armas libres

Noruega y Finlandia tienen niveles similares de posesión de armas que EE.UU. pero sus indicadores son menos sombríos

Estados Unidos tiene cientos y cientos de tiroteos perpetrados por portadores de armas legales. La violencia armada es ahora la principal causa de muerte de niños en la superpotencia norteamericana.

Salvador Ramos fue el asesino en el tiroteo de Uvalde, Texas.
Salvador Ramos fue el asesino en el tiroteo de Uvalde, Texas.

A raíz del tiroteo masivo más reciente en una escuela primaria en Uvalde, Texas, donde 19 alumnos y dos maestros fueron asesinados por un joven de 18 años armado con un rifle de asalto, es pertinente mirar a los Estados Unidos desde un prisma que lo ponga en el contexto global.

Como ha señalado la organización independiente estadounidense sin fines de lucro Children’s Defense Fund (Fondo para la Defensa de la Niñez), la violencia armada es ahora la principal causa de muerte de niños en Estados Unidos. Se reportan actualmente 9 disparos fatales contra niños por día, o sea una muerte cada 2 horas y 36 minutos.

Una minoría de estos asesinatos involucran tiroteos en escuelas o masacres, la mayoría son asesinatos de niños individuales y están vinculados a la delincuencia rutinaria y la violencia de pandillas, y salta a la vista también que los que más mueren son niños afrodescendientes, latinos y de ciertas minorías, por encima de los blancos y los sectores económicos más pudientes.

Estados Unidos es un caso atípico de país desarrollado, siendo que allí el número de niñas y niños asesinados por arma de fuego es 36,5 veces mayor que en otras naciones de altos ingresos como Austria, Australia, Suecia, Inglaterra y Gales, según un análisis publicado recientemente por el New England Journal of Medicine.

Otra investigación internacional no relacionada ha concluido que mayores niveles de propiedad de armas están estrechamente asociados con mayores tasas de violencia armada.

De vuelta en la superpotencia norteamericana, un análisis hecho por la organización de investigación y políticas de tendencia demócrata Center for American Progress, hecha en los 50 estados, encontró una estrecha correlación entre estados con legislaciones de armas más estrictas y tasas más bajas de delitos con armas de fuego.

Al contario de lo visto en EE.UU., las sociedades europeas que se acercan a las tasas estadounidenses de propiedad de armas, en términos de propietarios de armas por cada 100 personas (pero con rifles de caza y escopetas en lugar de pistolas), como Finlandia y Noruega, se encuentran entre las sociedades más seguras a nivel internacional con respecto a la violencia armada.

Foto publicada por la NRA en su fanpage de Facebook
Foto publicada por la NRA en su fanpage de Facebook

¿Qué hace Estados Unidos al respecto?

Los estadounidenses, especialmente los conservadores, la derecha y los votantes del Partido Republicano, son amantes de las armas y defienden a ultranza su “derecho” a poseer estos artefactos mortales garantizado en la Segunda Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos.

Cada vez que hay un tiroteo masivo -la mayoría de ellos realizados por ciudadanos blancos, algunos con motivaciones raciales y muchos usando rifles semiautomáticos como el infame AR-15- vuelve la discusión, las marchas, las manifestaciones, las demandas de un sector de la ciudadanía por nuevas restricciones pero nada se traduce en cambios en la legislación y la cultura.

El lobby de las armas, liderado por organizaciones como la Asociación Nacional del Rifle (que realizó su convención nacional en Texas pocos días después del tiroteo en Uvalde) están enquistados en todos los niveles del poder y no parecen querer ceder terreno.

Las pocas acciones que se llevan a cabo están lideradas por la población civil: por ejemplo, existe una red de vigilancia llamada schoolshooters.info, en la cual alumnos, padres y educadores vigilan los entornos de sus centros educativos en busca de signos de violencia que puedan derivar en potenciales tiroteos.

De manera más ambiciosa, el Proyecto Violencia ha buscado compilar perfiles de evidencia, aprendiendo de lo que ya sabemos sobre los asesinos y tratando de predecir dónde su comportamiento, compromisos en las redes sociales y declaraciones podrían hacer sonar las alarmas.

 

Te recomendamos

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje