CULTURA

Gobierno estudia la posibilidad de crear una subsecretaría de Cultura paralela a la de Educación

El director nacional de Cultura, Sergio Mautone, aseguró que entre octubre y noviembre se remitirá al Parlamento el proyecto de la Ley Nacional de Cultura que tendrá entre sus objetivos: democratizar y descentralizar la cultura, y planteará la necesidad de una nueva institucionalidad que podría ser una subsecretaría.

En entrevista con LARED21, Mautone se refirió a las metas para lo que resta del periodo de gobierno y destacó como uno de los aspectos esenciales la aprobación de la Ley Nacional de Cultura, con la creación de una nueva institucionalidad, y consolidar el Sistema de Circulación Cultural.

-La Dirección de Cultura viene realizando un trabajo exhaustivo con el Plan Nacional de Cultura, el cual se ha llevado a todo el país. ¿Cuál es estado de situación de dicho plan que aportaría insumos para un proyecto de Ley Nacional de Cultura?

-El Plan Nacional de Cultura no es una iniciativa exclusiva de esta Dirección. Es producto de un proceso extenso, tal vez nos tengamos que remontar a la década del ’80 para ubicar allí una intención liderada por Gonzalo Carámbula, de generar ámbitos para la inclusión de políticas públicas culturales. En aquel entonces no había una intervención del Estado en la generación de políticas de cultura.

Cuando Carámbula planteó la necesidad de generar las “asamblea de cultura”, ya estaba planteando pensar en diseños.

La instancia que ahora llevamos adelante, del Plan de Cultura, tiene que ver con dicho proceso y con que la administración anterior dejó documentos en un estado de avance, instancia desde la cual partimos.

Pretendemos actualizar la discusión desde la manera más amplia, como la recorrida por todos los departamentos del país, convocando a actores vinculados a la cultura y realizando asambleas de carácter sectorial para discutir temas específicos.

Así surgieron opiniones, documentos, una relatoría que realizó la Facultad de Ciencias Sociales. Luego de relevar y codificar a más de 1.700 participantes, estamos en condiciones de llegar a algunas conclusiones que nos permitirán diseñar las metas que debemos alcanzar como país en los próximos años.

El Plan apunta a diseñar un esquema de políticas culturales para los próximos diez años. En setiembre presentaremos algunas de las conclusiones.

Estos insumos, a su vez, serán contrastados con los actores que participaron para poder avanzar en un Plan que establezca metas y algunos escalones para su cumplimiento hacia el año 2027.

-¿Cuáles serían esas metas?

-Algunas demandas claras de planificación en cultura. Hay una intención de moverse de un esquema demandante, tanto de recursos puntuales o de propuestas artísticas para dar cabida a eventos, a que cada departamento establezca un lineamiento claro de políticas a plazo.

Asimismo, una demanda en la que estamos trabajando es la de mayor circulación de bienes y servicios culturales en todo el territorio.

También en la creación de plataformas para el desarrollo y el conocimiento de artistas nacionales en todo el interior, o afinar los distintos escenarios de formación en la medida que si bien se han actualizado desde el punto de vista terciario distintos, también es necesario avanzar en la actualización de saberes y equiparación de conocimientos.

Si bien la formación en Montevideo tiene una oferta más íntegra esto no implica que la formación en el interior no tenga valor, entonces hay que establecer los puntos adecuados de equivalencia.

Hay elementos diversos que nos permiten pensar en un afinamiento de políticas y en una puesta a punto de los objetivos que nos plantemos con las herramientas con las que contamos.

Una de las premisas principales es garantizar el acceso al disfrute de la producción cultural y a la creación

-Democratizar la cultura, descentralizarla y hacerla más accesible, son algunos de los objetivos…

-Ese es uno de los ejes fundamentales. Tal vez una de las premisas principales sea no solo la descentralización de la cultura o de la producción cultural, sino garantizar el acceso al disfrute de la producción cultural y a la creación. Esto que se dice fácil y rápido implica la puesta en marcha de una serie de dispositivos que garanticen tales cometidos.

Uno de los preceptos que deberá recoger la futura Ley Nacional de Cultura, proyecto que será remitido al Parlamento antes de fin de año, es el reconocimiento o convalidación de la cultura como un derecho humano fundamental.

En tal sentido, como habitantes de este tiempo, no solo tenemos derecho al trabajo, educación, vivienda, salud y ocio, sino también a la cultura que conforma un elemento sustancial que nos transversaliza socialmente y se transforma en un factor de cohesión.

El primer escalón será garantizar el acceso a la cultura y para ello habrá que poner en práctica dispositivos que garanticen ese derecho.

Uno de los preceptos de la futura Ley Nacional de Cultura será el reconocimiento de la cultura como un derecho humano fundamental

-El Plan de Cultura aportará insumos para el proyecto de Ley que será remitido al Parlamento antes de fines de año…

-Sí. La intención es remitir el proyecto al Legislativo antes de receso parlamentario, para que sea discutido con profundidad en 2018.

Contamos con una comisión redactora que avanza en el proyecto de Ley, el cual será remitido primero a Presidencia de la República, para los ajustes finales y luego presentarlo al Parlamento en noviembre.

-¿Qué otros aspectos se pueden destacar de dicha iniciativa?

-Hay tres aspectos fundamentales: La adecuada conceptualización del valor de la cultura y su alcance; una institucionalidad nueva de la cultura, es decir de qué manera imaginamos su gobernanza si es a través de un Ministerio, una subsecretaría o una agencia; y a través de la conformación de un sistema de cultura darle orden al sinfín de leyes que han surgido, algunas de ellas de aplicación relativa, otras contradiciéndose entre sí.

-¿Cuál sería el status institucional que plantea para la Dirección de Cultura?

-Se encuentra en un proceso de discusión. Habrá que ver cuál es el formato final. Creo que un posible camino, sin pensar necesariamente en un Ministerio porque el combo Educación y Cultura no parece desacertado, podría ser una nueva subsecretaría, es decir, mantener la actual que entienda sobre Educación y crear otra sobre Cultura. A partir de ello se generaría una pirámide que podría contribuir a la toma de decisiones.

Pero es un punto de vista, no quiere decir que sea el formato que se proponga. Sí hay voluntad y consenso en que hay que pensar en una institucionalidad. El formato lo dirá la Ley de acuerdo a los insumos y las posibilidades.

Teniendo como vértice un viceministro exclusivo en los temas de Cultura, todas las demás unidades ejecutoras reportarán a él. Por lo cual, con poca intervención se podría generar un modelo más eficiente.

Sobre la posibilidad de que sea un Ministerio de Cultura, no hay una oposición, pero no será una discusión que se procese en esta instancia, sí lo puede analizar el Parlamento porque existe la comprensión del rol de la cultura la cual requiere una institucionalidad definida y sentarse a la mesa de las grandes decisiones.

Se debería crear una nueva institucionalidad. Es decir, una subsecretaría de Cultura

-¿Se siente conforme con el acceso que tiene la población del interior a los bienes culturales?  

-Creo que hay un debe, aunque se viene trabajando desde hace algunos años.

Hay mucho por construir aún, pero las deudas se han indo saldando por ejemplo: a través del Programa de Infraestructura que permitió la recuperación de teatros, museos; o la aplicación de los distintos mecanismo de Fondos Concursables o los Fondos para el Interior que promueven la creación artística han contribuido.

Queda mucho por construir, pero nos preocupa que todos los uruguayos tengamos acceso a la creación y al disfrute de la cultura, independientemente del lugar donde vivamos.

También estamos promoviendo facilitar las condiciones para la conformación de un Sistema de Circulación de Bienes Culturales.  Una experiencia primaria se ha aplicado en los departamentos de Cerro Largo y Treinta y Tres y generó buen resultado.

Este año redoblamos la apuesta con el litoral uruguayo, en coincidencia con el Corredor de los Pájaros Pintados.

En este punto debemos destacar dos factores: La acumulación que se ha venido consolidando durante estos años y que desembocó en la creación de una red de directores de Cultura, que vincula a los 19 departamentos; y los dispositivos que se impulsan desde el Ministerio de Cultura para la promoción de la creación y circulación de bienes culturales también dan sus resultados, porque hay incentivos del entorno de los 140 millones de pesos a través de distintos formatos de fomento, que han tenido impacto favorable y que rápidamente se convierten en insuficientes.

Todo este derrame hoy posibilita que actores nuevos puedan sumarse y demandar acciones, miradas y construcción de políticas. Esto nos muestra que cada vez más la sociedad se va apoderando y empoderando de los temas de la cultura.

-¿Cuál es la situación actual de las Fábricas de Cultura?

-Las Fábricas de Cultura están insertas en uno de los aspectos que promovió la Dirección de Cultura que es la construcción ciudadana. Esto es la invitación al ejercicio de la cultura a través del derecho.

Son emprendimientos que vincula a población con carácter vulnerable a una propuesta cultural que los reinsertan en la sociedad.  

Llegó a haber una oferta de 26 fábricas. Es un proceso importante, pero hay que discutir su relocalización porque muchas adquieren carácter de emprendimiento productivo, por ello hay que decidir si seguirán dentro de Cultura o en otras de las dependencias del Ministerio.

De todos modos, además de Fábricas de Cultura contamos con el Programa Usinas Culturales, que son estudios de grabación en música o audiovisual para la promoción de proyectos artísticos y hemos sumado tres Usinas y hay dos más en carpeta.

Nuestra meta es lograr que cada departamento del país tenga su Usina, ya hemos logrado que haya una en cada Municipio de Montevideo y en el Instituto de la Juventud (INJU).

A esto se suman otras acciones, como el encuentro de Arte y Juventud que tendrá lugar en la ciudad de Florida y el Programa de Fiestas Tradicionales que procura poner en valor y dar visibilidad a las más de 200 fiestas.

Todo esto conforma un espectro de empoderamiento de la ciudadanía de acciones culturales para que el ciudadano se comprometa con la cultura y además la tome como una herramienta de reafirmación de la identidad y de inserción laboral.

-¿Qué planes maneja para los museos?

-En lo que resta de la gestión, museos será uno de los puntos muy fuertes por el desarrollo importante de la museística.

En la actualidad recibimos a cerca de 170 mil visitantes en los museos del Ministerio de Educación y Cultura.

Museos en la Noche es una actividad que convoca a unos 120 mil ciudadanos. Por tanto, hay un descubrir, por parte de la ciudadanía, del valor de los museos.

Hay aspectos que muestran un avance, como por ejemplo el Sistema Nacional de Museos, una Ley de Museos, conformamos el Consejo de Museos que presido como director nacional de Cultura. Además, un elemento importante en la conformación institucional es que todos los museos del Ministerio de Educación y Cultura hoy dependen de la Dirección de Cultura.

Nuestra intención es poder presentar, el próximo 4 de setiembre, un Plan de Museos con metas claras para el resto del período y con una perspectiva para los próximos años dentro del Plan Nacional de Cultura.

-Le cambio de tema. ¿Cuál es la situación de los trabajadores de la Dirección de Cultura? ¿Se está trabajando en los reclamos sindicales que han realizado?

-La situación es producto del crecimiento que han tenido las políticas culturales en el país. En 2018 cumpliremos diez años como Unidad Ejecutora de Cultura, recién en el período pasado se consolidó una línea base presupuestal y creo que ahora compete trabajar, lo que estamos haciendo, en la conformación de la estructura que la Unidad de Cultura no tiene, lo cual implica la existencia de un organigrama de funcionamiento y, en la medida de lo posible, mejorar la situación salarial que en algunos casos es bastante baja.

Esto se inscribe en una lógica en la que hemos venido trabajando junto con el sindicato con el cual tenemos un diálogo fluido.

En esta Rendición de Cuentas incorporamos dos artículos que darán respuesta a parte de las demandas o a todas las demandas en forma parcial, según como se lo queramos establecer.

Si tomáramos una foto de la Dirección Nacional de Cultura del 2 de marzo del 2015 y la comparamos con el día de hoy, percibiríamos claros indicios de que estamos trabajando en la conformación de una estructura de un organigrama y a partir del año que viene en un ajuste de salarios, tras la aprobación de la Rendición de Cuentas, que no será el óptimo pero que sí marca una voluntad política de resolver estos problemas estructurales que son de justo reclamo.

Esto me genera una valoración positiva, porque denuncia un crecimiento del sector de la cultura, el que era olvidado, y el cual debe organizarse y pelear por sus espacios.

Es un aprendizaje para todos, porque el sector no está acostumbrado a estas acciones y ello habla de una madurez. Es decir, que estos problemas no podían aparecer diez años atrás cuando no había herramientas para la promoción de la cultura.

A partir del año que viene los funcionarios de la Dirección tendrán un ajuste de salarios, tras la aprobación de la Rendición de Cuentas

¿Cuál es el número de funcionarios?

-La Dirección Nacional de Cultura tiene 250 funcionarios y a nivel nacional el Ministerio de Cultura tiene unos 2.500.

¿Qué otros planes quedan para el final del período?

-Yo me retiraría muy contento si pudiéramos avanzar hacia la Ley Nacional de Cultura, que debería quedar aprobada en este período, tal vez con vigencia a partir del próximo gobierno, y consolidar el Plan a diez años de manera de dejar cierto lineamiento porque la idea es poder convertir a la cultura en una política de Estado y trascender al gobierno puntual.

Quisiera consolidar el Sistema de Circulación Cultural y me gustaría dejar las bases firmes para una estructura que augure un crecimiento exponencial en cultura en los próximos años, para lo cual estamos trabajando en la Dirección Nacional de Trabajo.

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