Banco asiático liderado por China aporta 500 millones de dólares

El Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII), la primera institución multilateral encabezada por China, comprometió 500 millones de dólares en cuatro préstamos concesionales a Bangladesh, Indonesia, Pakistán y Tayikistán, con lo que comienza a afianzar su peso en el desarrollo de algunos de los países más poblados del mundo.  

AIIBTodos los proyectos que financiará el BAII, creado en 2015 y con sede en Beijing, serán “ajustados, verdes y limpios”, según su presidente Jin Liqun.

“El banco tiene la marca de nacimiento de China, pero su crecimiento es internacional”, explicó, pues la institución de 57 miembros incluye a Gran Bretaña, Francia y Alemania.

El director ejecutivo del Centro Sur, con sede en Ginebra, Martin Khor, dijo a IPS: “El BAII es una iniciativa muy importante a la que le llegó su momento”.

Durante décadas, recordó, el ámbito de los bancos de desarrollo internacional estuvo en manos de los países más industrializados con un sistema de gobernanza muy criticado por las naciones en desarrollo, que tenían derechos de votación minoritarios.

“El BAII es una institución con una estructura de gobernanza diferente, en la que las naciones en desarrollo son mayoría, pero también con la participación de muchos países ricos, que decidieron unirse”, añadió. Además, indicó Khor, ese banco viene a llenar un vacío porque financiará la infraestructura que necesitan las naciones en desarrollo.

La primera reunión de la junta directiva, en junio, y también la primera aprobación de proyectos, muestra que finalmente el banco comienza a operar, y sin dificultades.

“La gerencia también anunció que se adoptarán los estándares globales en materia ambiental, así como las salvaguardas sociales. Espero que cumplan con esa promesa”, precisó.

Toda la operativa del nuevo banco, precisó, significará un enorme desafío para las naciones en desarrollo, y en especial para China, que lo concibió y realizó la mayor inversión de capital, para demostrar que pueden tener éxito en la conducción de un banco de desarrollo.

“Confío en que el banco será exitoso”, se aventuró Khor.

En junio, la junta de directores aprobó la primera inversión de cuatro préstamos para proyectos de expansión y distribución de energía en Bangladesh, mejora de caminos en Tayikistán, construcción de una autopista en Pakistán y mejora de asentamientos irregulares en Indonesia.

El proyecto de Bangladesh fue la primera operación autónoma del BAII, y los otros tres son iniciativas conjuntas con el Banco de Desarrollo Asiático, el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo y el Banco Mundial, respectivamente.

Tanto Estados Unidos como Japón por ahora no han querido unirse al banco.

Al ser consultado sobre el papel de Estados Unidos, un portavoz del Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos, John Kirby, declaró a la prensa en 2015: “Notamos que China expresó su interés en encabezar ese esfuerzo”.

Obviamente, otros países deciden el grado en que se van a involucrar.

“Lo que creo que es importante para nosotros, y lo conversamos con los chinos cuando estuvieron aquí (Estados Unidos), es que aplaudimos el crecimiento de una China próspera y en paz, y de una China que contribuya a la estabilidad y a la seguridad, lo que incluye la dimensión económica en la región”, precisó.

“Pero la participación de otros países se trata, obviamente, de decisiones soberanas que ellos tienen que tomar. Y veremos hacia donde va”, añadió Kirby.

El exrepresentante permanente de Sri Lanka en la Organización de las Naciones Unidas, Palitha Kohona, dijo a IPS que el BaII fue la respuesta de China a ciertos desafíos prácticos inmediatos que emergían en Asia Pacífico.

A pesar de alcanzar la posición de la segunda economía del mundo, la influencia de China en las instituciones de Bretton Woods (el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, FMI) fue limitada, pues el poder de votación y los cargos más altos estaban en manos de Estados Unidos y de sus aliados, recordó Kohona, con amplia experiencia en negociaciones exitosas con los chinos.

Naturalmente, China quiso asegurarse un papel más significativo en las finanzas y en el desarrollo global, acorde a su nuevo estatus, apuntó Kohona.

Además, el gigante asiático acumuló vastas reservas financieras, que ahora busca desplegar de forma segura y ventajosa para las partes, arguyó.

“El BAII también iba a desempeñar un papel en el intento de China por proyectar un poder blando. Y lo más importante, muchas naciones en desarrollo de Asia Pacífico siempre habían querido crear una institución de crédito que no otorgará préstamos engorrosos con condiciones inaceptables. El BAII fue la respuesta a sus necesidades”, explicó Kohona.

“Y si bien Estados Unidos y algunos de sus aliados mencionaron la posibilidad de que se diluyeran los estándares de crédito y que las consideraciones políticas fueran a incidir en las decisiones, hay que recordar que Occidente recurrió a las instituciones de Bretton Woods para impulsar sus objetivos políticos”, subrayó.

Las condiciones que acompañaban a los préstamos del FMI invariablemente terminaban causando disturbios en las calles y dejando muertos.

Un caso emblemático revelado por Wikileaks fue cuando en 2009, Hillary Rodham Clinton, entonces secretaria de Estado, intentó impedir que el FMI extendiera un crédito contingente a Sri Lanka, que estaba a punto de derrotar a los insurgentes Tigres tamiles, tras 27 años de guerra civil y considerados una organización terrorista por el propio Estados Unidos, recordó Kohona.

Washington “ejerció una fuerte presión para impedir que sus aliados se unieran al BAII. Pero frente a la perspectiva de que muchas de sus propias compañías participaran en proyectos de desarrollo de infraestructura, muchos países occidentales con economías en dificultades, rompieron filas y se unieron al banco, entre ellas Australia, Nueva Zelanda, Alemania, Gran Bretaña y Francia”, detalló.

“China claramente se posicionó como un actor clave del desarrollo y de las finanzas globales por medio del BAII”, añadió Kohona.

El presidente del banco, Jin Liqun, y el viceministro de Finanzas chino, Chi Yaobin, suscribieron en junio un Acuerdo de Contribución por medio del cual ese país aportará 50 millones de dólares al flamante Fondo de Preparación para Proyectos Especiales del banco.

El Fondo procura asistir a los miembros del banco en la preparación de “sólidas propuestas de proyectos”. La contribución de China, la primera del Fondo, le permitirá comenzar a operar en este otoño boreal.

Según el BAII, el Fondo otorgará préstamos a sus miembros de bajos y medianos ingresos para preparar actividades previas a proyectos como análisis y evaluaciones ambientales, sociales, legales, de compras y técnicas, así como servicios de consultoría. El banco buscará más aportes para garantizar la sostenibilidad del Fondo.

Asia atraviesa una gran carencia de fondos para infraestructura, indicó Jin, pero faltan proyectos financiables acordes con las limitadas capacidades.

“Nuestros miembros subrayaron esas dificultades durante el proceso de creación del banco”, observó Jin.

“Estoy encantado de que nuestro directorio respondiera rápido a las necesidades de nuestros miembros creando el Fondo. Estamos muy agradecidos del aporte oportuno y generoso de China, que nos permitirá ponerlo en marcha para que esté operativo en otoño”, añadió.

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