Falleció Corina “Cora” Garin Costabel, madre de Walner Ademir desaparecido en dictadura

La madre de Walner Ademir Bentancour Garín, desaparecido en Buenos Aires en 1976, nació el 6 de Mayo de 1933 en la ciudad de Rosario y vivió sus primeros años en una pequeña granja en las afueras de Juan Lacaze que sus padres arrendaron.

Corina o “Cora» como la llamaban todos desde pequeña, pertenecía a una larga línea de luchadores contra las injusticias. Por parte de padre era de familia vasca española y por parte de madre descendiente de vascos franceses y de los protestantes Valdenses del norte de Italia.

Su padre Juan Garin fue partícipe de la revolución contra la dictadura de Gabriel Terra, que resultó en el Combate de Paso Morlán o “Acción del Colla”, el 28 de enero de 1935. En esa revolución fallida se unieron blancos independientes, colorados “natos”, socialistas, comunistas, anarquistas, y liberales que se oponían a la ideología fascista del régimen de Terra (que demostraba claras simpatías por Mussolini e incluso, Hitler). A Juan, la participación en esa contienda le costó que su cosecha fuera destruida por los soldados, algunos otros participantes pagaron con sus vidas. Pero aquel movimiento que se había iniciado debilitó la legitimidad del régimen hasta que este cayó en 1938. Al oír la noticia que Terra llamaba a elecciones, el padre de Cora sintió tanta emoción que falleció de un ataque cardíaco, algo que en muchos sentidos vino a marcar el futuro destino de la familia.

Cora era la menor de cinco hermanos, un varón y cuatro mujeres, los casi míticos Garin de Juan Lacaze, una de las familias que con más fervor se opuso a la dictadura y por ello también fue una de las familias que más sufrió su represión, tanto dentro como fuera del país. Cora trabajó en Lacaze en la fábrica textil «Campomar y Soulas», y luego como cuidadora y maestra particular de castellano de los niños de una familia Italiana que se había asentado en el país. Tuvo cinco hijos (Ademir, Edison, Mirna, Ricardo y Pedro) con su esposo y compañero por 65 años, Altamar Francisco Bentancour, fallecido a los 89 años en enero 2019.

En 1973, luego de la huelga general contra el golpe de Estado del 27 de junio del mismo año, Altamar fue despedido de su empleo como miles de lacazinos y uruguayos en general, y la familia emigró hacia Argentina.

La decisión de emigrar al país vecino se sumó al hecho de que su hijo Edison, menor de edad, había sido detenido por fuerzas policiales y militares, posteriormente puesto en libertad, y que una gran parte de los sobrinos de la familia de Cora estaban encarcelados.

Así fue que Cora, junto a sus dos hermanas, Juliana y Maria, y la esposa de su hermano fallecido, se vieron obligadas a partir al exilio, primero en Argentina y luego en Europa. Todos los hijos e hijas de los hermanos Garin fueron víctimas en algún modo de la dictadura, con un desaparecido, un muerto – Juan Alfredo “Nito” Pino Garin – diez presos políticos, diecisiete exiliados y muchos de ellos torturados. También las parejas de sus hijos sufrieron la represión, con muertes, cárceles, exilios y torturas.

En el exilio en Buenos Aires Corina fue ama de casa mientras Altamar trabajó en la industria textil, junto a sus hijos mayores incluido Walner Ademir, quien también estudiaba guitarra clásica en una academia de música.

La detención y desaparición de Walner Ademir

En septiembre de 1976 fue secuestrado su hijo Walner Ademir, por un contingente de militares en su domicilio familiar en Buenos Aires, tenía 24 años.

Durante el secuestro, toda la familia fue mantenida durante varias horas como rehén, por militares armados.

De inmediato, Corina y su esposo comenzaron la interminable tarea de averiguar el paradero de su hijo presentándose ante la comisaría local, acudiendo al cuartel militar de Campo de Mayo e incluso en la Casa Rosada.

La situación con constantes amenazas directas contra los demás hijos del matrimonio, condujo a que representantes de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Argentina le sugirieran que se exiliaran en Suecia y que continuaran la búsqueda de Walner Ademir desde allí.

En julio de 1977 la familia aterrizó en Suecia, donde Corina, su esposo e hijos aprendieron un nuevo idioma y se integraron al mercado laboral o continuaron sus estudios, según sus edades. Cora trabajó así durante muchos años como profesora de lengua materna castellana para hijos de refugiados.

Familiares de Uruguayos Desaparecidos

Corina y Altamar, no descansaron en la búsqueda de su hijo ni en su trabajo por la democratización de Uruguay y Argentina. En tal sentido fundaron la Agrupación de Familiares de Uruguayos Desaparecidos (AFUDE) en París en 1978, junto con un puñado de madres y familiares como “Tota” Quinteros y Luisa Cuesta.

Durante años envió dinero junto a su familia para que los prisioneros políticos en el penal de Libertad tuvieran mantas, yerba, jabones y otras necesidades básicas que las autoridades no les cubrían. Su hermana Irma y los pocos integrantes de la familia Garin que permanecían en Uruguay fueron durante muchos años los encargados de entregar estos objetos.

Sus contactos entre las autoridades migratorias en Suecia eran conocidos durante aquellos años y más de 140 orientales le escribieron a Corina, su esposo e hijos para solicitar asilo en Suecia, algo que recibían automáticamente junto a un pasaje de avión.

De esa manera Corina y su familia salvaron vidas, incluso de presos políticos que eran puestos en libertad con la condición de que se marchasen al exilio.

Su trabajo junto a su esposo por los presos y desaparecidos y contra las dictaduras, a veces en conjunto con organizaciones como “Secrétariat International des Juristes Pour L’amnistie en Uruguay (SIJAU)”, llegó a influir en la postura de ONU y la OEA ante las dictaduras del Cono Sur, e incluso al cambio de posición de Estados Unidos contra estas mismas durante el mandato de Jimmy Carter.

La familia también tuvo contactos con Abbé Pierre, fundador del movimiento Emaús (traperos de Emaús) que trabajó intensamente para liberar presos y desaparecidos del Cono Sur, e incluso con el Papa Pablo VI, quien le concedió una audiencia a Corina y su familia en 1978.

Corina fue también una persona conocida y apreciada en la comunidad de uruguayos exiliados en Suecia, muchas fueron las cenas y tertulias que se organizaron en su casa. Pocos fueron los uruguayos en aquella época que no conocían a Cora y su esposo Altamar en Suecia, y muchos fueron los uruguayos que los visitaban para hablar de sus dificultades o para pedir consejos ya que el matrimonio era de los pocos en la colonia que sobrepasaban los 30 años.

Al volver la democracia Corina y su esposo continuaron la búsqueda de su hijo desaparecido y trabajaron incansablemente para que se hiciera justicia. Declararon en varios juicios, entre ellos los de Uruguay donde fueron condenados ex dictadores opresores. También en Argentina declaró en varios juicios, donde fueron condenados varios dictadores y opresores.

«Corina nunca perdió, a pesar de sus muchos contratiempos, su fe en la humanidad ni en Dios. Amaba la vida como pocos y siempre veía el lado bueno de la gente, tampoco sintió jamás rencor contra nadie – a pesar, como tantas madres orientales, de conocer en carne propia hasta donde llega el honor del que tanto se deleitan nuestros militares«, comentó su hijo Pedro a LARED21.

Su hijo Walner Ademir fue visto por última vez en “Automores Orletti”, centro clandestino de detención, tortura y exterminio que funcionó entre mayo y noviembre de 1976, en Buenos Aires, Argentina, durante la última dictadura cívico-militar.  Aún continúa sin aparecer, y su familia afirma que proseguirá con su búsqueda.