos esos documentos, por lo irreal de hacer esa tarea en dos meses y medio. Toda la comunidad educativa reclama la extensión del plazo para analizar los documentos. Lamentablemente no han sido atendidas.

 ¿Cuáles eran esos documentos que ustedes conocieron 24 horas antes que se aprobarán? 

Los documentos abarcaban, por un lado, un cronograma para la transformación curricular, es decir, todas las instancias que ocurrirían y con quien ocurrirían esas instancias dentro del Consejo de Formación en Educación y sus distintas dependencias para llevar adelante la transformación curricular, abarcaba un periodo de dos meses y medio aproximadamente. Era un programa que preveía dos meses y medio para llevar adelante la transformación curricular. Nosotras cuestionamos esos documentos, por lo irreal de hacer esa tarea en dos meses y medio. Toda la comunidad educativa reclama la extensión del plazo para analizar los documentos. Lamentablemente no han sido atendidas. Luego había documentos para todas las carreras, que incluían un esqueleto de malla curricular, que tenía la distribución crediticia de las materias, los trayectos que iban a existir, que sería el trayecto de lo que hoy en día entendemos como el núcleo común, la didáctica práctica, lo específico, y en esta oportunidad, se agregaba el trayecto de lenguajes diversos para las distintas carreras del Consejo.  Eran cinco documentos equivalentes a las carreras que están dentro del Consejo de Formación en Educación: profesorado, maestro común, maestra en primera infancia, educador social y maestro técnico, eran mallas equivalentes a esas carreras, que luego pretendían en las jornadas institucionales que estaban incluidas dentro del cronograma, ser abordadas por la comunidad educativa, por docentes, estudiantes y egresados, para rellenar esos créditos y ver con que materias se iban a relacionar y también con que competencias. Luego había un documento más extenso que tiene que ver con la propuesta de diseño de la currícula de formación en educación, que es el documento  que tiene cerca de 70 carillas, que da un marco a la transformación curricular, y pretende esbozar una explicación y una justificación de la necesidad del cambio, y también de qué cambio concretamente es el que se está proponiendo.  De una forma es la justificación y la explicación de los cambios concretos en la currícula, que van a exigir para la formación en educación e intenta dar lineamientos generales de cuáles serían esas transformaciones en la formación de los educadores. 

Nosotros hacemos hincapié en la forma, porque entendemos que es la base de la transformación curricular, cómo se lleva adelante una transformación incide en el contenido y en el producto que luego se elabore. La transformación curricular se está haciendo sin una participación real de los órdenes (docentes y estudiantes).

Una vez que ustedes conocieron estos documentos y una vez que conocieron esos contenidos ¿cuál es la definición que ustedes tienen, una transformación educativa debe ir por ahí? 

Lo que hemos señalado desde el orden estudiantil en particular, no lo he hecho solo yo, sino todos los estudiantes que han entrado en conflicto desde que tomaron conocimiento de la transformación curricular en este año, en primer lugar hay un cuestionamiento a la forma de la transformación curricular, que de hecho, en algún momento en la mesa de negociación que tuvieron estudiantes agremiados con CODICEN o más bien mesa de diálogo, el mismo presidente de la ANEP (Robert Silva) señaló que los estudiantes no querían discutir contenido sino que querían discutir solamente la forma, y él de alguna manera, señalaba que eso era una carencia de parte de los estudiantes, porque es como que no tuviésemos argumentos porque no queríamos discutir el contenido de la transformación curricular sino que nos remitimos solamente a cuestiones de plazos, y de participación.  Nosotros hacemos hincapié en la forma porque entendemos que es la base de la transformación curricular, cómo se lleva adelante una transformación incide en el contenido y en el producto que luego se elabore. La transformación curricular se está haciendo sin una participación real de los órdenes (docentes y estudiantes), sin la participación de la comunidad educativa, y que por eso está destinada a fallar, porque está destinada a que no se comprenda como mínimo o que se esté en total desacuerdo como máximo. Entonces, el primer cuestionamiento es de forma, por un tema de plazos, por un tema de cantidad de jornadas de participación, y también por la introducción de la figura de los dinamizadores, que eso fue establecido en el cronograma aprobado por el Consejo, que parte de las instancias para llevar adelante la transformación curricular, incluirían esta nueva figura del dinamizador, que son personas designadas directamente por el Consejo de Formación en Educación, para participar de la transformación curricular y tal y como dice su nombre dinamizar el proceso. A nosotros la preocupación que nos surgió en su momento y que luego se vio confirmada, es por un lado la falta de claridad de cuál es el rol del dinamizador en relación a la transformación curricular, porque en términos generales, podemos decir “esta persona se va a encargar de cuidar que el proceso se haga de la forma más efectiva posible”.  Ahora, cómo se traduce eso en el diálogo con los órdenes y en la en la toma de decisiones de cuál va a ser la currícula, los contenidos y las sugerencias que efectivamente se tomen y aquellos que no, eso en ningún momento terminó de quedar claro.  Desde el Consejo se estableció, que los dinamizadores iban a trabajar junto con las comisiones nacionales de carrera, en la sistematización de los aportes que iban a llegar desde las distintas instituciones. A la hora de hacer esa síntesis, había información contradictoria de parte de los dinamizadores, respecto a cuáles eran los lineamientos o los criterios de trabajo que ellos iban a tener en cuenta, para ver cómo se reflejaban todos los aportes en la síntesis final. En términos generales, el cuestionamiento a la figura del dinamizador, tiene que ver con entender que una transformación curricular no debe hacerse a toda costa, rápido y sin obstáculos, menos aun cuando la participación es percibida como un obstáculo. Eso se vio reflejado en el mismo discurso de las autoridades de la educación, que dicen “nosotros estamos para tomar decisiones, es el momento de tomar decisiones”, y los colectivos docentes y estudiantiles tardan mucho en ponerse de acuerdo. Desde esa perspectiva, la participación es vista como un obstáculo y así, la figura del dinamizador, termina acelerando el proceso de participación y dejándolo de lado, para poder efectivamente incrementar esta transformación para el año que viene. Es decir, nuestro cuestionamiento es de forma, porque entendemos que la transformación curricular está viciada de base, de cómo se está llevando adelante. 

Nosotros lo que cuestionamos justamente es eso, nosotros podemos coincidir en que es necesaria una transformación educativa, ahora ¿en qué términos y de qué forma, con que participación de la comunidad educativa? Lo que estamos cuestionando es eso.

No hablas de transformación educativa, sino de transformación curricular ¿para ustedes no se trata de una transformación educativa, sino que en realidad se trata de una transformación curricular? 

Hay una sobredimensión del rol de la currícula y del plan educativo, en relación a los problemas que tiene la educación. Hay una perspectiva de que si se cambia el eje, por ejemplo de un plan por contenidos hacia un plan por competencias, que si hay cambios en las materias, en la carga horaria y en particular en la formación en educación, en aspectos como la semestralización, que si cambiamos eso todo va a mejorar, los problemas de rezago, los problemas de falta de egreso o los problemas de desvinculación que hay en la formación en educación, que son muy grandes y podemos señalar esa problemática y coincidir en que existe, sin embargo, desde las autoridades lo que se ha tomado es una postura de decir que hay una solución evidente única e inmejorable, que es  mejorar la currícula con una justificación, bastante cuestionable, porque desde la mayoría de los colectivos docentes y estudiantiles, se ha cuestionado la formación por competencias y los cambios que se quieren introducir, en particular a la formación en educación, y no ha habido una respuesta certera por parte de las autoridades, respecto a la justificación del cambio, sino que más bien, es el cambio por el cambio mismo, el cambio como una solución evidente, porque si las cosas están mal tenemos que cambiar,  ahora ¿es este el cambio en particular que va a ayudar a la educación? Nosotros lo que cuestionamos justamente es eso, nosotros podemos coincidir en que es necesaria una transformación educativa, ahora ¿en qué términos y de qué forma, con que participación de la comunidad educativa? Lo que estamos cuestionando es eso.  

 

¿Ustedes están convencidos que a partir de 2023 esta transformación curricular, estos nuevos planes de estudio se van a concretar efectivamente? 

 

Esta es una perspectiva personal, entiendo que esta transformación (educativa) no se está llevando adelante de forma cuidadosa, hay una necesidad que lo definimos como tiempos políticos e institucionales de implementar esta transformación para el año que viene, justamente porque es una promesa de carácter político que se le hizo a la sociedad. Entonces, se la quiere implementar de cualquier manera, y ese de cualquier manera implica que haya errores en la forma en la que se está generando la transformación curricular. Hay una clara intención de parte de las autoridades políticas, de implementarlo para el año que viene (2023), pero es muy débil la estructura de la transformación. En este momento, hay muchas decisiones que en particular en el Consejo se están tomando sobre la marcha, cuestiones que aún a esta altura no están definidas y que deberían estar definidas para afrontar con claridad, no solo hacia la comunidad educativa, sino hacia la sociedad como un todo. Cada vez que se nos pregunta al Consejo acerca de ¿cuál va a ser el plan de transición entre el plan actual y el nuevo para los estudiantes? o ¿qué va a pasar con las condiciones laborales de los docentes?, teniendo en cuenta que en la formación en educación, en la mayoría de las carreras, principalmente las que tienen mayor matrícula, como son profesorado y magisterio, las materias son anuales, es decir, van a pasar a una semestralización y eso va a afectar las condiciones laborales de los docentes, porque ahora ya no tienen asegurado su trabajo durante todo el año, sino que durante el semestre en que toman el curso. El Consejo dice que va a dar una respuesta a esto, porque entiende que es importante, sin embargo, una respuesta certera todavía no ha llegado, esperamos que se solucione en estas semanas, pero no hay un accionar asertivo de parte de las autoridades del Consejo. Hay una clara intención de implementarla para 2023, pero a la vez entiendo que hay defectos de forma que van a afectar la implementación. Si se lleva a cabo la transformación seguramente se hará con muchísimos errores. 

¿Aumentará la conflictividad? 

Ese es un análisis que estamos haciendo semana a semana, respecto a cuál es el escenario al que nos estamos enfrentando. En este momento, no han habido respuestas certeras desde las autoridades de la educación, respecto a las necesidades planteadas por los colectivos docentes y estudiantiles en sus medidas de lucha. En este momento, el escenario de conflicto no ha terminado, y no hay una resignación, o sea, no hay una intención de bajar los brazos, y desde el otro lado, no hay una respuesta efectiva a los planteos. Entiendo que la intransigencia de las autoridades de la educación en atender las necesidades de la comunidad educativa, genera en sí misma, las condiciones para el conflicto, eso es lo que me parece importante señalar, porque se ha responsabilizado enteramente a los colectivos docentes y estudiantiles de la situación de conflictividad, también se ha intentado por algunos hechos particulares, deslegitimar las acciones emprendidas por estudiantes y docentes respecto a la transformación curricular. Sin embargo, el Consejo Directivo Central de la ANEP y las autoridades de todos los distintos subsistemas, por su falta de disposición al diálogo, están generando las condiciones para que el conflicto continúe e incluso se agudice. Entonces, en este momento, entiendo que muy probablemente en este fin de año, donde todavía se está discutiendo los lineamientos de la transformación curricular, y a inicios del año que viene, donde se pretende empezar a implementar la transformación, seguramente va a haber una agudización del conflicto.

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