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Jueces del Reino Unido podrán usar inteligencia artificial para escribir fallos judiciales

La introducción de ChatGPT en el sistema legal plantea desafíos éticos y jurídicos, aunque abre la puerta a una transformación digital que podría optimizar la eficiencia del sistema judicial. La cautela y la comprensión profunda de la IA por parte de los actores judiciales serán fundamentales para asegurar su implementación exitosa y ética.

Foto generada con inteligencia artificial, con fines meramente ilustrativos
Foto generada con inteligencia artificial, con fines meramente ilustrativos

El sistema legal de Inglaterra y Gales se embarcará en una nueva era de transformación digital al incorporar el chatbot ChatGPT, a pesar de las crecientes preocupaciones sobre la capacidad de la inteligencia artificial (IA) para generar casos o textos legales ficticios.

Según un informe de The Daily Telegraph, la Oficina Judicial ha emitido directrices oficiales para guiar a miles de jueces en la implementación de esta tecnología, destacando sus beneficios en la destilación eficiente de grandes volúmenes de texto y en la ejecución de tareas administrativas.

La guía oficial no se queda atrás al advertir sobre los posibles riesgos de los chatbots, incluido ChatGPT. A pesar de su utilidad innegable, se subraya que son una «mala forma de llevar a cabo investigaciones» debido a su propensión a generar casos o textos legales ficticios.

La alarma se dispara al considerar que la amplia adopción de estos chatbots por parte del público en general podría propiciar la creación de pruebas falsificadas mediante la tecnología deepfake.

La inteligencia artificial, el riesgo de sesgo y dudas sobre su credibilidad

El Maestro de los Rolls (Presidente de la División Civil del Tribunal de Apelaciones de Inglaterra y Gales y Jefe de la Justicia Civil), Sir Geoffrey Vos, se muestra optimista respecto a la IA y la visualiza como una herramienta prometedora para «desarrollar un sistema de justicia digital mejor, más rápido y más rentable». Sin embargo, advierte sobre la necesidad crucial de que el poder judicial comprenda a fondo esta tecnología, destacando que la IA puede ofrecer respuestas tanto inexactas como precisas. En sus propias palabras: «Los jueces, como todos los demás, deben ser muy conscientes de que la IA puede dar respuestas tanto inexactas como precisas».

Sir Geoffrey plantea la posibilidad de que pruebas erróneas presentadas con la ayuda de un chatbot puedan acarrear cargos de perjurio y sanciones penales. En sus declaraciones, destaca que «nada cambia solo porque hayan obtenido lo que dijeron falsamente de un chatbot de IA en lugar de sacarlo de su propia cabeza».

El Lord Justice Birss, un juez superior, elogia la utilidad de ChatGPT y comparte su experiencia al utilizarlo para condensar información legal familiar. Sin embargo, destaca la importancia de adherirse a las pautas y no compartir información confidencial o delicada.

Suid Adeyanju, CEO de RiverSafe, una empresa de ciberseguridad, advierte sobre los riesgos cibernéticos asociados al aumento del uso de la IA en los fallos legales. Subraya que, si bien la IA presenta oportunidades significativas, también abre la puerta a importantes riesgos cibernéticos.

Josh Boer, director de la consultora tecnológica VeUP, ve la IA como una herramienta transformadora que puede remodelar funciones críticas y ofrecer respaldo esencial a la próxima generación de PYMES en el Reino Unido.

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