Gobierno chino planea eliminar el mongol de escuelas de Mongolia Interior e imponer el mandarín

Miles de personas de la etnia mongola protestaron en todo el norte de China contra la imposición por parte del gobierno de Xi Jinping que pretende reemplazar el idioma mongol e imponer el mandarín en diversas materias de las escuelas primarias.

Este martes marcó el primer día de una política anunciada en junio, que tiene como fin hacer una transición gradual del idioma mongol en las escuelas de Mongolia Interior al chino mandarín. El cambio afectaría, por ahora, tres materias durante los próximos tres años, pero la Oficina de Educación de la región autónoma se mostró opuesta a la idea y mantendrán las clases en mongol y coreano.

La explicación por parte del gobierno chino para insertar el mandarín es que los libros de texto educativos vendrían directamente del Ministerio de Educación y serían de «alto nivel», al considerar que el material disponible en mongol es de mala calidad.

Según medios internacionales, que citaron a analistas y especialistas en China, el presidente Xi también impulsa la idea como una forma de conformar una identidad común más enfocada hacia la cultura china y no tanto hacia la mongola.

Un idioma de segunda categoría

Masivas manifestaciones estallaron en Mongolia Interior, una región autónoma administrada por China y que rodea toda la frontera sur y este de la República de Mongolia, ya que los grupos étnicos que la conforman temen que la lengua que han hablado por milenios sea relegado a un «idioma extranjero».

Este movimiento, advierten los protestantes, es parte de una estrategia mayor de Pekín de asimilar y de subyugar a las étnicas de la cultura china Han.

Los padres de estudiantes amenazaron con no enviarlos a la escuela si la idea seguía adelante y cientos de residentes de los alrededores de varias escuelas se reunieron frente a los recintos con pancartas y y consignas. «Es el derecho inalienable de los mongoles aprender el idioma mongol», decía un cartel, según Radio Free Asia.

Enghebatu Togochog, director del Centro de Información de Derechos Humanos del Sur de Mongolia con sede en Estados Unidos, dijo al diario británico The Guardian que la región había sido blanco de políticas que equivalían a genocidio cultural durante décadas y que la gente no tenía fe en que los cambios de idioma fueran para su beneficio.

«La principal preocupación del pueblo mongol es que este cambio de idioma es básicamente para acabar con la educación del idioma mongol en el sur de Mongolia de una vez por todas», añadió.

«En los últimos 70 años, el pueblo de Mongolia ha pasado por muchas cosas, incluido el genocidio, la opresión política, la explotación económica, la asimilación cultural y la destrucción del medio ambiente. Entonces, después de 70 años de política de mano dura de China, el idioma mongol es el último símbolo que queda de Mongolia», continuó Togochog.

Otros avasallamientos culturales

Los cambios en Mongolia dan continuidad a una seguidilla de intentos de la administración ultranacionalista de Xi Jinping que, desde 2017, ha avanzado con fuerza contra minorías étnicas.

Las lenguas tibetanas y uigures (minorías musulmanas) en la educación han estado sometidas a crecientes restricciones desde principios de siglo, y los esfuerzos por asimilar los grupos étnicos minoritarios han derivado en violentos genocidios étnicos, atrayendo a condena internacional a un Xi que hace oídos sordos.

Togochog relató a Radio Free Asia que recibieron denuncias de violentos accionares de las fuerzas del orden que terminaron golpeando a padres de familia y que habían incluso obligado a las escuelas a encerrar a los alumnos en las aulas en una centro educativo de la ciudad de Tongliao. Incluso un niño falleció después de intentar saltar por una ventana para escapar hacia su madre.