Funerarias al borde de la quiebra por el éxito de las medidas del gobierno noruego ante el COVID-19

El gobierno noruego instauró una cuarentena semi estricta meses atrás, y aunque apostó mayormente por la educación y el compromiso de la sociedad, también fue rígida en algunos aspectos y lugares de la vida de los ciudadanos. Por ejemplo, en el paquete de medidas que se tomó con el comercio está la prohibición de la celebración de ceremonias fúnebres, lo que ha llevado a al menos 6 funerarias a pedir ayudas al gobierno, según medios locales.

La familia Lande diseña elegantes y sobrios cortejos desde hace tres generaciones, y nunca habían visto algo parecido. «Cuando llegaron las medidas contra el coronavirus, resultó que fueron eficaces no solo contra el coronavirus, sino también contra otros virus», explica a Erik Lande, a la cabeza del negocio familiar en el sur del país.

«Hasta tal punto que una parte de los ancianos y de los enfermos que habrían muerto en tiempos normales se han volatilizado», añade. De un promedio de unas 30 celebraciones al mes pasaron a menos de 10, asegura el empresario.

En la empresa Alfa Begravelsesbyra, en la ciudad oriental de Ålesund, sus cinco empleados fueron enviado al seguro de paro parcial y tuvieron que recurrir al Estado para pedir ayudas para el pago del costos y salarios, ya que su negocio ha caído más del 70%.

Más allá de eso, el aislamiento de ancianos, el distanciamiento social general y el altísimo cumplimiento de las medidas de higiene como el lavado de manos y la desinfección de superficies en lugares públicos ha logrado que la mortalidad en general -no solo por el COVID-19- baje un 6% en mayo respecto al año anterior, y 13% en junio en relación al mismo mes de 2019.

Medidas exitosas

Desde el 12 de marzo, el gobierno de Noruega impuso las medidas restrictivas que ha conocido en tiempos de paz: cierre de colegios, bares y muchos espacios públicos, prohibición de encuentros deportivos y culturales, reducción de los viajes al extranjero, y otros.

Estas decisiones han sido acertadas porque de una población de 5.4 millones de habitantes solamente han tenido 9.001 casos y 253 muertes, mientras que su vecina Suecia, con 10.1 millones de habitantes, ha contabilizado 76.001 casos y 5.545 decesos. En este último el gobierno no optó por ninguna cuarentena y prefirió que la vida transcurriera con total normalidad.

Ya no quedan pacientes internados en cuidados intensivos de ningún hospital noruego y solamente quedan unos pocos en hospitalización básica.