Palabra ardiente

Alemania y EE.UU. juntitos

La frase pertenece a Edward Snowden, el ex técnico de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés), infiltrador de documentos secretos de EE.UU. que movieron el piso a los grandes de Occidente. La cama, obvio, es la del espionaje. La canciller Angela Merkel criticó –levemente– a Obama por el programa Prism de espionaje mundial, general y particular creado y practicado por la NSA. Finge ignorar que los servicios de inteligencia de ambos países trabajan juntos hace mucho. Reiteró su presunto desconocimiento el viernes 19 en una larga conferencia de prensa convocada en razón de las próximas elecciones germanas: “Alemania no es un Estado donde impera el espionaje”, dijo, y repitió que se enteró por los medios de la red de la NSA que Snowden desnudó (//es.euronews.com, 18-7-13). Aun cuando en apariencia no fuera éste el asunto que más preocupa al electorado alemán, la oposición piensa explotarlo.

Merkel fue más lejos el lunes 22: anunció que su gobierno investigará los lazos existentes entre los servicios secretos de los dos países. Fue una respuesta a las revelaciones del prestigioso semanario Der Spiegel: afirmó, con base en documentos filtrados por Snowden, que los servicios alemanes utilizan un valioso programa de espionaje de la NSA, el bautizado XKeyScore, desde hace años (www.spiegel.de, 20-7-13). Violan así, subraya la publicación, las leyes que aseguran la privacidad del ciudadano alemán. Claro que su función es mucho más amplia: una mayoría de informaciones nacionales e internacionales, alrededor de 500 millones por mes, pasan a la NSA por ese conducto. Hasta en Afganistán el BND o servicio de Inteligencia extranjera alemán fue “el socio más prolífico” de la NSA.

Georg Streiter, vocero de la canciller, anunció que la investigación será completa y defendió que no fuera pública la actividad de los servicios secretos: “Sólo se puede combatir al terrorismo internacional mediante la cooperación internacional, lo cual sirve para proteger a nuestros ciudadanos en Alemania”, declaró (www.thelocal.de, 22713). Contradijo así a Angela Merkel, que tres días antes había proclamado que “no permitiría que se vulneren el derecho de los alemanes con la excusa de la seguridad” (//es.euronews.com, 19713). La política es lábil y este cambio no es casual.

Las elecciones que tendrán lugar en tres meses para elegir a los miembros del Bundestag son decisivas para cumplir el sueño de la canciller: obtener un tercer mandato y para ello debe lograr al menos 300 bancas en el Bundestag, aliados incluidos. Una mayoría apoya su gestión ante la crisis económica, pero sus declaraciones negadoras de la colaboración BND/NSA fueron recibidas por los medios con escepticismo y aun con indignación. “Cuando juró como canciller, Merkel prometió ‘salvaguardar y defender la Constitución y las leyes de la nación’. Tolerar secretamente (espías en suelo alemán) significa cambiar de cara y un grave ataque de servicios secretos extranjeros a la integridad nacional de Alemania”, se irritó el diario Ludwigsburger Kreiszeitung de BadenWürttemberg (www.lkz.de, 19713).

El Nürnberger Nachrichten de Bavaria señaló paladinamente: “No importa si proviene del gobierno o de la oposición, pero hay tanta insinceridad en juego que vuelve furioso a cualquiera” (www.nuernbergernachrichten.de, 18713). En cierto sector flotan además los fantasmas de la Gestapo y de la Stasi, el servicio secreto de la ex Alemania Oriental, el más represor y capilar de todos los del Este. Y cabe suponer que no a muchos alemanes agradó la noticia de que sus llamadas telefónicas y correos electrónicos son sistemáticamente espiados por la NSA.

Der Spiegel (20713) subraya además que la documentación filtrada por Snowden revela que la relación de los servicios de espionaje alemanes con la NSA se ha intensificado últimamente. “Contiene una referencia al ‘anhelo y el deseo’ del director del BND, Gerhard Schindler. ‘El BND ha estado empeñado en influir al gobierno alemán para alivianar la interpretación de las leyes de privacidad y proporcionar así mayores oportunidades a la posibilidad de compartir inteligencia’, anota la NSA en enero. A lo largo de 2012, los socios alemanes han mostrado su ‘disposición a arriesgarse y conseguir nuevas oportunidades de cooperación con EE.UU.’.” Como se observa, el BND ha tenido bastante éxito en esa tarea.

Las declaraciones del portavoz de Angela Merkel fueron muy claras al respecto. Defendió los vínculos del espionaje alemán con EE.UU. en estos términos: “Me parece bastante asombroso que se haya creado la impresión de que estamos cooperando con el diablo. Quiero decir, son nuestros amigos”. Qué podría hacer la pobre Matahari en estos tiempos. PÁGINA/12

Juan Gelman
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