25 de agosto: una falsificación histórica

Todos los 25 de agosto, digo lo mismo, yo, sintiéndome más uruguayo como el que más, no celebro esa fecha de la independencia porque es la fecha de la dependencia. Son las contradicciones del Uruguay, tenemos un Cerro al que llamamos Cerro chato cuando un cerro nunca puede ser chato. Tenemos una cárcel tenebrosa y la llamamos Libertad. Y celebramos una independencia el mismo día en que se confirma la dependencia o si se quiere la integración formal a otra Nación, las Provincias Unidas del Río de la Plata, sucesora del Virreynato.

Es absurdo, la verdadera fecha de la independencia no fue el 25 de agosto de 1825 sino el 4 de octubre de 1828, -ya no son tan pocos los historiadores que se afilian a este revisionismo- cuando Inglaterra decide que la Banda Oriental se convierta en el Estado tapón entre Argentina y Brasil, para seguir dividiendo, balcanizando aun más a nuestra América, la desunida. Pero en 1825, la Asamblea de la Florida lo que hizo fue independizarse del Imperio brasileño y pasar a depender de las Provincias Unidas del Río de la Plata, es decir de Argentina como quería Artigas que hacía 5 años que estaba exiliado en Paraguay tras ser derrotado por los brasileños y portugueses. Esa fecha, no consagró la independencia sino la dependencia de Argentina o la integración a lo que después se convertiría en la Confederación Argentina. Es decir que Uruguay fue parte de la Argentina hasta el 4 de octubre de 1828 y no se independizó de ésta sino solo en 1828. Y seguiré diciendo esto todos los 25 de agosto. Como también seguiré afirmando que si Artigas hubiera vuelto cuando Lavalleja y los 33 orientales expulsan a los brasileños de la Banda Oriental, el jefe de los pueblos libres, hubiera sido el primer presidente de la Confederación Argentina y Montevideo la capital de las Provincias Unidas del Río de la Plata, apoyada por Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, La Rioja, Santiago del Estero y otras más. Artigas, nacido en Las Piedras, fue el primer argentino.

Y de haber retornado los ingleses no hubieran podido balcanizar el Río de la Plata. Y las oligarquías porteñas y montevideanas hubieran sido derrotadas. Es bueno este día de la falsa independencia, recordar a un personaje, estigmatizado en nuestro Uruguay por la historia oficial, Juan Manuel de Rosas, que más allá de sus errores, fue el héroe que derrotó a los ingleses y franceses coaligados en la vuelta de Obligado, a quien San Martín le donó su sable libertador por su valentía y dignidad nacional, que conocida la vergonzosa decisión del embajador británico Lord Ponsonby, de separar a la Banda Orienta de sus hermanos, decidió no reconocer ese úkase colonialista y jamás nombró embajador de la Confederación Argentina en el Uruguay. Derrotado en Caseros en 1952, el régimen porteño , vencedor, designó de inmediato embajador argentino en el Uruguay.
El sol del 4 de octubre viene asomando. Ironías de la historia.