La ciudadanía ucraniana no está dispuesta a ceder territorio ni soberanía, según nueva encuesta

La contraofensiva del ejército ucraniano en el noreste de Ucrania pareció tomar por sorpresa a la comunidad internacional, especialmente a los estrategas rusos que habían estado trasladando tropas al sur para enfrentarse a una ofensiva en la región de Jersón.

Ataque aéreo al hospital de Mariúpol, el 9 de marzo de 2022, que Ucrania achaca a Rusia. Foto: Wikimedia Commons.
Ataque aéreo al hospital de Mariúpol, el 9 de marzo de 2022, que Ucrania achaca a Rusia. Foto: Wikimedia Commons.

En esta semana, el ejército ucraniano ha recuperado alrededor de 1,8 millones de kilómetros cuadrados de manos de Rusia, según dijo en las últimas horas el presidente Volodímir Zelensky, incluyendo las bases de suministros rusas Kupiansk e Izium, claves para Moscú.

El éxito militar de Ucrania debe haber sorprendido igualmente a los políticos y expertos de todo el mundo que, en los últimos seis meses, instaron a Ucrania a ofrecer concesiones para asegurar un acuerdo de paz con Rusia.

Ucrania se apega a lo que entiende es su “causa justa”: la legítima defensa, ya que, desde su posición -y desde el ordenamiento internacional- Rusia ingresó a territorio ucraniano, lo que configuraría una invasión. Por su parte, Moscú se mantiene inamovible argumentando que solamente acudieron para “ayudar” a los movimientos independentistas en la República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk, dos estados autoproclamados en la región de Dombás en el este de Ucrania no reconocidos por el país ni por la comunidad internacional.

Para el gobierno de Zelensky, algunos resultados son inaceptables, y el ceder un solo centímetro de territorio o soberanía es uno de ellos. Se han denunciado crímenes de guerra en el territorio ocupado por Rusia, que bien podrían motivar a los ucranianos a querer luchar hasta el final para resistir el control ruso.

No es negociable

Para averiguar si la ciudadanía ucraniana está de acuerdo con Zelensky, a finales de julio de este año se realizó una encuesta a 1.160 ucranianos en todas las regiones que Rusia no disputa.

Se preguntó a las personas qué concesiones estarían dispuestas a aceptar y se les ofrecieron varios escenarios. Algunos de estos incluían concesiones territoriales por adelantado, mientras que otros no. Además, los escenarios presentaban estrategias con diferentes costos y beneficios proyectados después de tres meses más de lucha. Varían con respecto a las muertes militares y civiles proyectadas, el riesgo de un ataque nuclear y los posibles resultados políticos.

La mayoría de las personas se inclinaron por las estrategias que preservarían la autonomía política y territorial de Ucrania o aquellas que apostarían a la restauración total de su territorio, incluidas Crimea y la región del Donbás. Rechazaron aquellas proyecciones en las que hacer concesiones reduciría muertes de civiles y militares.

El 79% se opuso a todas las opciones que llevarían a un gobierno controlado por Rusia en Kyiv, y el resto escogieron opciones que aceptarían control ruso pero con total restitución del territorio a nombre de Ucrania.

La encuesta fue coordinada por Janina Dill, profesora de Política Exterior de EE.UU. del Departamento de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad de Oxford; Carl Müller-Crepon, profesor asistente del Departamento de Gobierno, de la Escuela de Economía y Ciencias Políticas de Londres; y Marnie Howlett
profesora departamental de Política del Departamento de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad de Oxford. Trabajaron en estrecha colaboración con la Fundación de Iniciativas Democráticas Ilko Kucheriv y el Instituto Internacional de Sociología de Kiev para recopilar datos confiables y garantizar la seguridad de los entrevistadores y encuestados.

“Realizamos este estudio porque las voces de los ucranianos comunes han estado ausentes del intenso debate internacional sobre si Ucrania debería defenderse y cómo”, dijeron las autoras y autor del estudio.

“Es difícil realizar encuestas en una zona de guerra, pero tenemos al menos tres razones urgentes para preocuparnos por lo que piensan los ucranianos. En primer lugar, los costes de la autodefensa, pero también los costes de las posibles concesiones, corren principalmente a cargo de los ucranianos de a pie. Merecen opinar en cuál de los muchos caminos difíciles que toma su país”, agregaron.

“En segundo lugar, no podemos juzgar adecuadamente lo que está en juego en la guerra defensiva de Ucrania sin entender cuán fuertemente se oponen los ucranianos al control ruso y cuánto valoran la integridad territorial. Un cálculo de costo-beneficio desde lejos no es sólido. En tercer lugar, es peligroso para la comunidad internacional presionar a Zelensky y su gobierno para que sigan una estrategia que contradice lo que quieren los ucranianos. Intentar ir en contra de los deseos de la gente podría desestabilizar al gobierno y, en última instancia, no tendría éxito”, concluyeron.

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