Bolsonaro despide al ministro de Salud y lo sustituye por uno más alineado a sus intereses

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, echó de su cargo como ministro de Salud al médico Luiz Henrique Mandetta después de varias semanas de choques y diferencias en cuanto al manejo de la pandemia que está haciendo el gobierno.

En Brasil, el COVID-19 ha causado la muerte de 1.736 personas y ha contagiado a más de 28.000 desde que se detectó el primer caso a finales de febrero, justo después de los carnavales. El nuevo ministro es también médico, el oncólogo Nelson Teich, pero dice estar «totalmente alineado» con los intereses de Bolsonaro.

“He hablado con el doctor (Teich) de que gradualmente tenemos que retomar el trabajo”, dijo Bolsonaro en el Palacio de Planalto, sede del Parlamento. Insistió en su retórica contra los gobernadores estatales que han impuesto cuarentenas y restricciones a la circulación asegurando que «el medicamento no puede tener efectos secundarios más dañinos que la enfermedad misma».

País dividido en la pandemia

Distintos gobernadores de muchos de los 26 estados de Brasil han seguido -en mayor o menor medida- las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y han instaurado cuarentenas obligatorias, han cerrado colegios y han limitado al mínimo el funcionamiento de comercios.

El presidente ultraderechista, en cambio, considera que las actuales cuarentenas son una «calamidad» para la economía y por eso considera de que solo los ancianos y las personas enfermas se aíslen, algo que expertos de todo el mundo aseguran es insuficiente para contener la pandemia y evitar el colapso de los sistemas de salud pública.

La movida de Bolsonaro ha sido vista como política porque la popularidad de Mandetta había aumentado exponencialmente desde que inició la crisis sanitaria y había dicho que solo abandonaría su cargo si era destituido por Bolsonaro, «porque un médico no abandona a su paciente».

Mandetta, ortopeda, exdiputado y católico practicante, obtuvo relevancia desde que empezó a dar conferencias de prensa diarias desde que se detectó el primer caso en febrero. Su estilo es concreto y didáctico y en repetidas ocasiones criticó sin miramientos a Bolsonaro por negarse a hacer caso a la ciencia. Bolsonaro lo ha acusado de meter miedo a la ciudadanía y de exagerar en sus declaraciones a la prensa.

El presidente ha agradecido “al señor Henrique Mandetta” su trabajo y a Teich por aceptar dirigir el MSP. “Estamos juntos en defensa de la vida del pueblo brasileño, en defensa de los empleos y también buscando traer tranquilidad y paz a nuestro pueblo”, dijo.