derecho a decidir sobre sus cuerpos

¿Se encamina Brasil a despenalizar el aborto? Comenzó la votación en la Corte Suprema

El debate en la Corte Suprema es un paso crucial en la dirección de otorgar a las mujeres en Brasil el derecho a tomar decisiones sobre sus propios cuerpos y su salud reproductiva. El resultado final de esta votación podría tener un impacto duradero en la vida de muchas mujeres en el país.

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La Corte Suprema de Brasil ha dado un paso importante al abrir el debate sobre la despenalización del aborto en el país. Sin embargo, la sesión se vio interrumpida cuando uno de los ministros solicitó que la votación se realizara en persona en lugar de a través de videoconferencia. Aún no se ha establecido una nueva fecha para la continuación de este trascendental proceso.

Hasta el momento, la legislación brasileña permite el aborto únicamente en tres situaciones específicas: en casos de violación, cuando la vida de la mujer corre peligro, y en presencia de anencefalia, una condición que se da cuando el feto presenta un subdesarrollo grave del cerebro.

Si la Corte Suprema llega a aprobar la despenalización, se permitiría el aborto hasta las 12 semanas de gestación, lo que marcaría un hito en la historia del país en cuanto a derechos reproductivos se refiere.

Lo que ya se sabe es que la ministra de la Suprema Corte, Rosa Weber, votó sí por la despenalización del aborto, y resta esperar qué decidirá cada magistrada y magistrado del total de la Cámara.

El impacto de la decisión personal: derecho sobre el cuerpo propio

La historia de Paloma, una joven de 26 años, arroja luz sobre las consecuencias reales de la legislación actual. Paloma se enteró de su embarazo cuando acudió al médico para colocarse un implante anticonceptivo. Con tres hijos ya a su cargo, el embarazo no estaba planeado, pero ella aceptó la idea de expandir su familia.

Incluso llegó a realizar una ecografía privada a las 15 semanas de gestación con la intención de conocer el sexo del bebé y comenzar a prepararse para su llegada. Sin embargo, esa consulta médica cambió su vida por completo. Se descubrió que el feto tenía una anomalía en el tallo corporal, una condición rara en la que los órganos se encuentran fuera de la pared abdominal, lo que implicaba que el bebé no sobreviviría mucho tiempo después del nacimiento.

Cuando Paloma preguntó a su médico sobre la situación, recibió respuestas evasivas y poco claras. Nadie parecía dispuesto a brindarle la información que necesitaba. Desesperada, acudió a otra clínica privada para confirmar el diagnóstico.

La ley de aborto en Brasil, que data de 1940, no incluye la anomalía del tallo corporal como uno de los casos en los que se permite el aborto. Sin embargo, el médico privado le explicó a Paloma que si conseguía el respaldo de dos profesionales médicos que recomendaran la interrupción del embarazo, un juez podría otorgar su aprobación.

Convencida de su decisión, Paloma buscó el apoyo necesario: abogados, psicólogos, especialistas médicos e incluso el permiso de su esposo para llevar a cabo la interrupción del embarazo. Sin embargo, el camino fue largo y lleno de obstáculos. Un médico se negó a respaldar su elección, incluso después de escuchar los latidos del corazón del feto, y le advirtió que se arrepentiría.

Finalmente, después de semanas de lucha, Paloma pudo reunir el apoyo necesario para tomar control de su propio cuerpo y tomar la decisión que consideraba correcta. Su experiencia ejemplifica los desafíos a los que muchas mujeres se enfrentan bajo la actual legislación brasileña.

El futuro del aborto en Brasil

Brasil se suma así a otros países de América Latina, como Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Perú y Uruguay, que han avanzado en la modificación de sus leyes para garantizar un acceso más amplio al aborto. Esto representa un cambio significativo en una región que tradicionalmente ha sido conocida por su postura conservadora en este tema.

“Desafortunadamente, en Brasil, no es sólo una cuestión de aborto o de planificación familiar, o de la píldora del día después. Es la imposición de fundamentalistas religiosos que han dañado enormemente la salud pública y han puesto vidas en riesgo”, afirma el doctor Cristião Fernando, citado por BBC.

“La solución es simple: aquellos que no quieren aceptar el aborto simplemente no utilizan ese derecho otorgado por la constitución”, concluyó. 

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