Emotivo homenaje a Sergio Previtali

Con las barras colmadas de amigos y compañeros, y toda su familia en el palco de honor, Sergio «Sacha» Previtali Roballo ­dirigente de la izquierda nacional nacido el 18 de julio de 1939 y fallecido el 26 de febrero de 2007­ recibió un emotivo homenaje de la Cámara de Diputados.

El orador principal fue Doreen Ibarra (Fidel 1001), quien lo recordó «fraterno, solidario y transparente», y lo dibujó como un hombre destinado a la política, la que mamó en su familia desde la cuna con un padre comunista y una madre política de fuste y trayectoria impar: la doctora Alba Roballo, primera mujer en ser ministra de Estado en Uruguay; de ella recibió la admiración por las ideas de Batlle y Ordóñez y Grauert, sus primeras influencias fuertes.

Ibarra pasó pormenorizada y cariñosa revista por la muy temprana actividad gremial de «Sacha» en la Universidad, por su también precoz tarea legislativa ­fue electo diputado a los 27 años­ y por su inquebrantable militancia antes, durante y después de la dictadura. Trajo a la memoria de los presentes la oposición de Previtali a las medidas prontas de seguridad de Pacheco, su discurso en el homenaje al asesinado Líber Arce, su integración a «La corriente» con el grupo «Pregón», encabezado por su madre, y las posteriores alianzas políticas que incluyeron al Partido Comunista.

Luego, destacó la riqueza y versatilidad de la vida de «Sacha», quien en 1961 se enroló para pelear junto al pueblo cubano en playa Girón, dio el alerta sobre los comunicados 4 y 7, trabajó por el NO en el plebiscito de 1980 y por el voto en blanco en las elecciones internas de 1981, no votó el Pacto del Club Naval, fue uno de los fundadores de la Izquierda Democrática Independiente, se negó a firmar el acta que lo rehabilitaba políticamente aduciendo que no la podía aceptar de militares responsables de tantos amigos presos, torturados y muertos y, mucho más tarde, se opuso al Mercosur porque, como dijo entonces, «habría un enorme costo social».

Ibarra cerró su sentida evocación describiéndolo como una persona que siempre vivió angustiada por todas las injusticias y «enchufada a la información» porque, según solía decir el propio Previtali, «era un bicho político». Lamentó, al final, que la vida no le hubiese dado a «Sacha» la oportunidad de terminar el libro, que era el libro de su vida y de gran parte de la historia del país, que estaba escribiendo.

Luis Rosadilla (Espacio 609) dijo que a Previtali «podía encontrarlo en cualquier ámbito: en un boliche, en una asamblea, en un club político o en una manifestación de la cultura popular». Y agregó: «Nuestras juventudes se desarrollaron en un tiempo caliente del país, un tiempo de luchas». «Sacha» fue, según Rosadilla, «un hombre entrañable, valiente, fuerte y franco».

Germán Cardoso también adhirió al homenaje en nombre del Partido Colorado, enfatizando las influencias políticas de Previtali: su madre, sobre todo, y también muchos políticos de su pelo a los que, sentenció, admiraba, desde Luis Batlle Berres hasta Tróccoli, Carrere Sapriza y Cataldi. Breve, conciso, respetuoso, Cardoso saludó a los familiares y amigos de «Sacha» presentes en sala.

Extrañamente, nadie del Partido Nacional hizo uso de la palabra. Fue una actitud que se pareció demasiado a una falta de respeto.

Hubo un minuto de silencio y un nutrido aplauso coronó la jornada recordatoria. *

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