Presidente argentino Mauricio Macri devuelve el poder político a las Fuerzas Armadas

Mauricio Macri resolvió este jueves la derogación del decreto de Alfonsín (1983/89), que establecía que el presidente de la Nación era el único comandante en jefe de las Fuerzas Armadas (FF.AA.) y que cualquier decisión del Ejército sobre designaciones, retiros, destinos y bajas debía pasar por la órbita del presidente y del Ministerio de Defensa.

El objetivo de Alfonsín al momento de firmar el decreto era el de limitar el dominio de los militares. Para el expresidente, era importante evitar que las Fuerzas Armadas tuvieran el poder suficiente para realizar operaciones contra gobiernos democráticos, como ya lo habían hecho en el pasado.

Devolver autonomía

En el marco de los festejos de los 206 años del Ejército argentino el pasado 30 de mayo, el presidente Macri criticó que las FF.AA. hayan sido “desatendidas” por el gobierno anterior y dio algunas definiciones sobre cómo estará orientada su política con lo militar.

A su vez, el presidente argentino llamó a “dejar atrás enfrentamientos y divisiones” entre los ciudadanos. Al derogar el decreto de Alfonsín, Macri quiso devolver la “autonomía” a las Fuerzas Armadas.

Intenciones ocultas

Diversos organismos humanitarios rechazaron la iniciativa de Macri, pues consideran que esconde la intención de  poner fin a los juicios por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura. Si las FF.AA. tienen más autonomía, habrá menos controles para ascender a genocidas, explican.

“Esto es volver a crear un monstruo, que se había olvidado que podía ser un monstruo. Es el renunciamiento de la política a la conducción del Estado. Si desde el Ministerio de Defensa no podemos decidir quiénes están en la fuerza, el Ministerio de Defensa pasa a tener un rol decorativo”, dijo a Hispan TV Lorenzo Donohoe, integrante del Ministerio de Defensa argentino en el gobierno de Cristina Fernández.

Por su parte, el diputado del Parlasur y ex ministro de Defensa, Agustín Rossi, dijo a Página 12 que “es el retroceso más importante en la conducción civil de las Fuerzas Armadas modificando un decreto fundacional de Alfonsín del 84” y elaboró un informe sobrealgunas de las consecuencias prácticas de la derogación del decreto. Algunas objeciones, publicadas por el mismo medio argentino, son las siguientes.

• Le quita al ministro la facultad de disponer los cambios de destino, otorgando esta facultad a los Jefes. Hasta ahora los Jefes sólo podían disponer los cambios de destino del personal subalterno y del superior hasta el grado de teniente coronel o equivalente en la Armada y la Fuerza Aérea.
• Respecto a las designaciones del personal militar, limita la facultad del Ministro a la “conducción superior” de la Fuerzas (que el decreto no define).El decreto anterior 436/84 establecía que el ministro podía realizar designaciones a partir del grado de coronel o equivalente (más amplio que conducción superior, ya que un coronel puedo no ser designado en la conducción superior). Hasta ahora los Jefes sólo podían disponer los nombramientos del personal subalterno y del superior hasta el grado de teniente coronel o equivalente.
• En materia de educación se transfirieron facultades del Ministro a los Jefes como designar al personal militar retirado en funciones docentes.