calentamiento global

El hemisferio norte se cocina en medio de las olas de calor: La ONU advierte que serán cada año peores

Hace años que se llegó al llamado “estándar de oro”, que en cualquier disciplina científica se entiende como el punto en que un resultado es indudablemente provocado por una causa en específico. A este punto, con más del 98% de los científicos del planeta respaldando esto, y con prácticamente todos los estudios climáticos culpando a la acción humana por ello, no cabe duda de que nosotros hemos provocado los desastres climáticos que estamos viendo.

Las temperaturas en Roma, Italia, superan los 40°C en estos días.
Las temperaturas en Roma, Italia, superan los 40°C en estos días.

El cambio climático, una amenaza de proporciones alarmantes, continúa generando preocupación y debate en todo el mundo. Los científicos han dedicado décadas a estudiar este fenómeno, y la abrumadora evidencia respalda la afirmación de que el cambio climático es en gran medida causado por la actividad humana.

“Este tipo de situaciones continuará creciendo en intensidad, y el mundo necesita prepararse para olas de calor más intensas”, señaló a la prensa Ginebra a inicios de semana un experto en calor extremo de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), John Nairn.

“El fenómeno El Niño, recientemente declarado, no hará más que amplificar la incidencia y la intensidad de las olas de calor extremo”, agregó.

“Uno de los fenómenos notables que hemos observado es que el número de olas de calor simultáneas en el hemisferio norte se ha multiplicado por seis de los años 1980. Esta tendencia no muestra ninguna señal de disminuir”, indicó el experto de la OMM.

El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), un organismo científico reconocido internacionalmente, ha emitido varios informes exhaustivos que recopilan los estudios más relevantes sobre el tema. Estos informes, elaborados por cientos de expertos y revisados por pares, brindan una visión clara y rigurosa del estado actual de la ciencia del clima.

Numerosos estudios respaldan esta conclusión. Por ejemplo, uno de los pilares fundamentales de la evidencia es el análisis de los gases de efecto invernadero presentes en la atmósfera. Las mediciones demuestran que los niveles de dióxido de carbono (CO2) y metano (CH4) han aumentado significativamente desde la Revolución Industrial, coincidiendo con el aumento de la actividad industrial y la quema de combustibles fósiles.

Además, los científicos han realizado modelos climáticos complejos para simular cómo se comporta el clima en diferentes escenarios. Estos modelos tienen en cuenta las influencias naturales y las emisiones de gases de efecto invernadero antropogénicos. Los resultados de estos modelos coinciden con las observaciones históricas, lo que refuerza aún más la conexión entre las actividades humanas y el cambio climático.

Los registros paleoclimáticos también son vitales para comprender el cambio climático a largo plazo. El análisis de núcleos de hielo, sedimentos marinos y otros indicadores climáticos revela patrones consistentes con los cambios inducidos por los humanos en la época moderna. Los períodos previos de cambio climático, como las eras glaciales, tuvieron causas naturales bien documentadas, pero los cambios actuales están ocurriendo a una velocidad sin precedentes y se correlacionan con la actividad humana.

La terquedad humana y su incapacidad para cambiar en pro del medio ambiente

La comunidad científica está prácticamente unánime en su consenso sobre la influencia humana en el cambio climático. Organizaciones y academias científicas de todo el mundo respaldan esta posición, incluyendo la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos, la Real Sociedad de Londres y la Academia Brasileña de Ciencias, entre muchas otras.

Hace años que se llegó al llamado “estándar de oro”, que en cualquier disciplina científica se entiende como el punto en que un resultado es indudablemente provocado por una causa en específico. A este punto, con más del 98% de los científicos del planeta respaldando esto, y con prácticamente todos los estudios climáticos culpando a la acción humana por ello, no cabe duda de que nosotros hemos provocado los desastres climáticos que estamos viendo.

A pesar de esta abrumadora evidencia, persisten voces escépticas y negacionistas que intentan socavar la ciencia y sembrar dudas sobre el cambio climático causado por los humanos. Sin embargo, es fundamental reconocer la solidez de la evidencia científica y tomar acciones urgentes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mitigar los impactos del cambio climático antes de que sea demasiado tarde.

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