Los militares Glauco Yanone y Carlos Rosell a prisión por secuestro de Universindo Rodríguez y Lilián Celiberti

La jueza penal de 27° turno, Silvia Urioste, procesó con prisión a los militares retirados Carlos Alberto Rosell y Glauco Yanone como respondables de privar la libertad y aplicar violencia privada contra Universindo Rodríguez y Lilián Celiberti, quienes fueron secuestrados en Porto Alegre, Brasil, en 1978.

En su momento, Rodriguez y Celiberti eran militantes del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP), y los militares ahora procesados participaron de la operación Zapatos Rotos, cuyo objetivo principal era el secretario general del PVP, Hugo Cores, que también estaba en Brasil.

Rodríguez, Celiberti y sus dos hijos, Camilo y Francesca, de 7 y 3 años, fueron secuestrados en su apartamento en Porto Alegre, el 12 de noviembre de 1978, y también estuvieron en este operativo de privación ilegítima de libertad el coronel retirado Eduardo Ferro, el militar José Bassani y el jefe del Departamento de Ordem Política e Social (DOPS), Pedro Seelig.

Rodríguez y Celiberti estuvieron retenidos ilegalmente hasta el final de la dictadura uruguaya, mientras que los menores fueron entregados a sus abuelos maternos a los 18 días de haber sido secuestrados. Los represores intentaron ocultar el delito que habían cometido afirmando que habían sido detenidos en Uruguay luego de supuestamente haber ingresado por la frontera brasileña con armas y “documentos subversivos”.

Justicia por fin

La causa judicial fue abierta por el equipo del Instituto de Estudios Legales y Sociales del Uruguay a principios de 1984 por tortura, secuestro, privación de libertad y sustracción de menores.

En 2018, el fiscal especializado en Crímenes de Lesa Humanidad, Ricardo Perciballe, había pedido el procesamiento con prisión de Ferro, Yannone, Bassani y Rossell por cuatro delitos de privación de libertad, en concurrencia fuera de la reiteración real, y dos delitos de abuso contra los detenidos.

Cuando Ferro fue apresado en España en enero de 2021, el hijo de Celiberti, Camilo, circuló una carta pública, en la que contó detalles de lo ocurrido: “Nos llevaron primero a una comisaría en Porto Alegre, luego en una camioneta llena de soldados armados hasta los dientes nos trajeron a Uruguay, pasamos la frontera y nos separaste de nuestra madre, te la llevaste a Brasil y nos encerraron a mí con 7 años y a mi hermanita de 3 solos en una habitación vacía, me golpearon cuando a la mañana siguiente quise abrir la ventana para escaparme de ese infierno”.