¿Cuál es la mejor alimentación para el verano?
El verano es una época de cambios en nuestras rutinas, tanto en el trabajo como en el ocio. Pasamos más tiempo al aire libre, realizamos más actividades físicas y, en general, tenemos más ganas de disfrutar de la vida. Estos cambios también afectan a nuestra alimentación, que debe adaptarse a las necesidades de nuestro organismo en esta época del año.
El principal factor a tener en cuenta en la alimentación veraniega es la hidratación. Con las altas temperaturas, sudamos más y perdemos más líquidos, lo que puede provocar deshidratación. Para evitarlo, es importante beber abundante agua a lo largo del día, incluso si no tenemos sed. También podemos optar por bebidas refrescantes como zumos naturales, infusiones frías o batidos de frutas.
El consumo de frutas y verduras
Las frutas y verduras son alimentos imprescindibles en cualquier época del año, pero en verano son especialmente fundamentales. Son ricas en agua, vitaminas, minerales y fibra, nutrientes que nuestro organismo necesita para mantenerse hidratado, sano y con energía.
En verano, debemos consumir al menos cinco raciones de frutas y verduras al día. Podemos incluirlas en nuestros platos principales, en las ensaladas, en los aperitivos o como merienda. Algunas frutas y verduras especialmente recomendables para el verano son:
- Frutas: sandía, melón, melocotón, nectarina, fresas, uvas, cerezas, etc.
- Verduras: pepino, tomate, lechuga, cebolla, pimientos, calabacín, berenjena, etc.
El consumo de cereales integrales
Los cereales integrales son una buena fuente de hidratos de carbono complejos, que nos aportan energía de forma gradual y nos ayudan a mantenernos saciados durante más tiempo. En verano, podemos optar por cereales integrales como la avena, el arroz integral, la quinoa, la espelta o el trigo sarraceno.
El consumo de proteínas y grasas saludables
Las proteínas son necesarias para el crecimiento, la reparación y el mantenimiento de los tejidos. En verano, podemos optar por proteínas magras como el pescado, las carnes blancas, las legumbres o los huevos.
Las grasas saludables son necesarias para el buen funcionamiento del organismo. En verano, podemos optar por grasas saludables como el aceite de oliva, los frutos secos, las semillas o el aguacate.
Además de seguir las recomendaciones anteriores, aquí tienes algunos consejos para seguir una alimentación adecuada en verano:
- Evita las comidas copiosas o en grandes porciones: En verano, el cuerpo necesita menos energía, por lo que no es necesario comer grandes cantidades.
- Evita las comidas pesadas: Las comidas pesadas pueden provocar digestiones pesadas y somnolencia.
- Evita los alimentos procesados: Los alimentos procesados suelen ser ricos en grasas, azúcares y sal, lo que puede perjudicar nuestra salud.
- Evita el alcohol: El alcohol deshidrata el organismo, por lo que es mejor evitarlo en verano.
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