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La inflación en Estados Unidos se estabiliza y tiende a la baja

Los precios al consumidor disminuyeron en agosto en todo EE.UU., en comparación al año pasado y, aunque la inflación sigue alta, se proyecta a la baja.

Joe Biden visita una fábrica de maquinaria pesada en Ohio. Foto: Twitter / POTUS
Joe Biden visita una fábrica de maquinaria pesada en Ohio. Foto: Twitter / POTUS

La inflación en los Estados Unidos tiende a la baja después de constatarse que los precios al consumidor se contrajeron en agosto, de acuerdo a datos del gobierno de Joe Biden.

La tasa de inflación aumentó hasta estacionarse en una anualizada del 8,3% en agosto, informó la Oficina de Estadísticas Laborales. La cifra fue inferior a la marca del 8,5% registrada en julio y la tasa de inflación del 9,1% en junio, que fue el mayor aumento en 40 años.

Algunos rubros han bajado, como los combustibles, cuyos precios se redujeron en un 10,6% en las últimas semanas, respecto al máximo reportado entre junio y julio; pero los costos de alimentos y alquileres siguen altos en algunos estados más que en otros. Como resultado de todos los números promediados, el índice de precios al consumidor subió un 0,8% en agosto pero, aislando rubros, atención médica, vivienda, automóviles nuevos y muebles para el hogar más bien subieron.

Posición ventajosa

Varios son los factores por los cuales Estados Unidos puede lograr estabilizar la inflación, siendo uno de los principales su capacidad de producción y exportación de energía.

Por ejemplo, Estados Unidos se ve menos afectado por el aumento de los precios de la energía, un factor central de la inflación actual, porque es un exportador neto de energía. En 2021, las exportaciones de energía de EE. UU. alcanzaron los 25,2 cuatrillones de unidades térmicas británicas (Btu), superando las importaciones de energía en alrededor de 3,8 cuatrillones de Btu. Y en la primera mitad de 2022, exportó más gas natural licuado que cualquier otro país.

Europa, otra región que está viendo tasas de inflación sin precedentes, tiene otra realidad: a modo de comparación, en 2020 importó 58% de la energía que necesita. De hecho, los 27 miembros de la Unión Europea han sido importadores netos de energía desde 2013.

Los economistas están discutiendo otro factor controvertido: la inmigración. Según el Instituto de Política Migratoria con sede en Washington, DC, el 13,7 % de la población estadounidense (o 44,9 millones de personas) nació en el extranjero, en una medición de 2019. Durante gran parte del siglo XX, este porcentaje no llegó a superar el 10%. Desde 2005, más de un millón de personas por año, en promedio, han obtenido el estatus de residente permanente de los Estados Unidos.

Economistas y académicos no se ponen de acuerdo en si un incremento en la inmigración presiona los salarios y el poder adquisitivo hacia abajo, pero un estudio realizado en 2017 y publicado en el Cato Journal, del Cato Institute, concluyó que un aumento del 10% en el número de inmigrantes se correlaciona con una disminución del 2% en el salario promedio.

Lo anterior se contradice con otros estudios realizados en 1990 y 2006, publicados en el Journal of Economic Literature, determinaron que no hay relación entre un aumento de la inmigración y la pérdida salarial.

 

 

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