Los cultivos de coca en Bolivia están matando a las abejas
La población de abeja de Bolivia está sufriendo por la aplicación de poderosos pesticidas que diezman sus poblaciones.
De acuerdo a la última encuesta de a Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, Bolivia tiene una superficie de 24.500 hectáreas sembradas de planta de coca, mostrando un aumento del 7% en un año.
La venta de hoja de coca para mascar o para preparar infusiones calientes es legal en Bolivia y se ofrecen abiertamente en locales de todo tipo. Además la planta forma parte de ceremonias tradicionales y religiosas que vienen desde siglos atrás.
«Usamos pesticidas porque las plagas comen a través de las hojas de coca y esto afecta nuestros ingresos», cuenta Exalto Mamami, que vive del cultivo de la planta. En la localidad de Nor Yungas, al norte de la capital La Paz, los pesticidas que usan están causando estragos en las poblaciones de abejas, tanto las silvestres como las domesticadas. «De las 20 colmenas que tengo, 10 están produciendo con normalidad y 10 no», cuenta a AFP René Villca, una apicultora local.
Si se recorre los exuberantes y frondosos bosques de la región, cada tanto aparecerá un escampado sembrado de hoja de coca. «El área de cultivo de coca se ha expandido y el bosque nativo se ha reducido a niveles alarmantes», dice Miguel Limachi, entomólogo de la Universidad de San Andrés en La Paz. El experto explica que la expansión indiscriminada del cultivo de coca ha destruido otras plantas que brindan defensa natural contra plagas que atacan a las hojas de coca, particularmente de la llamada polilla Tussock.
Apocalipsis de abejas a nivel mundial
En los últimos años se ha documentado cómo las colmenas de abejas se están esfumando en todo el mundo, un fenómeno denominado «trastorno de colapso de colonias», lo cual está potenciado principalmente por la expansión del uso de pesticidas, aunque también impactan en su salud los ácaros, virus y hongos.
Los organofosfatos nocivos de los pesticidas provocan que las abejas, «un insecto social y extremadamente organizado», según Limachi, se desorganicen y sean menos capaces de alimentar y cuidar las larvas.
Los agricultores aducen que no tienen ninguna otra opción para cuidar sus cultivos y que por eso recurren al uso de pesticidas baratos e inseguros. «Muchos de los cultivadores de coca son conscientes de que estamos afectando el medio ambiente con estos productos químicos, pero no tenemos otra alternativa porque la coca nos apoya y nos da la economía para mantener a nuestra familia», se lamenta Mamami.
Las abejas, junto con los murciélagos, las mariposas y miles de otros insectos y animales, transportan polen que fertilizan las plantas en todo el mundo. Con el colapso global de sus poblaciones vendrán grandes hambrunas por escasez de alimentos porque los sembradíos se verán grandemente afectados por la falta de fertilización.
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