Frontal y glamoroso. El periodista de espectáculos Daniel Lucas en la Sobremesa del Domingo

"Antes del periodismo de espectáculos tiraba cables en una central de UTE"

«Soy un veterano periodista de espectáculos que ha incursionado en todos los medios, pero fundamentalmente en televisión. También trabajé en diario y radio. Acá, en el canal 12, estoy en forma ininterrumpida desde hace 23 años. Empecé en abril de 1985 con la apertura de la democracia. Antes estuve en canal 5″, dijo como carta de presentación Daniel Lucas.

 

Primeros pasos

­¿Cómo fueron sus comienzos?

­Primero que nada, estudié Ciencias Económicas, Humanidades, y luego hice Psicología. Pero al mismo tiempo, trabajaba tirando cables en la Central Bella Vista de UTE. Empecé muy de abajo, donde empiezan los que no están acomodados. Como mi viejo era gerente de estudios y obras de UTE, me consiguió ese laburo. Ni vos ni nadie se imaginaba que yo tiraba cables, pero lo hice. Después se dieron cuenta de que no servía y me llevaron a actividades administrativas. Pero no era lo mío: me fui porque no me daban alternativas de cambio de horario, y yo quería trabajar en un informativo de televisión en el tema de espectáculos.

Golpeé la puerta en el 10 y me dijeron que el tema no les importaba En estos tiempos yo tenía 20 años, y en canal 5 estaba como director el «Gallego» Rodríguez. El me había escuchado en radio, y le gustaba mucho como trabajaba. Eran tiempos donde no había tapes, en donde los informativos salían con la gente hablando; no había imágenes. Pero yo llevaba los rollos de película que me dejaban las distribuidoras y con eso vestía el informativo de imágenes. Quedaron todos fascinados. Así arranqué, pidiendo laburo y golpeando puertas.

 

­O sea que luego de su experiencia en el 5 pasó al 12.

­Empecé en abril de 1985. Con la apertura de la democracia hubo cambios en el informativo, y comenzó a conducirlo Néber Araújo. Como conocía mucha gente de teatro, me llamó Jorge Denevi ­estoy hablando de las épocas gloriosas de Telecataplum­, y le pasó el tubo a Jorge Scheck, que me dijo que tanto él como su hermano, el ingeniero Horacio Scheck, y Carlos Restano, que era el subgerente de canal 12, querían hablar conmigo. Me acuerdo que mi madre estaba a mi lado, y yo pegué un salto y toqué el techo con la cabeza. Para mí entrar a Telemundo fue como entrar a un palacio. Había un equipo espectacular.

 

­¿Si lo llamaran de otro canal, se iría?

­No, pero de otro país creo que sí. Estando en Uruguay no me iría del 12; para mí es el mejor canal. Si me quedara sin este trabajo, directamente me iría del país. Lo pensé mucho. Siempre estoy con la idea de irme para Argentina o México. El año pasado estaba a punto de irme a Buenos Aires pero al final no se dio; acá se me contempló mucho.

 

­¿No se fue por miedo?

­No, yo no tengo miedos. Soy un tipo desapegado y ando solo por el mundo sintiéndome muy bien. Caminando por Nueva York me siento como en mi casa. Ni que hablar de México: adoro el Distrito Federal. Me encanta la cultura mexicana. Si me llaman de Televisa o de TV Azteca, me tiro de cabeza.

 

Figura de Teledoce

­La audiencia lo tiene asociado con el 12

­Sí, pero me debería tener asociado como Daniel Lucas. Yo no tengo el logo de nada: soy Daniel Lucas, que trabaja en una empresa que es su hábitat. Soy un referente de esta empresa, porque la siento como propia, es mi casa. Me siento totalmente identificado con canal 12.

 

­¿En qué radios ha trabajado?

­Desde las emisoras del Sodre, hasta CX 36 Radio Centenario, Sarandí, El Espectador, Urbana, Alfa. En esta última trabajaba a la noche, con una libertad tan grande que llegué a emitir íntegro todo el espectáculo «Salsa Criolla» de Enrique Pinti. La última experiencia radial fue en Urbana. Me pareció distinta, pero luego, por razones presupuestales, no se pudo seguir. Yo cobro un sueldo, no pago, no soy productor.

 

­¿Por qué el periodismo de espectáculo?

­Porque me encanta el cine. Siempre fue mi pasión. Es un gran baile de ilusiones, y ese mundo mágico a mí siempre me fascinó. Yo nací en 1950, y agarre la época dorada del cine de Hollywood. Pero además me gustan el show y el espectáculo en general. También me encanta la televisión; miro muchísima televisión. Cuando me preguntan cómo comenzó esta pasión por el cine, yo siempre digo que fui parido en una sala. No me acuerdo de mi primera película, pero en mi infancia iba al cine con mi madre, que era una apasionada. También iba con mis amigos a las matinés del entrañable barrio Reducto. Yo nací en bulevar Artigas y San Martín, y a los pocos metros estaba la sala «Ocean»; fue mi primera sala. Ahora, como tantas otras salas, es un templo evangélico.

 

Sus colegas

­¿Qué opinión tiene de sus colegas?

­Yo he sido muy radical al hablar sobre ese tema; hoy no quiero serlo. Respeto mucho a los críticos de prensa. Tengo un gran amigo en LA REPUBLICA, como Jorge Arias. Es un tipo que adoro, y me parece el crítico por excelencia del teatro. Respeto a Jorge Abbondanza, que sabe muchísimo de cine, a Henry Segura y a Guillermo Zapiola. Es gente que realmente sabe muchísimo. Son estudiosos y están hace tiempo; no son «caídos del cielo».

Yo llegué a ser jefe de espectáculos de La Mañana y El Diario. A la gente le tiene que correr realmente la tinta por la sangre para ser periodista. Creo que hay muchos que están en los medios masivos y no saben nada. Pero el medio escrito me parece más riguroso, porque tenés que escribir. Cuando los medios son visuales tenés muchos recursos.

Pero vamos a ser sinceros: ¿cuántos periodistas son los que salen en los medios de comunicación masivos? Hay mucha gente que no viene de ninguna escuela ni ha tenido ninguna experiencia, y está en los medios por la presencia. Hay gente que no sabe hablar, no tiene léxico. Para mí las figuras no se imponen, se hacen, se construyen, por eso algunos duran lo que dura un lirio. No es fácil mantenerse todo el tiempo que yo me mantuve, y eso es gracias a una sólida formación.

 

«TV Chatarra»

­¿Que opina de programas como «Intrusos», «Los Profesionales» o «Show Match», considerados por muchos como «chatarra», pero que sin embargo son los más vistos?

­»Show Match» llegó a un pico de 30 puntos de rating, y tiene un promedio de 20. La gente tiene un doble discurso, porque lo ven. Yo lo veo, y me divierte mucho. Yo no sé lo que es cholulo y frívolo, como dijo Mardones el otro día en lo de Omar Gutiérrez. La gente elige: si no quiere ver «Show Match», «Intrusos» o «Los Profesionales», tiene la opción de ver esos excelentes programas de la BBC del canal 5. Además, hasta el 5 entró en la «cholulez», al provocar un gran escandalete con el asunto de Claudia Fernández y Daniel Alejandro.

 

­¿Por qué cree que existe ese doble discurso?

­El doble discurso es una condición casi intrínseca de los uruguayos. Creo que aquí siempre existió el doble discurso; las apariencias engañan. Acá una cosa es lo que la gente aparenta y otra cosa es lo que la gente es. Hay un gran cinismo en la sociedad. Yo detesto la mentira y el cinismo; creo que la gente no se mueve con la franqueza que debería tener.

 

­Sin embargo algunos de sus colegas entienden que el cine comercial es una porquería.

­Eso es un discurso muy antiguo. ¿Qué es el cine comercial?

Ingmar Bergman decía que todo el cine es comercial, porque la gente, para poder acceder a ver una película, tiene que pagar una entrada, y ya de por sí está vendiendo algo.

A Alfred Hitchcock, cuando le preguntaban «¿Qué es el cine?», decía: «Una cantidad de butacas para llenar». ¿De qué sirve una sala vacía? Hay que respetar la elección del público, no hacer teatro o cine para uno.

 

­¿Que opina de «Bendita TV»? ¿Le molesta aparecer?

­No, me divierte muchísimo. No considero que me tomen el pelo; además soy amigo del «Piñe». El que se lo toma como una agresión es porque no tiene sentido del humor. Y
o me río de mí mismo.

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