EN MALVÍN

Inauguran el Espacio Horacio “Corto” Buscaglia en Malvín

Este sábado 10 a la hora 15.00 en la calle Míchigan 1433 y Aconcagua (Malvín), será inaugurado el Espacio Horacio “Corto” Buscaglia. El evento contará con la participación de artistas referentes que en diversos ámbitos compartieron arte y vida del prestigioso intelectual fallecido en 2006, cuando contaba 62 años de edad.

 Horacio “Corto” Buscaglia.
Horacio “Corto” Buscaglia.

Es así que estarán: Mary Varela, Susana Bosch, Urbano Moraes, “Pepe” Vázquez, Raúl Castro “Tinta Brava”, Diane Denoir, Pelusa Vidal, Popo Romano, Rosario y José Luís, Manu y Mayte y coros de la “vieja barriada sin fin”, junto a todos quienes concurran a la hora señalada para ser partícipes de este emotivo homenaje al que invita la Coordinadora L del Frente Amplio.

Creativo, hombre de música, teatro, periodismo radial y escrito, publicista, militante de la vida. Sus comienzos en el arte datan de épocas muy tempranas como baterista de Blue Moon amenizando fiestas juveniles. Más tarde, transitó rutas del folclore para luego ingresar de lleno a influencias urbanas, en estilos difícilmente clasificables reunidos bajo la denominación Beat. En el fermental 1968, en la revista Los huevos del Plata publicó por primera vez sus Mojos -así llamaba a modo de palabra comodín- a reflexiones de tono poéticas que desde el absurdo mostraban realidades de la cotidianeidad.

Su encuentro con Eduardo Mateo significó un antes y un después en su vida. Su texto “Príncipe Azul” con música de Mateo es una de las canciones más conocidas, bellas y emblemáticas, de la música popular uruguaya.

Mateo, Urbano Moraes, Ruben Rada, Pippo Spera, Mario Chichito Cabral, Diane Denoir, Verónica Indart, el Lobito Lagarde y Walter Cambón, entre otros fueron sus compañeros de aquellos años en donde la música uruguaya tanto de raíz rural como urbana buscaba por diferentes caminos una identidad propia.

1969 lo encontró junto a Mateo creando y dirigiendo una serie de cuatro espectáculos llamados Musicasión en el Teatro El Galpón.  Parte de esto fue recogido en un disco de larga duración titulado “Musicasión 4 y medio” en donde Buscaglia relata algunos de sus mojos, disco que se ha constituido en una valiosa pieza de culto.

Más tarde, en 1975 fundó Canciones para no dormir la siesta junto a otros artistas: Jorge Bonaldi, Susana Bosch, Nancy Guguich, Leticia Moreira, Walter Venencio, Gonzalo Moreira, Gustavo Ripa y Carlos Vicente. En este grupo también alternaron Jaime Roos, Jorge Lazaroff y Cecilia Prato.

Fundador del Teatro de la Candela, El Club de Teatro, El Circular, El Galpón y la Comedia Nacional lo tuvieron como director escénico.

Buscagia como el Profesor Paradójico, de la campaña electoral de 1989.
Buscagia como el Profesor Paradójico, de la campaña electoral de 1989.

Artista, comunicador y militante

Comunicador nato se destacó, asimismo, como hombre de radio creando y conduciendo dos programas memorables, La nave de los locos y La conjura de los necios. Junto a Juceca interpretó a uno de los personajes de Los guapos. También condujo un programa televisivo de humor político llamado Cortocircuíto.

Militante del Frente Amplio desde su fundación, fue el creador del recordado Profesor Paradójico de la campaña electoral de 1989 y fue asesor de prensa del expresidente, Tabaré Vázquez.

También la fiesta de Momo lo tuvo como participante, en 1984 escribiendo para la murga Los Diablos Verdes el famoso cuplé Arturito.

Durante un largo tiempo escribió contratapas en el diario La República bajo el rótulo La columna amarilla, alternando entre la redacción del diario y la radio (ambas ubicadas en el mismo edificio) donde conducía uno de sus programas. Allí sembró y cosechó afectos. Allí, además de sus dotes artísticas mostró y demostró una y otra vez su calidad humana, su inmensa comprensión y solidaridad para con sus semejantes. Horacio había nacido el 23 de marzo de 1943 e ingresó a la inmortalidad en 1º de febrero de 2006.

A continuación, una de sus columnas amarillas, en este caso la publicada el 30 de marzo de 2001 en donde da cuenta de una experiencia surrealista a bordo de un ómnibus y donde menciona a varios de sus compañeros de redacción. La columna se titula: “Desde el asiento de los bobos”

Por Horacio Buscaglia:

Qué caripela, ¿eh?

Voy en el ómnibus muy tranqui, no llueve, el clima es agradable y leo LA REPUBLICA. Es allí donde de pronto me encuentro con la mirada del propio Jesús. Primero pensé que era “El Chancho” Legnani maquillado, pero por el aire beatífico de su rostro no podía ser él, aunque por lo del milagro de transformar el agua en vino, podría ser.

Yuliani no era, me di cuenta en seguida porque este Jesús da la impresión de ser un hombre muy callado. Danilo Albín menos, salvo que lo representara después de lo de la cruz. Porque éste se ve medio regordete, cachetón el tipo, ¿no? Gabriel, imposible, el padre no es Dios, si yo lo conozco. Juma, ni por asomo. Mendieta, podría ser, tiene un aire. Pero sólo eso, un aire. A Leo, a Fabián, al Popi, no los veo predicando en el desierto. Desde Fasano hasta Georgina fui descartando a todos los del diario.

Era él nomás. Jesús, el hijo de Dios, y certificado por la BBC de Londres, nada menos.

Miré a unos gurises que subieron al ómnibus jugando de manos y empujándose y pensé en pararme y gritar: “Atención, todos aquellos que no le hayan visto la cara a Dios, ahora, aunque más no sea, pueden ver la cara de su hijo y abandonar ciertos rituales privados dedicados a Onan”. Pero no lo hice porque el guarda se iba a sentir aludido.

En realidad uno tiene vistos varios Cristos, me recuerdo por ejemplo de Willem Dafoe en “La última tentación de Cristo” de Scorcese, con aquella escena con la Magdalena que armó mucho más revuelo, siendo solamente una película, que las reales violaciones de curas a monjas sucedidas recientemente. Otros Cristos nos ha mostrado el gran Buñuel, en “La Vía Láctea”, por ejemplo, y especialmente en aquella inolvidable imagen imitando a la última cena en “Viridiana”. Dios lo tenga en los infiernos al Maestro, porque no era hombre como para aburrirse entre los ángeles.

Y están aquellos cristos hollywoodenses como el de aquella cinta que, pese a su contenido, ya en el título cometía el pecado de soberbia: “La historia más grande jamás contada”, (el de codicia, ya estaba implícito). Que en realidad debería llamarse “La Historia contada más veces”, porque cada tanto reaparece, no te extrañe que dentro de dos semanas algún canal de televisión la programe. Y aquel otro que había hecho el milagro de cantar muy bien, pero no mejor que Judas que casualmente era negro, aquel de “Jesucristo Superstar” que no me acuerdo el nombre –el de “La Historia…” creo que era el impotable Jeffrey Hunter– pero que siendo muy distintos, uno muy rebelde y hippy y el otro muy controladito, ambos dos bien rubios que eran y lindos a la moda.

Que esa es la imagen que nos vendieron hasta ahora. Y está bien, desde el punto de vista del marketing, digo, está muy bien. Porque imaginate si Lenin se hubiera hecho un entretejido y se hubiera teñido de rubio, ¿qué hubiera pasado? y ¿si Stalin se trenzaba el pelo en la onda rasta? y se ponía una gorra verde, roja y amarilla y se fumaba tremendo porro, seguramente otro gallo cantaría hoy en día.

No te quepa duda.

Pero resulta que la cara de gordito cachetón de Cristo, no le cae bien a muchos. El sacerdote Guido Mariani dijo que es “una figura repelente que no la pudo crear Dios para su hijo”.

¿Y eso qué tiene que ver? Acaso Dios no creó el ornitorrinco, la cucaracha, el bicho canasto, la vinchuca y la suegra de mi amigo El Toto.

Además en aquella época por más milagroso que fueras no existía la cirugía fetal ni los bancos de semen seleccionado, te nacía lo que te nacía, y si además naces justo en Navidad y tu madre queda inmaculada, ¿qué más querés? ¿Que el nene salga igual a Brad Pitt?

Pará un poquito, hermano, porque podrá ser Dios, pero tampoco la pavada, ¿no?.

Jorge Yuliani
Jorge Yuliani
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