Ni siquiera se ha instalado la 5G y ya vienen la tecnología 6G con inteligencia artificial

La telefonía móvil ha cambiado la forma en que los humanos entendemos e interactuamos con el mundo. Es difícil pensar nuestras vidas hoy en día sin internet y sin telefonía celular.

La última tecnología conocida como 5G, o quinta generación de estándares mundiales, se está implementando poco a poco algunos países del mundo, y eso ya plantea una serie de preguntas obvias: ¿Qué factores impulsarán el desarrollo de la sexta generación de tecnología móvil? ¿En qué se diferenciará 6G de 5G, y qué tipos de interacciones y actividades permitirá que no son posibles con 5G?

Razvan-Andrei Stoica y Giuseppe Abreu, dos desarrolladores de la Universidad Jacobs de Bremen, Alemania, ya están trabajando para adelantarse a esas preguntas, trazando y entendiendo las limitaciones de la 5G. Han llegado a la conclusión de que la clave va a estar en la inteligencia artificial (IA), que derivará en una generación completamente nueva de aplicaciones para máquinas y dispositivos inteligentes.

Saltos de gigantes

La diferencia entre la red 4G y la 5G es abismal.

Las primeras redes 5G ya ofrecen velocidades de descarga de hasta 600 megabits por segundo y tienen el potencial de ser significativamente más rápida. Por el contrario, la 4G generalmente funciona a no más de 28 Mbits/s, y la mayoría de los usuarios de teléfonos móviles experimentarán problemas para alcanzar esa velocidad debido a la alta demanda de hoy en día.

Pero los beneficios realmente significativos van más allá de la velocidad. Las estaciones base 5G, por ejemplo, están diseñadas para manejar hasta 1.000.000 de conexiones o dispositivos simultáneos, en comparación con las 4.000 que pueden soportar las estaciones base 4G. Eso debería hacer una diferencia en la comunicación en reuniones importantes como eventos deportivos, ferias, manifestaciones y otros, y podría permitir todo tipo de aplicaciones para el Internet de las cosas.

La latencia también es un avance gigante: mientras el la red 3G tiene una latencia de 50 milisegundos, la otra tiene solo 1 milisegundo. Eso permitirá realizar telecirugías a distancia, operación de maquinaria y plataformas de videojuegos en tiempo real sin retardos.

¿Cómo puede 6G mejor que eso?

6G, por supuesto, ofrecerá velocidades de descarga aún más rápidas: la visión de los expertos es que podrían acercarse a 1 terabyte por segundo, sea 1.000 gigabytes por segundo.

Según aseguraron Stoica y Abreu a la revista MIT Technology Report, permitirá muchas más cosas como por ejemplo los coches autónomos y la infraestructura que se requiere para que se implementen en las redes viales actuales. Los vehículos automáticos sin conductor del futuro deberán conocer su ubicación, su entorno y cómo este cambia en tiempo real, al igual que comunicarse con otros dispositivos o vehículos en la carretera. También deberán detectar con absoluta precisión a ciclistas, peatones y otros vehículos autónomos. Deberán negociar el paso a través de las uniones y optimizar su ruta de manera que minimice los tiempos de viaje.

Ese es un desafío computacional de gran envergadura. Requerirá que los autos establezcan redes de comunicación sobre la marcha, por ejemplo, cuando se aproximan a un cruce de calles, y luego dejen atrás esos datos casi instantáneamente para acceder a información para lo que viene adelante en el camino.

 

Al mismo tiempo, formarán parte de redes más amplias que calculan rutas y tiempos de viaje, etcétera. «Por lo tanto, las interacciones serán necesarias en grandes cantidades, para resolver grandes problemas distribuidos donde la conectividad masiva, los grandes volúmenes de datos y la latencia ultra baja, más allá de los que ofrecen las redes 5G, serán esenciales», dicen Stoica y Abreu.

Hay mucho por hacer y mucho que entender aún de las posibilidades de la red 5G, pero los expertos prefieren que la nueva generación que viene después no los tome por sorpresa.