Papa beatifica al cura que dedicó su vida a luchar contra la mafia siciliana

Puglisi, no tiene necesidad de haber cometido milagro alguno para ser beatificado, ya que se le considera un mártir, asesinado “en odio de la fe”, como establece el derecho canónico.

“Me lo esperaba”, fueron las últimas palabras  de “don Pino” como todos le llamaban, cuando cayó baleado por los sicarios en la puerta de su casa a la puesta del sol, del día de su cumpleaños 56º,  el 5 de octubre de 1999.

“El cura que no le tiene miedo a la mafia”

Don Pino, era párroco de la parroquia  de Brancaccio, uno de los barrios palermitanos más vinculados a la Cosa Nostra, desde donde su fama como “el cura que no le tiene miedo a la mafia”, se había extendido a toda Sicilia.

Desde su púlpito realizó una dura campaña contra el tráfico de drogas, instando a sus feligreses a ser libres y honestos, y atacando las actividades ilegales que proliferan en la región.

Pidió a los fieles que tuvieran preocupación constante por los pobres y enfatizaba la importancia de honestidad en la pobreza, antes que riqueza en la corrupción. Su mensaje moral hizo que la mafia resolviera “suprimirlo”.

Sin embargo la muerte del cura, tuvo un efecto contrario al que buscaban los mafiosos: los vecinos se amotinaron y denunciaron ante Roma, y por encima de la cuestionada justicia siciliana, a los responsables que finalmente fueron condenados.

Los “capos” de la familia Graviano que instigó el crimen, y la “patota” que lo asesinó fueron condenados a cadena perpetua.

El alcalde de Palermo, socialista católico, dijo que la beatificación es una “bellísima noticia que hace feliz a la ciudad y a toda Italia”.