El presidente argentino recibió respaldo institucional para La Haya

Kirchner cargó duro contra Uruguay

Hay que decir que en cuanto a respaldo institucional fue formalmente amplio ya que estuvieron casi todos los gobernadores, menos tres, y una larga lista de legisladores nacionales y de sectores de partidos opositores y la concurrencia en el corsódromo de Gualeguaychú fue numerosa, otorgándole al Presidente un espacio adicional para profundizar su política de acumulación de poder.

A Kirchner lo flanquearon el gobernador de Entre Ríos, Jorge Busti, y la primera dama, Cristina Fernández, amén de todos los ministros y frente a él, en platea especial, más mandatarios de provincias, intendentes, legisladores nacionales y provincias, marco institucional generoso que busca exhibir que la presentación ante La Haya así como la inaugura ayer oficialmente política a favor del medio ambiente, en un bien escaso con sólo acercarse al Riachuelo que limita una parte clave de la Capital Federal con la provincia de Buenos Aires, y que bien puede ser considerada una «cloaca».

De la oposición, estuvieron en general quienes ocupan cargos institucionales, no dirigentes políticos, como en el caso del Partido Socialista donde dijo presente el alcalde de Rosario, de esa tienda partidaria, pero no su secretario general. Y así, tampoco estuvieron en esta tonalidad el radicalismo, el ARI, Pro y otros.

El gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá envió una dura crítica al mitin y a la manera en que es conducido el diferendo. Las excepciones de caras políticas fuertes en el acto las encabezó el gobernador de Neuquén, el opositor Jorge Sobisch, quien anticipó que mandó una carta de adhesión a la presentación en La Haya, pero cuestionó la organización del acto que considera «más político» que una cuestión de Estado.

Entre otros que pegaron el faltazo, también figuran los gobernadores de Salta, Juan Carlos Romero peronista pero estuvo su segundo; el ya mencionado Alberto Rodríguez Saá, el gobernador, de Corrientes, Ricardo Colombi pero está de viaje y el de Catamarca, Eduardo Brizuela del Moral, radical con apoyo kirchnerista, con misión en el exterior..

El Presidente no abrió ninguna alternativa que no sea la presentación ante La Haya, aunque en un momento expresó que «hasta el momento, lamentablemente, han sido infructuosas» las negociaciones diplomáticas y políticas. Incluso, dentro de ese límite que él mismo se dio leyendo lo escrito por sus asesores, para no irse de boca, como muchas veces le suele ocurrir, al concluir la arenga habló de alguien que le dijo «haber recibido un presente griego», evidentemente en referencia a Tabaré Vázquez respecto a las empresas contratadas por la administración que le precedió a quien le envió un mensaje particular: «Estamos aquí para defender la integración de Latinoamérica. Seguimos dispuestos a ayudarlos para encontrar el camino de la preservación del ambiente», resaltó

Ante 40 mil personas el primer mandatario cargó duro contra el Uruguay. «Si existe el daño transfronterizo el estado debe cesar en su actividad y hacerse cargo», añadió.

En lo medular, Kirchner acusó a Montevideo de no haber «satisfecho nuestras preocupaciones» sobre el impacto ambiental de las pasteras, y aseguró que ni Gualeguaychú ni Entre Ríos están «solas». «Elegimos el camino del derecho, la prudencia, la racionalidad. No están ni la provincia ni la ciudad solas en esta lucha. Está la República Argentina y el pueblo todo comprometido» y «tenemos razón. El derecho está de nuestro lado», expresó Kirchner. También apuntó contra las papeleras Botnia y Ence. «Nos dicen que el impacto será mínimo pero no dicen ni hacen los estudios pertinentes». Durante varios pasajes de su discurso, Kirchner ratificó su apoyo al reclamo entrerriano: «Todo el país lo asume como un problema propio. No estamos hablando de afectar la soberanía de ningún país, sino de defender el medio ambiente sano. Nadie puede reclamar soberanía para el uso de un bien que no es enteramente propio», reprochó el primer mandatario a Uruguay tras acusarlo nuevamente de haber violado el tratado que entre ambos países regula el uso del río Uruguay. Reclamó entonces a Vázquez, sin nombrarlo, una «negociación de buena fe». «No puede llevarse adelante (un emprendimiento como el de Ence y Botnia) sin consentimiento o autorización explícita del país afectado. Si existe daño transfronterizo el estado responsable debe cesar en su actividad», fustigó. Y defendió a las papeleras que están instaladas en la Argentina y sobre las que Vázquez, retruca las quejas del gobierno argentino por las que se están construyendo en Uruguay.

Antes hablaron el intendente de Gualeguychú, Daniel Irigoyen: se leyó un documento de los ambientalistas con su «no» a las papeleras, idea insertada en la arenga del gobernador de Entre Ríos, Jorge Busti quien propuso que Botnia y Ence construyan las pasteras «frente al mar » alejadas del lugar actual. Apeló a coincidencias con Uruguay como el mate y la devoción por el caudillo José Gervasio Artigas. Y aconsejó: «Hagan el proceso de crecimiento que quieran, pero que no nos contaminen».

Precediendo al Presidente, habló también el gobernador de la provincia de Mendoza, el radical Julio Cobos, quien con presencia y palabras quiso exhibir que se trata de un caso de intereses nacional, pero en un acto institucional pero no político en el sentido partidista. Fue el único que se refirió a los cortes de los puentes reclamando de manera tangencial que no vuelvan a ocurrir ya que lo que piensa Gualeguaychú es de dominio público pero elevando la consigna «sí a la vida, no a las papeleras»

Se presentó un documento firmado por gobernadores del oficialismo y la oposición con pautas ambientales a seguir en el futuro. *

Te recomendamos

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje